CHINA QUIERE MÁS LIBRE COMERCIO

El singular modelo chino tiene como eje base al comunismo.

Redacción
Política
Foto: Especial
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Desde que se bajó del avión el presidente de China, Xi Jinping, arribó a España con una sonrisa tan amplia que acentuaba todavía más sus ojos asiáticos; quiso mostrarse afable, cordial y relajado con sus anfitriones en suelo europeo; nada que ver con el gesto adusto del mandatario estadunidense, Donald Trump.

Cara o cruz, anverso y reverso: Xi se encarga con todo tino diplomático de mostrar que su país saldrá adelante con arrojo y aplomo ante la batería de aranceles impuestos por la Casa Blanca contra seis mil 213 artículos y mercancías chinas que suponen un costo de 250 mil millones de dólares.

Convertido en adalid de la globalización ha decidido no dar un solo paso atrás ante el acoso de Washington y mediante su política exterior sostiene una dinámica de acercamiento bilateral, multilateral y hasta de reconciliación dejando atrás viejas rencillas históricas, como sucedió recientemente con Japón: todo sea por el comercio y por la economía.

De visita oficial en el país ibérico, recibido con pompa y honores por el rey Felipe VI y el presidente Pedro Sánchez, durante su estancia de 48 horas el dignatario chino anunció una mayor apertura comercial en su país y el respeto a la propiedad intelectual.

Si Trump enarbola el proteccionismo, la ruptura y el unilateralismo, Xi vende exactamente todo lo contrario; el primero lo hace mal encarado y el segundo más sonriente que nunca.

Este año la economía china alcanzará un crecimiento de 6.6% y para 2019 el pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI) es de 6.4% con todo y la guerra comercial de Trump.

Xi Jinping rentabiliza para sí mismo el encono de medio globo terráqueo con las políticas proteccionistas. Con las relaciones internacionales puestas de cabeza entre EU y sus tradicionales aliados, China aprovecha la coyuntura para convertirse en el amigo de todos y tomar el papel que le corresponde por el tamaño de su economía, de 23.21 trillones de dólares, en la geopolítica actual.

Ante el Senado de España el dignatario encaminó su discurso a destacar todo lo malo que es el disenso y lo necesaria que es siempre la vía del diálogo en la búsqueda de consensos que permitan el sostenimiento de los equilibrios para que la aldea global no desborde en un nuevo gran conflicto.

“China hará esfuerzos para abrir aún más sus puertas al mundo exterior y facilitar el acceso a los mercados en áreas como las inversiones y la protección de la propiedad intelectual”, dijo en la máxima tribuna legislativa.

Y aunque a Trump no le guste China es hoy por hoy el metamercado porque tiene la población y la clase media en crecimiento que todo empresario busca, tal y como lo dijo Xi: “En los próximos cinco años importaremos bienes por valor de 70 mil millones de dólares para satisfacer la demanda de una creciente clase media”.

Muy consciente de su papel clave todos quieren retratarse con él y con el mandatario ruso, Vladimir Putin, mientras la mayoría de los líderes europeos le sacan la vuelta a Trump. El líder asiático aprovecha la coyuntura para vender las bondades de la llamada Nueva Ruta de la Seda (One belt, one road); y en esta minigira, después de España seguirá Argentina con la Cumbre del G-20 en Buenos Aires, luego visitará Panamá y también Portugal.

Todas son citas importantes, máxime que bajo el marco del G-20 tendrá un encuentro bilateral con su homólogo estadunidense para hablar de la guerra comercial en ciernes.

Nuevo aliado

Coincidiendo con el arribo a Madrid del presidente chino el sinólogo español Xulio Ríos, uno de los expertos en relaciones internacionales más reconocido, presentó su nuevo libro La China de Xi Jinping, de la amarga decadencia a la modernización soñada.

En entrevista exclusiva con Vértigo el autor refiere que del nuevo acercamiento de China con España se esperaría una mayor intensificación de los vínculos a otros niveles.

“España es parte de la Unión Europea y ejercita su relación con China en ese marco, pero también es verdad que en la UE ha destacado siempre por manifestar posiciones decididas a favor de Beijing. La alianza estratégica integral que ambos países suscribieron en 2005 pudiera ser enriquecida”, añade.

—China es el presente pero también el futuro. ¿Qué le ha enseñado China al capitalismo?, ¿dónde ha quedado el binomio de libre mercado y democracia?

