“LE DIJE A AMLO: HAY QUE GARANTIZAR LA ECONOMÍA DE MERCADO”

El político español, presidente de Cantabria, recibe a Vértigo en entrevista exclusiva entusiasmado por su amor por México. 

Redacción
Política
Miguel Ángel Revilla
José Luis Moreno Foto/Periodista Madrid/España

Es uno de los políticos más apreciados y queridos en España. Se pasea por las calles fuera de Cantabria —su feudo político natural— haciendo gala de su enorme celebridad: la gente quiere hacerse una selfie con Miguel Ángel Revilla, el nuevo gran amigo “cercanísimo” del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El político español, presidente de Cantabria, recibe a Vértigo en entrevista exclusiva entusiasmado por su amor por México, un país que ha visitado varias veces “y volvería muchas más”.

Revilla, quien perfila su cuarta reelección (ha sido presidente en tres Legislaturas coaligado con los socialistas y vicepresidente en dos ocasiones gracias a un pacto con los populares), se autodefine como un socialdemócrata.

De carácter afable y estilo campechano, el político de 76 años recién cumplidos es una estrella de los programas de televisión en los que, siempre franco y de lucidez chispeante, llama a las cosas por su nombre.

El economista nacido en Salceda, un minúsculo pueblecito rodeado por verdes valles, más de 40 años atrás fundó el Partido Regionalista de Cantabria, que ha sido su plataforma natural: desde 1983 es diputado del Parlamento de Cantabria —hasta la fecha— y en 1995 comenzó su andanza como presidente autonómico.

Y desde allí permanece indemne de la descomposición política española, de las guerras dialécticas entre el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), así como de la cascada de corrupción que salpica casi todas las tuberías de la política ibérica.

Señalado por ser políticamente incorrecto el gobernante cántabro parece surfear por encima de toda esa nata de descomposición y lo hace rodeado además (como ningún otro presidente autonómico) del cariño nacional, de muchísima gente que lo ve como a un hombre sincero.

“El país que yo más quiero después de España es México. Jamás he viajado a ningún país que no hable español, porque yo no hablo inglés. A mí me dicen, ¿por qué no llevas un intérprete?, pero no, yo necesito acompasar la voz con los gestos. En toda mi vida he salido de España solamente en siete ocasiones: una a Cuba, otra a Costa Rica y cinco a México”, confiesa Revilla una tarde de sábado en familia.

“¡Qué grupo!”

En los últimos meses su figura ha provocado un interés inusitado en tierras aztecas, desde que saltaron fotografías, videos y mensajes en las redes sociales en La Chingada, el refugio en Palenque propiedad del presidente López Obrador, junto con su esposa Beatriz Gutiérrez Müller.

Fueron tres días como huésped de honor, junto con Jeremy Corbyn, presidente del Partido Laborista inglés, y el cantautor cubano Silvio Rodríguez, previos a la toma de posesión el 1 de diciembre de López Obrador.

“Tengo buenos recuerdos. Fue una grata experiencia. Nosotros estuvimos… yo, Corbyn, Silvio y AMLO aislados, con los móviles apagados, discutiendo entre nosotros y hablando del futuro de la humanidad. ¡Qué grupo! Yo estuve hablando con Silvio (siendo admirador de Fidel Castro) de que Cuba no iba bien… Por encima de todo, de nuestras discrepancias, siempre encontramos puntos de unidad: eso es muy importante”, añade jocoso.

De mirada directa y larga charla, durante el encuentro habla de su ya cercanísima amistad con el mandatario azteca, de la situación de la ultraderecha en Europa y del devenir de España con el presidente Pedro Sánchez, de reciente visita en México, quien aún no logra sacar avante los presupuestos de 2019 colocándose al filo de unas elecciones generales.

—Platíquenos cómo comenzó su amistad con el mandatario mexicano…

—En una ocasión empecé a leer la trayectoria de un luchador contra los grandes poderes, los grandes fenómenos mediáticos, y que había ganado y le habían quitado las elecciones y que seguía adelante. Y yo, en pequeña escala me veía reflejado.

Para Revilla, el presidente mexicano tiene una virtud que es la honradez: “AMLO lleva una vida austera; así es que me empeñé en conocerlo; le enviaba cartas, libros míos; pero no había respuesta. Hasta que le pedí a un amigo español en México que me ayudase a contactarlo. Y es que no había manera de llegar a él, porque ni siquiera tiene móvil”.

—¿Quién intermedió?

—El contacto fue por medio de Yeidckol Polevnsky, que es la presidenta de Morena. De hecho, un hermano mío llegó a salir con ella… En fin, fue gracias a ella que hicimos el contacto. Yo, que sabía que el abuelo de Andrés Manuel era de Ampuero, un municipio de Cantabria, me ofrecí a enseñarle las raíces de su familia y le organicé una visita a Liébana, una charla con empresarios, una plática en la Universidad de Cantabria, en Santander; todo muy bien.

