SOCIALISMO DEMOCRÁTICO

El socialismo, toda forma de socialismo, limita tu libertad por principio, por esencia.

Guillermo Fárber
Columnas
Ilustración
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Me manda un queridolector este bien intencionado aunque erróneo e-mail: “Un socialista democrático es todavía un capitalista, aunque uno que quiere limitar los excesos autodestructivos del capitalismo y canalizar los recursos derivados de nuestros impuestos en crear oportunidades para todos. Un socialista democrático está convencido de que la economía y la sociedad deberían dirigirse democráticamente para servir a las necesidades humanas y no simplemente para enriquecer a unos pocos codiciosos”.

Ay, los morones siguen soñando con oxímorones como sol de medianoche, calma tensa, hielo abrasador, silencio ensordecedor, docta ignorancia, ciencias ocultas, sociedades unipersonales, música callada, clamoroso silencio, serena desesperación, altibajo, muerto viviente, agridulce, ángeles del infierno (supuestamente Lucifer era uno de ellos), pequeño gran hombre, gas líquido, ir a ningún sitio, menos es más, buen perdedor, cerveza sin alcohol, sí pero no, silencio atronador, realidad virtual, lavado en seco, tragicomedia, mundo unipolar, claroscuro, secreto a voces, dulce amargura, llenos de vacíos, graciosa torpeza, gentil descortesía, tolerancia cero, realidad virtual, leal oposición, revolucionario institucional, etcétera.

Entiendo esa pretensión por un sistema socioeconómico de “tercera vía” que combine la libertad con la justicia. La libertad del capitalismo (sistema que nunca ha existido, y hoy menos que nunca) con la justicia del socialismo igualitario (que tampoco ha existido nunca). Dicha pretensión es muy humana a pesar de que es muy inhumana. Pero como dijo el sabio ignorante: hay cosas que no pueden ser y además son imposibles. De todos modos hay en el mundo más “justicia” que “libertad”; y conste que esa “justicia” es lamentable tanto en cantidad como en calidad. Como decía el Chato Parada de cierto pianista de su bar: “Es mejor borracho que pianista, y es el mejor pianista que he conocido”.

Verdad olvidada: este es un Valle de Lágrimas

La triste verdad es que el socialismo en cualquiera de sus versiones, como todo otro colectivismo (comunismo, fascismo, marxismo, keynesianismo, dirigismo, etcétera), podrá ser “justo” o “igualitario” o “equitativo” o “distributivo” o lo que tú gustes pero nunca, NUNCA puede ser “democrático”. Es una contradicción en términos. Como “luminosa oscuridad”, que puede hacer excelente literatura pero siempre producirá realidades aterradoras en la teoría política y dará nacimiento a un engendro necesariamente despótico: lo que Paz bautizó como el ogro filantrópico.

El colectivismo sostiene que las cosas deben ser propiedad de un grupo más que propiedad de una sola persona (propiedad privada). Ergo, el socialismo, toda forma de socialismo, limita tu libertad por principio, por esencia. Y ya sabemos a qué conduce la propiedad dizque “colectiva” y el dominio autoritario de un grupúsculo que realmente controla los medios y recursos dizque “de todos” sobre la mayoría (que no tiene nada). De modo que ¿en dónde se justifica eso de “democrático”?

Pero bueno, ya lo advirtió Goya: los sueños de la razón producen monstruos. Supongo que mi queridolector no ha cavilado sobre el mensaje del cuadro de Goya y prefiere seguir soñando. Como tantos otros, hartos de que el ser humano no sea un ángel.