VIVIR CON MARTE EN LA MIRA

La oportunidad para buscar lo desconocido, la ciencia y la vida en otros planetas.

Redacción
Todo menos politica
Foto: Especial
Foro: Especial

Participar en la misión Marte es su máximo sueño: en noches insomnes y despejadas se deja envolver por el misterioso planeta rojo suspendido en el espacio estrellado porque convertirse en astronauta le ilusiona tanto como a un niño. De ahí sus pasos firmes y su trabajo científico hacia ese propósito.

Joven promesa en la investigación espacial, Danton Bazaldua Morquecho fue seleccionado hace dos años por el Consejo Consultivo de la Generación Espacial de la ONU para integrarlo a un grupo de jóvenes universitarios de distintos países en Colorado Springs, Estados Unidos, donde los participantes ofrecieron proyectos para el desarrollo tecnológico en materia espacial y en provecho de la humanidad. Luego los emprendimientos se presentaron en el Comité para el Uso Pacífico del Espacio Exterior (Copuos) en Viena, Austria.

Sin duda esa primera experiencia marcó a Bazaldua, de apenas 24 años y a un tris de obtener el título de licenciatura en Telecomunicaciones por la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

Junto a Walter Calles, del IPN, el universitario desarrolló un dispositivo que le permite al cosmonauta monitorear sus signos vitales y la radiación solar. Se trata de una App y un chaleco que pesa menos de 800 gramos y sirve de aditamento a los trajes espaciales.

El aparato de alta tecnología se diseñó para futuras misiones al planeta Marte y en el Poland Mars Analogue Simulation resultó seleccionado entre una gran cantidad de dispositivos a nivel global.

El “Chaleco de signos vitales”se considera un gadget interesante y útil, luego de ser probado en la misión análoga denominada Planeta rojo.

Sobre su experiencia en Pila, Polonia, explica: “Pensamos en un dispositivo que ayude a los astronautas análogos y permita leer sus signos vitales de manera remota y así solucionar posibles problemas de índole médica que podrían suscitarse”.

Cuenta Bazaldua que la telemedicina o medicina a distancia es un área de investigación muy socorrida y con enormes avances a lo largo de la historia de la carrera espacial, ya que el monitoreo de la salud de los astronautas es fundamental en misiones extraterrenas.

“Hoy, por ejemplo, en nuestros teléfonos inteligentes contamos con dispositivos como el que nosotros diseñamos. Las App centradas en efectuar diversas mediciones de carácter médico aportan datos muy importantes para que los profesionales de la salud puedan mejorar sus diagnósticos y prevenir afectaciones graves”, comparte.

Centrado en lograr la participación de México en la exploración espacial considera trascendental la inversión y el impulso de esta industria, que a su vez soporta el conocimiento del Universo.

“Mucha investigación efectuada en el espacio se utiliza en medicina, fisiología, biología, física, ciencias de la salud, ingeniería, comunicaciones satelitales, redes inalámbricas, sistemas de geolocalización, entre otras. Este novedoso conocimiento se utiliza para la vida humana terrestre por medio de innovaciones que enriquecen la existencia de las personas”, afirma.

De acuerdo con la NASA las tecnologías que han pasado de ser una rareza espacial a usarse de forma cotidiana superan las dos mil y entre otras tenemos celdas solares de silicio, prótesis robotizadas para humanos, alimentos deshidratados, LEDS rojos de terapia muscular, aspiradora inalámbrica de mano, trajes resistentes a altas temperaturas (astronautas y bomberos), GPS, espuma viscoelástica para colchones, válvulas cardiacas, mapas 3D, máquinas de gimnasio y mantas térmicas, etcétera.

Misión

En 2018 Bazaldua y Tania Robles Hernández, alumna de Ingeniería Mecánica de la UNAM, fueron convocados a una misión análoga a Marte en un proyecto realizado por la Mars Society, organización estadunidense sin fines de lucro que promueve la exploración espacial.

Los universitarios viajaron al desierto de Utah, Estados Unidos, escenario natural con ciertas semejanzas al planeta rojo y sitio idóneo para efectuar pruebas de resistencia y capacidad de adaptación a entornos hostiles.

Robles y Bazaldua fueron dos de los siete integrantes latinoamericanos que participaron en la misión Mars Desert Research Station. En el transcurso de 15 días el grupo fue alojado en un gran edificio de metal y forma cilíndrica que sirve de dormitorio, área de trabajo y laboratorio. Ahí los jóvenes efectuaron diversas tareas y pruebas en una situación de aislamiento, sin redes sociales y muy lejos de los amigos y los familiares.

“La experiencia fue un parteaguas en mi vida profesional y personal; las enseñanzas obtenidas en el desierto de Utah me dieron certeza sobre mi vocación y mi futuro. Seguiré en la búsqueda de proyectos espaciales donde pueda representar a México”, confía.

Colaborador del naciente Programa Espacial Universitario de la UNAM ve a la misión Marte como “la oportunidad para buscar lo desconocido, la ciencia y la vida en otros planetas. Además entenderemos por qué somos parte del Universo y sabremos más de su funcionamiento”.

El sueño por explorar el espacio no es exclusivo de Danton Bazaldua. También otros estudiantes universitarios de distintas disciplinas lo han hecho suyo: Tania Robles Hernández, Carlos Salicrup (UNAM), Yair Piña (UNAM), Carmen Félix (Tec de Monterrey), Walter Calles (IPN), Betel Martínez (UNAM) y Juan Carlos Mariscal (UNAM) son ejemplos.

“Nuestro compromiso generacional es participar en proyectos y misiones espaciales con la representación del país. Queremos trabajar e investigar en México y desde aquí contribuir en la exploración espacial. Sería genial lograr un lugar importante para nuestro país en la misión Marte”, zanja Bazaldua, uno de los líderes emergentes de la investigación espacial con sello mexicano.

Rodolfo Neri Vela, primer astronauta mexicano

En marzo de 1985 la NASA lanzó una convocatoria mundial llamada “El viajero espacial” mediante la cual buscaba reclutar a los siguientes tripulantes del transbordador Atlantis. De los 205 mexicanos que se inscribieron solo Rodolfo Neri Vela consiguió llegar al espacio y convertirse en el primer y único astronauta mexicano hasta el momento. Doctor en Ingeniería de Telecomunicaciones, nació en Chilpancingo de los Bravo, Guerrero, el 19 de febrero de 1952.