Añade que le dio mucho gusto recibir un buen día un correo confirmando que “el licenciado Andrés Manuel López Obrador aceptaba mi invitación” y que viajaría acompañado de su esposa Beatriz. “Ellos ya habían reservado en un hotelito muy modesto”.

Encuentro

Así es que, agrega, “ellos venían en un vuelo de Londres a Bilbao y yo fui directo para recogerlos en el aeropuerto. Desde que nos vimos nos caímos muy bien, congeniamos como si nos conociéramos de toda la vida”.

En ese viaje que describe el gobernante de Cantabria el entonces presidente de Morena viajó en septiembre de 2017 para conocer en persona a Jeremy Corbyn, líder laborista inglés, casado con la abogada mexicana Laura Álvarez, una destacada activista pro derechos humanos. También allí nació una amistad entre ellos.

—Entonces ya son amigos inseparables usted y el presidente. ¿Lo tiene en su WatsApp?

—No, a quien tengo es a su esposa, doña Beatriz. Y sí: ya hay una amistad sólida, hablo con él cada semana. Al día siguiente de las elecciones en México, ante el agobio que se organizó en el domicilio donde él vive, Beatriz nos envió un mensaje para ver si la podíamos acoger unos días a ella y a su hijo Jesús Ernesto. Lo hicimos encantados, ella se lleva muy bien con mi mujer Aurora.

—¿Y de qué habla con él?, ¿lo aconseja?

—¡De qué lo puedo aconsejar yo! Cantabria es tan pequeñita y México es cuatro veces la población de España…

—Bueno, pero usted ya está curtido en las lides políticas, lleva muchos años gobernando, algo le dirá…

—Sí, que sobre todo garantizase la economía de mercado. Para mí está para quedarse: únicamente debe tener correcciones. Pero hoy está demostrado que las doctrinas comunistas ya se acabaron, no tienen vuelta de hoja; y el capitalismo feroz que representa Trump también fracasó ya en la época de 1930 con la crisis. Tiene que haber un sistema que conservando la libertad de mercado permita al gobierno actuar en educación y en sanidad para atender a la gente; es decir, una socialdemocracia, y eso le viene bien a México.

Y continúa: “Le he dicho que no le meta miedo a la gente, a los empresarios: hay que decir que no va a quitarle nada a nadie, con que la gente pague sus impuestos y aplicar las normas para quien se salga de la ley; y contra la corrupción ser implacables. México es un país inmensamente rico: no puede ser que 50% de su población esté en el umbral de la pobreza por tanta corrupción”.

En España, comenta Revilla, se ha vivido una etapa de corrupción visible con muchos políticos en la cárcel, desde ministros a presidentes autonómicos: “Aquí el que la hace la paga: hay que ser inflexibles. Y en política fiscal es lícito y recomendable que la gente gane dinero, pero un factor de corrección es que quien gane más pague más”.

—Claro, es la columna vertebral de Jeremy Corbyn en Reino Unido…

—Así es. Es que tenemos todos muchos puntos en común. ¡Que nadie se asuste!

—Entonces hay una fuerte empatía, pero aparte hay una simpatía ideológica ¿no?

—Hace medio año me invitaron al congreso de Morena pero no pude viajar y envié un video que transmitieron y les mandé varias grabaciones de mis participaciones en diversos programas de televisión aquí en España, como El hormiguero, en el que auguré el triunfo arrollador de Andrés Manuel.

A él y a AMLO “nos unen dos cosas”, defiende Revilla: “Lo que he oído de él no se justifica: hay quienes lo acusan de ser un chavista o un castrista y no hay nada de eso; no es un hombre de medidas radicales, ni hay que tenerle miedo. Eso sí, todos le reconocen su honradez: es un hombre íntegro y para mí son condiciones para un político; y, por supuesto, es un luchador”.

—¿Se siente muy identificado con él?

—Absolutamente, yo también he llegado a la Presidencia de Cantabria sin ser del PP, del PSOE, de Ciudadanos o de Podemos. He llegado con un partido pequeñito y autónomo. Ambos somos gente con sentido común, honrados; queremos un mundo más justo; estamos contra el militarismo y a favor de conservar el medio ambiente, no somos extremistas de nada.

Vientos del norte

Con la tirantez en la geopolítica auspiciada en gran medida por las políticas proteccionistas de Estados Unidos bajo el gobierno del presidente Donald Trump el tópico ineludible es preguntar por su figura.

“Tengo muy mala opinión de Trump: él representa los intereses del país hegemónico del mundo y se ha mostrado muy dispuesto a conservar los intereses del petróleo, del gas y seguir causando tensiones en el planeta. Los dos grandes sectores en EU son las armas, que significan 20% del PIB, y la industria del petróleo y el gas”, insiste el político español.

