Piden a AMLO transparentar cancelación del NAIM

Diputados presentan un punto de acuerdo sobre el tema

Norberto Vázquez
Política
Diputados.
Foto: Cuarto Oscuro.

Ciudad de México, 7 de diciembre. La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, fue una decisión política y caprichosa, sin sustento técnico, ni financiero, sentenció el grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados.

A través de un Punto de Acuerdo, los legisladores exigieron al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, informe qué ruta siguió para cancelar la obra de infraestructura.

Los cuestionamientos básicos que debe responder son: ¿por qué cancelar un proyecto que contaba con todos los estudios de factibilidad y además con financiamientos sin tocar ingresos fiscales? ¿bajo qué argumento de interés público pretenden cancelar un proyecto que fue avalado por instituciones nacionales e internacionales?

El diputado Brasil Alberto Acosta demandó al Poder Ejecutivo Federal transparente la información y explique qué acciones tomará para evitar se ponga en riesgo la estabilidad económica y la solidez de las finanzas públicas de que goza el país ¡Se los dijimos! con la cancelación del aeropuerto se detuvo nuestro desarrollo.

Se tomó la decisión de cancelarlo a pesar de que instituciones especializadas en aeronáutica, organismos empresariales y sectores importantes de la sociedadpronosticaron que nos costaría a todos los mexicanos más de 100 mil millones de pesos, y la pérdida de por lo menos, 46 mil empleos directos e indirectos.

La anulación de la obra ha generado efectos colaterales, como la depreciación del peso, incertidumbre en los mercados y pérdida de confianza de los inversionistas nacionales e internacionales.

Brasil Acosta previno que los bonos que están en proceso de compra por parte del Gobierno federal, se encuentran riesgo de un nuevo recorte de calificación que nos llevaría a pagarlos más caros, incluso el costo podría ser superior a la inversión que se tenía propuesta.

Agregó que Texcoco se anuló por Santa Lucía, un proyecto que a la fecha no existe, no se cuenta con un proyecto ejecutivo, no hay estudios de tránsito aeronáutico, “en una palabra, no hay proyecto y quien diga lo contrario, falta a la verdad, engaña al pueblo, traiciona a México y roba la esperanza de la nación”.

En el recuento de daños el día en que se suprimió Texcoco, se perdieron 351 mil millones de pesos, monto superior al costo total para el nuevo aeropuerto que se estimaba en 285 mil millones de pesos, ¿dónde está el ahorro, dónde quedó la austeridad republicana? preguntó el diputado Acosta Peña.

La también legisladora por el PRI, Soraya Pérez Munguía recordó que los riesgos y costos de esta terrible decisión están a la vista, el peso perdió valor frente al dólar; la Bolsa de Valores se desplomó y Moodys, una de las calificadoras más prestigiosas del mundo redujo la calificación de los bonos del aeropuerto a grado especulativo.

El Fondo Monetario Internacional ha recortado sus expectativas de crecimiento para México y la impresión que dejamos ante el mundo, es que en México no hay certidumbre legal y es poco confiable

Acusó Soraya Pérez que el gobierno federal no escucha, es terco y sus ocurrencias cuestan a todos los mexicanos miles de millones de pesos.

“En unos cuantos días de gobierno, esta Administración terminó con la confianza que México construyó durante décadas frente a los mercados financieros, años de disciplina que hoy están a la deriva” expuso la representante popular.

Insistió con las interrogantes que debe aclarar el Presidente de la República ¿cuánto nos va costar este chiste a todos los mexicanos? ¿Por qué no han querido ni siquiera analizar la posibilidad de concesionar el aeropuerto a un grupo de empresarios, como ya lo han propuesto diversas cámaras empresariales? ¿Por qué no le preguntan a la OCDE, que participó en el Observatorio Ciudadano?

Ante la bulla y descalificación de la bancada mayoritaria de Morena que se niega a cuestionar esta decisión presidencial, el diputado Enrique Ochoa Reza explicó que el argumento de utilizar el impuesto que se paga por el uso del aeropuerto será el respaldo para la emisión de los bonos, es equivocado.

Explicó que la intención era construir una obra de infraestructura aeroportuaria, que generaría flujo económico a futuro, pero una vez cancelada no hay aeropuerto y sí un pago de 120 mil millones de pesos.

Esa es una mala decisión económica para el pueblo de México, porque “esos 120 mil millones de pesos no se van a una obra de infraestructura, sino se van a los pepenadores de bonos” y la pregunta insistió es ¿eI tirar esos recursos fortalece al pueblo de México?

La legisladora Marcela Guillermina Velasco ahondó “se canceló la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco por un proyecto inviable e inseguro que solo existe en el imaginario de quien encabeza este nuevo gobierno.

La ocurrencia reiteró saldrán más caras y peligrosas con la construcción del nuevo aeropuerto en Santa Lucía.

Velasco concluyó fue un error y hoy, en el medio financiero se ratifica que perdemos inversiones y dañamos la credibilidad de México en el contexto internacional.

En su oportunidad y también desde su escaño el diputado Fernando Galindo asentó: “sí tiene un impacto presupuestal lo que ustedes están realizando, y la gente no va a ser feliz, porque con las decisiones que están tomando, se está incrementando la tasa de interés, se está incrementando la inflación, y va a tener un efecto en la calidad de vida de los mexicanos. Sus decisiones están teniendo afectaciones importantes para los mexicanos”.

Mientras que el diputado Pedro Pablo Treviño explicó a los legisladores de Morena que se opusieron al Punto de Acuerdo “lo que no saben es que el subsuelo de Santa Lucía tiene dos metros de profundidad de arcilla expansiva, ¿qué quiere decir esto? Cuando llueve se hace más grande, cuando hay secas se contrae. Todo lo que hay arriba se rompe, se quiebra, se desmorona. Ahí quieren hacer las pistas, ahí viven siete mil miembros de las Fuerzas Armadas, sacarlos cuesta, que tampoco saben, 47 mil millones de pesos. Los pobladores alrededor de Santa Lucía no se quieren ir, no se van a ir, va a ser otro Atenco, sentenció.