—Probablemente que el mercado por sí solo no es suficiente para garantizar la estabilidad y el crecimiento de la economía y la sociedad. China se ha abierto al mercado pero ha mantenido y sofisticado la planificación. El mercado en China es un mercado gobernado por el Partido Comunista (PCCh). Y la economía pública sigue constituyendo la espina dorsal del sistema económico. En consecuencia la política se impone al mercado y no al revés. Por otra parte, la idea de que el desarrollo conducirá a la democracia liberal está por ver. No es esa la idea que ahora mismo prevalece en China. Existe una férrea voluntad de preservar el sistema político rechazando expresa y abiertamente cualquier evolución liberal, considerada además como peligrosa para alcanzar la consecución del gran objetivo histórico de la modernización.

—¿En qué radica el éxito económico del modelo chino: acaso en la economía mixta?

—La tríada mano de obra barata abundante y superexplotada, captación de inversión internacional y orientación de la producción hacia el exterior le ha convertido en 40 años en la segunda potencia económica del mundo, pero ese modelo no vale para ser la primera. Acostumbro hablar de híbrido sistémico y, en efecto, la economía mixta es una característica importante de su modelo, jalonado por la conservación en manos públicas del control de los principales sectores estratégicos. El control de ese segmento es esencial para la supervivencia del PCCh y señala una línea roja en la transformación que experimenta actualmente el propio modelo.

No obstante ese inmenso dragón asiático de mil 386 millones de habitantes también tiene, como todas las demás economías, sus propias debilidades que Ríos explica en términos de retos tecnológicos, ambientales o sociales que “son aún considerables”.

Los desequilibrios, comenta el director del Observatorio de la Política China, “en términos de cohesión a todos los niveles son indisimulables. Es verdad que existen problemas de diverso tipo que afectan a la bolsa, la deuda, la banca en la sombra, etcétera, pero en el trazo grueso aquellos retos determinarán el éxito o fracaso de la estrategia de modernización china. Y aunque China en los próximos diez años se convierta en la primera potencia global en términos absolutos le quedarán muchas décadas por delante para resolver dichas taras”.

—Políticamente hablando, ¿cuáles son sus debilidades?

—El alargamiento de la democracia y la conformación de un sistema político que institucionalice una nueva legitimidad, no ya con base en el hecho revolucionario o en la capacidad para generar crecimiento o bienestar sino simplemente en la norma. Ese Estado de Derecho, con más holgura para un mayor respeto de los derechos humanos y las libertades individuales y colectivas, aun sin copiar a pies juntillas el modelo liberal, le proporcionaría más estabilidad.

—Ahora bien, ¿cómo gestiona China la propiedad privada? ¿Hasta dónde deja que las fuerzas invisibles del libre mercado operen? O definitivamente es un gran regulador y centralizador…

—La propiedad privada es muy importante en China. En 1978 la economía pública respondía por 79% del PIB; hoy la economía privada responde por 69%. Ha sido un gran cambio protagonizado por las Pymes. Ahora bien, Deng Xiaoping decía que en el proceso de construcción del socialismo en China era inevitable dar un rodeo por el capitalismo y que en ese proceso podrían surgir capitalistas pero no una clase burguesa organizada en condiciones de disputarle el poder. El partido, a modo de neomandarinato, promueve y orienta el sector privado atendiendo a esa máxima.

Después está el argot económico que busca ponerle una etiqueta al singular modelo chino que tiene como eje base al comunismo pero que en la práctica económica se presenta como creyente de la globalización y profesa la fe del liberalismo de mercado. ¿Economía socialista? ¿Socialismo de mercado? En voz de Ríos los equilibrios entre el mercado y la planificación, entre la economía pública y privada, “deben responder a la idiosincrasia de la sociedad y ser establecidos en función de sus objetivos históricos”.

Reconciliación histórica

Durante el pasado mes de octubre el presidente japonés Shinzo Abe fue recibido con honores en una visita oficial en Pekín. Hacía siete años que ningún otro líder de su país había acudido a China y llevaban años esquivándose. “Quiero comenzar una nueva era para Japón y China con el señor Xi”, expresó ante la prensa.

Para su anfitrión es una oportunidad “para no amenazarse ni agredirse” y fundamentalmente para “mantener una relación entre China y Japón estable a largo plazo, algo que beneficiará también a la estabilidad de la región”.

Consultados respecto de la geoestrategia entre China y Japón tres especialistas de primer calibre explican a Vértigo el porqué el presidente Trump les ha arrancado una repentina sonrisa amigable a dos enemigos tradicionales.

En la postura de Amadeo Jensana, director de programas económicos de Casa Asia, este movimiento es una consecuencia lógica de la nueva situación geopolítica que ha tenido lugar tras el ascenso de Trump al poder.

