ESCAPADAS DE UN DÍA

En México se encuentran municipios ricos en tradiciones y gastronomía.

Yolanda Trejo
Política
Teotihuacán
Foto: Concepción Morales

El tiempo es un recurso muy valioso e irrecuperable: de ahí la necesidad de emplearlo de la mejor manera posible. La temporada decembrina ofrece la oportunidad de realizar viajes cortos que permitan apreciar la riqueza cultural y natural del país.

A una, dos o tres horas de distancia, partiendo de la Ciudad de México, encontrará municipios ricos en tradiciones y gastronomía, con infraestructura adecuada para recibir a cientos de visitantes. Gracias a la tecnología actual y al internet puede armar sus recorridos desde su hogar y hacer reservaciones en hoteles y posadas.

Construcciones majestuosas, museos, espacios recreativos y corredores culturales harán más agradables sus viajes y le permitirán obtener información sobre aspectos históricos, geográficos, etnográficos y artísticos, entre otros. En algunos lugares viajará con la imaginación al pasado y en otros se adentrará en las costumbres actuales de los pueblos originarios. En las entidades federativas cercanas a la Ciudad de México conocerá aspectos relevantes de la vida y las creencias de los pueblos nahuas, otomíes y mazahuas, entre otros.

Poco a poco aprenderá a identificar épocas históricas y estilos arquitectónicos así como diferentes tipos de flora y fauna. Asimismo reconocerá la artesanía propia de cada lugar y los personajes destacados (hombres y mujeres) que marcaron el curso de la historia y que enriquecieron y enriquecen la cultura y el arte.

En el turismo actual la tendencia es combinar en un mismo viaje escenarios culturales y naturales, así como diferentes actividades recreativas que activen los sentidos de los viajeros y les permitan tener experiencias únicas e inolvidables.

En el aspecto cultural más que difundir el patrimonio se busca divulgar su riqueza para generar un pensamiento crítico y lograr cambios de actitud que permitan valorar lo propio y procurar su conservación, tanto en el mundo actual como en el de las generaciones futuras. Atrás van quedando los esquemas tradicionales para dar paso a combinaciones interesantes: viajes con festivales, presentaciones de libros con música, visitas guiadas musicalizadas, actividades artísticas y científicas, tecnología y danza, diseño y ciencia, arte y gastronomía, cultura y ciencia...

La temporada decembrina ofrece paisajes muy atractivos donde destacan los majestuosos volcanes nevados, los bosques de pinos y las planicies con pastos donde se combinan los colores amarillo, verde y ocre. En algunos lugares la luz del Sol crea un efecto especial dando a las superficies un tono entre amarillo y dorado. Los árboles pierden sus hojas y a la orilla de las carreteras crecen numerosas flores silvestres que sobreviven a las bajas temperaturas. En algunas regiones destacan los campos de maguey.

En las entidades federativas cercanas descubrirá una historia muy antigua que se remonta a tiempos lejanos, donde los hombres plasmaron escenas de caza y dibujos sencillos en las cuevas, o bien en la construcción de centros ceremoniales dedicados a sus deidades. En muchos sitios arqueológicos el paisaje ha cambiado drásticamente: los ríos se han secado y la deforestación es visible. Aun así, los vestigios arqueológicos dan testimonio de la grandeza de los antiguos pobladores. Además de los basamentos piramidales se conservan restos de palacios, plazas ceremoniales y superficies decoradas con pinturas o con la presencia de relieves. También hay acervos espléndidos donde se advierte la creatividad y maestría de artistas y artesanos. Los habitantes de diferentes localidades ponen empeño y dedicación en el cuidado de viveros y en la trasmisión de valores por medio de la artesanía, la gastronomía y la música.

Oxigenar el organismo

Nada mejor que la visita a algún centro de ecoturismo, jardín botánico o zona campestre donde se admiran la flora y la fauna locales. Existen especies de plantas y animales que resultan prácticamente desconocidas en las grandes ciudades: algunas son comestibles y otras forman parte importante de la cadena de vida de la región.

