EZLN: EL FRACASO DE LAS IZQUIERDAS

El México que dibujaron los comunicados de Marcos era otro: más socialista que populista.

Carlos Ramírez
Columnas
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Veinticinco años no son nada; o son muchos. Todo depende del cristal con que se mire.

Luego de las represiones violentas y políticas contra las rebeliones obreras de 1958, estudiantiles de 1968, guerrilleras en la segunda mitad de los setenta y electorales de 1988, el alzamiento zapatista armado del 1 de enero de 1994 logró eludir la respuesta autoritaria y violenta de Estado pero no pudo impulsar el cambio político de régimen.

Veinticinco años no son nada; o son muchos. Todo depende del cristal con que se mire.

Luego de las represiones violentas y políticas contra las rebeliones obreras de 1958, estudiantiles de 1968, guerrilleras en la segunda mitad de los setenta y electorales de 1988, el alzamiento zapatista armado del 1 de enero de 1994 logró eludir la respuesta autoritaria y violenta de Estado pero no pudo impulsar el cambio político de régimen.

A pesar del carisma del subcomandante insurgente Marcos y de las simpatías sociales que frenaron la respuesta militar del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el EZLNayudó a sostener al régimen priista: el PRI ganó las elecciones en 1994, la derecha panista ocupó la Presidencia doce años, el PRIregresó al poder presidencial en 2012 y el movimiento ex priista-ex perredista-neopopulista de López Obrador llegó a Palacio Nacional en 2018.

Marcos se levantó en armas como guerrilla típicamente marxista-castrista, buscó derrocar al gobierno e instaurar un liderazgo popular. Su primer tropiezo fue en el mercado de Ocosingo y el segundo la oposición de la sociedad a la violencia. El 24 de enero, sin fuerza capaz de enfrentar al Ejército, Marcos aceptó negociar la paz con el comisionado salinista Manuel Camacho Solís.

Lo demás… fue administrar la derrota política, cambiar la agenda de la reforma de régimen por una de inversiones públicas indígenas y la rechazada caracterización constitucional de naciones indígenas.

Socialista

Marcos se negó de 1994 a 2017 a participar en elecciones institucionales, repudió al PRD y se concretó a consolidar unas cuantas alcaldías con administración de usos y costumbres. El sistema político priista aplicó el modelo autopoiético de autorreformas al margen de partidos y se fue abriendo a prácticas democráticas. En 2000, seis años después del alzamiento, el PAN logró la alternancia partidista en la Presidencia y consolidó la democracia electoral procedimental.

Sin embargo el desafío de Marcos y el EZLN no fue el de promover el ascenso de la derecha a la Presidencia, el regreso del PRI a Los Pinos y la victoria populista de López Obrador, sino la reforma del sistema político/régimen de gobierno/Estado constitucional. Es decir, no la transición a la democracia procedimental sino un gobierno popular, autogestionario y con base en el liderazgo personalista.

El fracaso de reforma de régimen no fue solo de Marcos sino de las cuatro izquierdas mexicanas: la del PRI en declinación por el avance del neoliberalismo salinista, la populista progresista de Cárdenas, la caudillista de centro-derecha de López Obrador y la socialista del Partido Comunista Mexicano.

El México que dibujaron los comunicados de Marcos era otro: más socialista que populista. Sin embargo el abusivo individualismo autocarismático de Marcos y el miedo de las izquierdas a un modelo tibiamente socialista colocaron a Marcos al margen de la lucha política y el subcomandante insurgente se ahogó en sus propios comunicados.

El error estratégico de Marcos radicó en asumirse como guerrilla rupturista y revolucionaria y en no saber construir alianzas con las izquierdas para obligarlas a salirse del corral del sistema institucional priista. Recién quiso entrar al sistema electoral con la candidatura independiente de Marichuy, pero no alcanzó las firmas.

Como movimiento político el EZLN terminó en 2018.