Helicopter money

Se buscaba atenuar el ramalazo de aquel primer coscorrón económico, la crisis de las llamadas hipotecas subprime

Guillermo Fárber
Columnas
Dólares
Foto: lightboxx

¿Regalar “dinero”? Bueno, regalar esa cosa fíat-etérea-virtual-fantasmagórica que hoy pasa por dinero verdadero. Porque no van a distribuir lingotes de oro y plata, sino tan sólo bits o cheques (dineros electrónico y de papel). Los suizos acaban de rechazar esa posibilidad, vía referendo. Y EU ya lo intentó en 2008, en la forma de un Tax Rebate Program, por cien mil millones de dólares (meros cacahuates, dadas las cifras miles de veces superiores que hoy se manejan en esa Casa de Locos llamada “rescates financieros globales”). 70 millones de hogares gringos recibieron $950 en promedio.

Se buscaba atenuar el ramalazo de aquel primer coscorrón económico, la crisis de las llamadas hipotecas subprime (sobre este megafraude ver la película The Big Short, La gran apuesta). El objetivo era entonces el que sigue siendo hoy: evitar o al menos mitigar o posponer la recesión (que nos pegará a todos, pero especialmente a 1% del 1%, al desinflar los valores hinchados en sus activos por la megaburbuja financiera-crediticia que ellos crearon y sostienen a como dé lugar).

Desde entonces a estas patadas de ahogado de los burbujeantes se les conoce como programas de “estímulos” (que no estimulan nada, sino tan solo son mega bail-outs para el sistema bancario). Estos programas llevan ocho años “estimulando” la economía y obviamente no ha estimulado nada, pero le han regalado (ahí sí: re-ga-la-do) docenas de anglotrillones de dólares al sistema bancario global.

Estímulos por vía venosa

Mis amigos keynesianos argumentarán que estos megarregalazos SÍ han estimulado la economía, y que ahí están las cifras para probarlo. Y en efecto, ahí están las cifras oficiales, nada más que son colosalmente mentirosas. Un ejemplo entre muchos: el BLS dice que el desempleo en EU anda en 4.8%. Pero tarado quien se crea semejante mentirota. Basta consultar las cifras reales de John Williams en Shadowstats para encontrar que, si se respetan los métodos de cálculo y medición seguidos hasta que Bill Clinton los comenzó a pervertir, ese 4.8% se convierte en 23%. ¡Casi el quíntuple! (http://www.shadowstats.com/alternate_data/unemployment-charts).

Y así todos los demás indicadores macroeconómicos: PIB, inflación de precios, etc. Todas, hipermentiras para apuntalar la ilusión de una “recuperación económica” que no ha existido en estos últimos cien meses. Siguiendo por ese sendero de la “estimulación” que no lo es, al falseamiento de las cifras oficiales se unieron la emisión desbocada de liquidez monetaria (Quantitative Easing, que no es sino la vieja práctica de echar a andar la maquinita de imprimir billetes) y tasas de interés artificialmente abatidas a cero vía ZIRP y bajo cero vía NIRP).

Como tampoco esas nuuuevas patadas de ahogado, a pesar del dineral inventado, lograron la recuperación prometida, aunque sí han logrado posponer el colapso, ahora esos augustos señores intentarán el recurso extremo de aventar dinero directamente sobre los ciudadanos: helicopter money. Tampoco va a resolver nada de fondo, pero ciertamente comprará algo más de tiempo. ¿Cuánto tiempo? NPI (No Poseo Información, no seas mal pensado).