En esta época se advierte la llegada a nuestro país de la mariposa Monarca para hibernar y reproducirse.

En lugares de clima caluroso abundan las flores de gran colorido y los sitios recreativos con albercas y toboganes. Asimismo queda evidencia de las antiguas haciendas azucareras, algunas transformadas en hoteles y centros de descanso. Otras, desafortunadamente, se encuentran en franco abandono y deben visitarse con cautela. Un lugar muy recomendable es el Jardín Etnobotánico y otro el Museo de Medicina Tradicional y Herbolaria, donde resultan interesantes los rituales de curación que llevan a cabo chamanes de ayer y hoy.

En otros municipios puede visitar un hermoso lugar donde se cultivan diferentes clases de orquídeas o admirar los contrastes del paisaje y deleitar los sentidos con la esbelta figura de montañas y volcanes, así como los bellos atardeceres.

Conocer las raíces

Uno de los grandes atractivos culturales y turísticos de México son los antiguos centros ceremoniales. Algunos son pequeños y otros tienen gran extensión y majestuosidad. Entre los más visitados está Teotihuacán (lugar de dioses o lugar donde los hombres se convierten en dioses), cuya grandeza se debió —entre otras cosas— al control sobre la obsidiana y a ser un centro comercial y religioso, lo que atrajo a pobladores de regiones muy lejanas.

El museo de sitio ofrece piezas espectaculares por su significado y estética. Los barrios cercanos permiten conocer la arquitectura de los palacios y su decoración rica en símbolos.

Entre las actividades recreativas están los vuelos en globo, que permiten una visión general desde las alturas de este importante centro ceremonial del periodo Clásico.

Otros sitios arqueológicos de especial interés son Cacaxtla y Xochitécatl, donde destacan el colorido de los murales y el culto a la imagen femenina como símbolo de la fertilidad, respectivamente. Cada uno merece una visita especial para caminar con paso lento por los andadores y asomarse a las antiguas técnicas constructivas, admirar el paisaje montañoso y conocer los rituales que se llevaban a cabo para venerar a las deidades.

También le sugiero visitar dos centros ceremoniales: el Tepozteco (se localiza en la cima de un cerro) y Xochicalco. El segundo reviste especial interés por conservar restos de canchas de juegos de pelota y un observatorio astronómico, además de un museo donde se exhiben piezas únicas que pertenecieron a los antiguos pobladores. Destaca la representación de la serpiente emplumada (Quetzalcóatl) y del símbolo Ollin (movimiento), así como la evidencia de una corrección calendárica que se llevó a cabo en ese sitio en épocas remotas. Cabe destacar la importancia que para los pueblos agrícolas tenía la observación de la naturaleza y de la bóveda celeste así como el registro de fenómenos astronómicos especiales, como los eclipses.

Creatividad y esparcimiento

En los lugares donde abundan las plantas medicinales se organizan talleres para hacer ungüentos, pomadas y productos de belleza. Con ello se pretende conservar una tradición y beneficiar a diferentes sectores de la población.

También están los sitios que conservan colecciones de objetos valiosos, como el Museo Nacional del Títere. Ahí se exhiben títeres que pertenecieron a la compañía Rosete Aranda en el siglo XIX y parte del XX, así como marionetas de otros países e incluso ejemplares típicos del Teatro de Sombras.

A unos minutos se localiza Atltzayanca (lugar donde rompe el agua), donde vive una familia de músicos dedicada a la construcción de salterios (instrumento musical de cuerdas) y al rescate y promoción de la música típica de México. La población cuenta con 27 comunidades y cuatro barrios; conserva una parroquia del siglo XIX, estilo neoclásico, dedicada a Santiago apóstol. El platillo típico para las grandes ocasiones es el mole casero con arroz y frijoles de la olla.

Le invito a organizar viajes de un día a las entidades cercanas a la Ciudad de México.