Desde que llegó a la Casa Blanca hace dos años el magnate no ha hecho más que derrumbar paso a paso el legado de su antecesor, Barack Obama, lo que para Revilla es síntoma de que “Trump es un instrumento de esos intereses que ya he mencionado”.

Trump, indica, “va en contra de todo. Nosotros queremos un mundo global con personas con derechos a moverse. Mire usted, cuando llegó Colón no existía EU ni tampoco lo hacía en el siglo XVII: a la Unión Americana la hicieron una potencia quienes llegaron precisamente de afuera. Ahora tenemos un cambio esencial en muchos sentidos. Lo vemos, por ejemplo, en el proteccionismo que provoca una ralentización de la economía debido al conflicto con China; luego hay nuevas tensiones con Irán. Es que hay que mantener guerras, porque así como un electrodoméstico o un coche hay que cambiarlo, así la industria del armamento produce tanques y misiles y hay que usarlos. Las guerras sirven para descargar munición”, afirma el cántabro.

—Pero la gente le votó y Trump quiere la reelección…

—Me parece increíble que EU, teniendo Silicon Valley, que presume de los mejores intelectuales del mundo y de sus investigadores, no entiendo cómo lo votaron; pero insisto: quien manda son las grandes corporaciones y necesariamente, ante la pujanza de China, había que colocar a Trump para hacerle frente.

España aprendió de las guerras

En Europa tampoco los vientos son tranquilos, alimentados por la incertidumbre del Brexit, pasando por el resurgimiento de los grupos políticos de ultraderecha y hasta el creciente malestar del ciudadano europeo.

España no se libra de ese ambiente. Revilla lo explica así: “Venimos en Europa de una crisis muy profunda. En las crisis es muy fácil hacer demagogia y echar la culpa a los demás. En España lo de Cataluña es un aditamento que ha contribuido a favorecer la extrema derecha. Y veo que el gobierno central lo ha llevado muy mal”.

—Lo de Cataluña ya es como lo del Brexit, la pescadilla que se muerde la cola. ¿Qué opina?

—Sí, por supuesto. Debemos reconocer que tenemos un país muy plural que se ha hecho a base de puzzles; hay lenguas, hay territorios…

—Y eso crea identidades.

—Y donde hay un idioma hay identidad. Para mí es un error que España, su mayor patrimonio no haya sabido explotarlo totalmente: el concepto de la lengua. Debemos defender lo hispano, porque lo hablan 500 millones de personas, pero no lo hemos explotado a cabalidad.

—¿Cree que pueda desembocar lo de la independencia de Cataluña en una nueva guerra civil o bien en terrorismo, como pasó con ETA y el País Vasco?

—No, para nada. Hay una cosa importante que hasta esta gente independentista dice, que es claramente “pacifista”. Ya no podemos tener más guerras. Las hemos tenido a lo largo de 500 años. Aquí en España se ha comido solo pan. Este país ahora, te lo aseguro, es el país más pacifista y más contrario a cualquier intervención bélica. Lo demostramos cuando José María Aznar decidió invadir a Irak y toda España salimos a las calles a protestar.

Por ende, insiste Revilla, “no queremos más esa violencia. Ahora es una delicia ir al País Vasco, por ejemplo, ya nadie te señala con el dedo. En España se han perdido familias, se han perdido a muchos familiares y a cambio de nada. Eso ya está superado”.

Del 30 al 31 de enero pasado el presidente Pedro Sánchez realizó una visita oficial a México, muy significativa porque fue su primer viaje oficial a tierras aztecas y lo hizo a menos de dos meses de que inició el gobierno de López Obrador.

Ha salido a fortalecer todavía más los vínculos con México, pero lo hace en un momento delicado para él porque no enfrenta precisamente su mejor escenario al interior del país ibérico: cuenta con una minoría en el Congreso y le ha costado entenderse con los opositores para sacar avante los presupuestos de 2019, cuyo empantanamiento en el Legislativo podría derivar en un adelanto de elecciones generales.

—¿Usted ve al presidente Sánchez terminando la Legislatura en junio de 2020?

—Lo veo complicado, muy complicado; luego está el ascenso de Vox, la crisis de Podemos… Tenemos un país que ahora mismo está perplejo y somos extraordinariamente fuertes como ciudadanía.Somos el país más solidario del mundo, el que más dona sangre, el que más dona órganos. Somos el segundo país en mayor atractivo turístico, después de Francia. Tenemos una lengua preciada y recibimos a la gente que viene. Te puedo decir que la gente no tiene los dirigentes que merece.

—Y luego la ultraderecha beneficiándose…

—No se puede usar ese discurso, atacando a inmigrantes cuando nosotros hemos sido país de emigrantes y hemos migrado a México, a Cuba, a Argentina…