CAFEÍNA DOLOROSA

Por cada 100 mg de cafeína consumida se incrementó el umbral de dolor.

Daniela Suárez
Columnas
Ilustración
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No es que el café me dé insomnio, es que me hace soñar despierto.

Anónimo

El café es una de las bebidas más consumidas diariamente en Estados Unidos. De hecho una encuesta realizada por la Asociación Nacional de Café (NCA, por sus siglas en inglés) determinó por medio de una muestra representativa que 64% de estadunidenses de más de 18 años consumió al menos una taza de café un día antes de contestarla.


Esto se compara con aquel 62% obtenido como respuesta en 2017, resultados que se asemejan a los registrados desde 2012. Este es un indicador de que 2018 es un año en el cual esta bebida es de las más populares, por arriba del té y los refrescos.

Y, a decir verdad, coincido con esta opinión popular. ¿A quién no le agrada despertar con una buena taza de café? Desde su olor perfumado hasta su sabor penetrante creo que es de los placeres y recompensas más fáciles de obtener diariamente. Además de aportar beneficios como la reducción de cansancio, riesgo de Alzheimer y de diabetes tipo 2, tomar café también ayuda a levantar el ánimo y la ingesta de fibra (una taza de café filtrado puede aportar hasta 1.8 gramos de fibra).

Por si fuera poco, a estos beneficios se le suma uno nuevo: de acuerdo con un estudio publicado en el Diario de Psicofarmacología el consumo regular de cafeína también se asocia con alteraciones en el procesamiento de dolor. Una investigación sugiere que “la dieta puede ayudar en la intervención para disminuir la sensibilidad al dolor, así como ayudar a su manejo. La cafeína comúnmente es consumida por millones de personas en su dieta regular”, comentó Burel Goodin, autor del estudio y profesor de la Universidad de Alabama en Birmingham.

Aseguró también que la cafeína consumida de manera medida en un laboratorio o como parte de un aditivo a un medicamento muestra propiedades que ayudan a aliviar el dolor. Para el estudio se evaluaron los casos de 62 adultos sanos, quienes gracias a su mayor ingesta de cafeína reportaron una sensibilidad menor al calor y a la presión.

Sensibilidad

Los voluntarios de la investigación escribieron diarios de su consumo de cafeína y de sus horas de dormir por el lapso de una semana. A la par se midió con un sensor de actividad su ciclo de sueño y se les hicieron pruebas de sensibilidad al dolor.

Los expertos se percataron de que cada 100 mg adicionales de ingesta de cafeína diaria se asociaron con un incremento de 5° C en el espectro de calor y 31.2 kilopascales en el incremento de presión en las pruebas de sensibilidad al dolor (las pruebas de calor fueron aplicadas en el antebrazo y las de presión en el trapecio). Esto quiere decir que por cada 100 mg de cafeína consumida se incrementó el umbral de dolor en los participantes.

Los resultados son correlacionales y aún hay muchas pruebas por recorrer porque el factor de sueño no se consideró dentro del estudio y quizás el umbral incrementó por un buen descanso.

Sin embargo los investigadores seguirán ampliando su estudio. Si bien el café podría ser un factor que minimiza el dolor estoy segura de que por lo menos mejora el humor.