“Por un lado, la primera decisión del presidente fue retirar a EU del Trans Pacific Partnership (TPP), la gran apuesta de Barack Obama para formar una alianza entre EU y sus aliados en Asia. Cabe recordar que China no formaba parte del TPP. Por otra parte, la guerra comercial con China y la imposición de aranceles a numerosos productos ha deteriorado la relación entre China y EU. Ante este panorama tanto China como Japón quieren defender un sistema con base en el libre comercio y no la vuelta al proteccionismo, por lo que recomponen una relación bastante deteriorada tras la Segunda Guerra Mundial”, abunda el investigador.

Al respecto, Rafael Bueno, responsable del Departamento de Economía y Empresa de Casa Asia, agrega que si bien no es un acercamiento que lleve a una normalización, “tienen muchos temas comunes de los que hablar y que les afecta directamente”, como el de la Península de Corea o el de Rusia.

Geopolítica y Twitter

En la actualidad los acontecimientos suceden a un ritmo veloz, hay un reacomodo de las fuerzas internacionales, pero los desequilibrios son acuciantes.

Jensana considera que “estamos en un momento muy complicado” porque el orden mundial que se estableció después de la Segunda Guerra Mundial con Bretton Woods está cuestionado.

Bueno, por su parte, opina que lo único positivo que logró Trump hasta el momento es acelerar todo: “Sus políticas al ser impulsivas y a veces contradictorias han conseguido que se entre en un torbellino donde a golpe de un tuit hay que tomar decisiones y acciones que antes llevaban años e incluso parálisis”.

Además en esta ecuación entre Rusia, China, EU y la UE, replica Jensana, las relaciones entre Rusia y China pasan por un buen momento, partiendo del hecho de que ambos países tienen interés en el desarrollo del proyecto de la Ruta de la Seda y de la Ruta Polar, que permitiría transportar mercaderías entre China y Europa a través del Polo Norte.

“Rusia y China quieren acabar con el dominio del dólar como principal moneda de cambio para comprar petróleo, lo que se conoce como el petrodólar”, refiere.

Tampoco es un secreto que a los dos países les interesa crear un mercado de divisas paralelo al del dólar: el más reciente acuerdo entre 13 bancos de Filipinas y el Banco Central de China para utilizar el yuan y no el dólar en sus transacciones puede marcar el principio de los nuevos cimientos en la arquitectura monetaria mundial que China pretende.

A su vez Bueno indica que la posición de EU contra China dio un giro radical con el triunfo de Trump: “Se pasó de buscar la cooperación y la contención al enfrentamiento; y afecta al resto de actores, que tienen que reposicionarse. En este sentido Rusia, al igual que Japón, necesita encontrar su sitio y el único fuera de juego es la Unión Europea, que parece dividida en dos: los que miran a Rusia en el norte con preocupación y los que miran al Mediterráneo desde el sur con temor. Y entretanto EU se beneficia con la división Europea. Todo indica que la antigua división de Occidente contra la Unión Soviética pase a ser EU contra China y el resto de países girando en la periferia”, subraya el especialista de Casa Asia.

No obstante para Ríos la conclusión es clara: “Si completamos la Estrategia de Seguridad Nacional de diciembre de 2017 con el reciente discurso del vicepresidente Mike Pence en el Hudson Institute, el pasado 4 de octubre, y las frecuentes declaraciones de Mattis o Pompeo o incluso Bolton, es claro que sí: es China quien hace peligrar la pervivencia de la hegemonía global de EU y, por lo tanto, el gran rival estratégico”.

Relaciones España-China

La exportación española ha crecido de mil 600 millones de dólares en 2005 a seis mil 200 en 2017 (24% más que en 2016).

Son más de 15 mil las empresas que exportan a China y más de 600 las implantadas en territorio chino.

La inversión china en España subió de 610 millones de euros en 2014 a mil 700 millones en 2016: se ha triplicado en tres años. La compra de deuda soberana española por parte de China supera los 40 mil millones de euros.

El español se ha incluido en el sistema público chino de enseñanza secundaria como segunda lengua, a nivel nacional, lo que permite el acceso al español a 25 millones de estudiantes.

Fuente: Cátedra China

Dos economías desiguales

(datos a 2017)

IndicadorChinaJapón

Población1,386 miles de millones126,451.3 millones

% edad 25 a 54 años48.51%37.5%

Edad promedio37.4 años47.3 años

Esperanza de vida75.7 años85.3 años

Fertilidad1.6 niños1.4 niños

GobiernoComunista centralizadoMonarquía parlamentaria

PIB anual23.16 trillones de dólares5.429 trillones de dólares

PIB crecimiento6.9%1.7%

Desempleo3.9%2.9%

Deuda Pública/PIB47.8%236.4%

Inflación1.6%0.5%

Exportaciones2.157 trillones de dólares683.3 billones de dólares

Reservas divisas/oro3.187 trillones1.217 trillones

Deuda externa1.607 trillones3.24 trillones

Fuente: Factbook CIA