TRABAJAR CON ENERGÍA LIMPIA, RETO DE LA INDUSTRIA

La industria de las comunicaciones podría suponer 20% del total del consumo energético en 2025

Arturo Moncada
Todo menos politica
Foto: Especial
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Hasta llegar a su uso final la energía eléctrica pasa por numerosas fases y en cada una de estas se emprenden actividades con un potencial impacto sobre el entorno. Cabe distinguir entre aquellos impactos que tienen consecuencias a escala global sobre el planeta y aquellos que dejan huella sobre su entorno más inmediato, condicionando de forma más directa la vida de los ciudadanos.

La generación de energía eléctrica conlleva el consumo de recursos naturales, principalmente combustibles, consumo de agua —un bien cada vez más escaso—, generación de residuos convencionales y nucleares y, finalmente, la ocupación de territorio que por la implantación de infraestructuras tiene efectos sobre ciertos espacios naturales y sobre la flora y la fauna del entorno.

Hoy la energía eléctrica es una necesidad de primer orden y no se puede prescindir de ella, pero la necesidad de generarla de cualquier forma conlleva un impacto medioambiental catastrófico a escala mundial.

Problemática

La electricidad, pues, resulta vital para el desarrollo de la sociedad y constituye una pieza fundamental para afrontar los principales retos sociales en el camino hacia el desarrollo sostenible.

Sin embargo, diversos expertos alertan que el acelerado crecimiento de dispositivos móviles, supercomputadoras y servidores que almacenan datos digitales de millones de estos dispositivos conectados a internet utilizan un enorme consumo de energía. Un informe publicado en el diario británico The Guardian apunta a que la industria de las comunicaciones podría suponer 20% del total del consumo energético en 2025.

Indica que de continuar esta tendencia llegaría a generar hasta 3.5% de las emisiones globales para 2020, superando a la aviación y al transporte marítimo, y hasta 14% en 2040 —aproximadamente la misma proporción que genera todo Estados Unidos hoy.

La demanda de las granjas de servidores y el crecimiento de supercomputadorasconsumen mucha energía y almacenan datos digitales de miles de millones de teléfonos inteligentes, tabletas y dispositivos conectados a internet, que crecen de manera exponencial.

En tanto, otro estudio presentado en la revista Journal of Cleaner Production afirma que los centros o servidores de datos y los smartphones serán las tecnologías de la información y de comunicación que más contaminantes generen para 2040.

“Detrás de cada mensaje de texto que enviamos, de cada llamada telefónica, de cada video que descargamos hay un centro de datos haciendo que esto sea posible. Las redes de telecomunicación consumen una gran cantidad de energía, se alimentan de electricidad que aún sigue generándose por la quema de combustibles fósiles. Es un consumo energético invisible para nosotros”, explicó Lotfi Belkhir, autor principal del trabajo.

Según el estudio, de continuar dicha tendencia para 2020 los aparatos más contaminantes serán los smartphones. Y es que si bien no gastan mucha energía en su uso diario, sí la utilizan las empresas que los fabrican; a esto también hay que sumarle el uso y extracción de minerales como el coltán, oro y tungsteno, los cuales suelen ser escasos y cuyos costos de extracción son altamente elevados.

Medidas

El enorme consumo de energía que se requiere para mantener a temperatura adecuada todos los sistemas informáticos o servidores, además de la que requieren supercomputadoras y millones de dispositivos, enfrenta la problemática de evitar la contaminación ambiental por el uso de energía generada por combustibles fósiles.

Lenovo es una de las empresas que ya tomó conciencia de este conflicto. La compañía china, que puede presumir de participar en 117 de las 500 supercomputadoras más potentes del mundo (incluidas en el rankingTOP500), ya comenzó a trabajar en un sistema de refrigeración líquida, conocido como Neptuno, capaz de gastar 45% menos energía, lo que corresponde al consumo de cinco mil hogares. La medida busca reducir de forma considerable la huella de carbono dejada por esta tecnología.

En tanto, compañías como Amazon, Microsoft, Apple, Google y Facebook ya realizan una transición en sus centros de datos para empezar a funcionar con energías renovables.

No obstante, Lotfi Belkhir indica que a pesar de ello es necesario que exista una legislación que obligue a todos a hacerlo.

En el plano personal los expertos indican que también se pueden tomar iniciativas que minimicen el impacto en el uso de las redes de comunicación. Para empezar recomiendan un manejo responsable de los dispositivos. ¿Realmente es necesario descargar un video viral enviado por WhatsApp y que el usuario sabe que no verá nunca? ¿Hace falta cambiar de teléfono inteligente cuando la batería empieza a durar menos o cuando simplemente funciona un poco más despacio?

Asimismo exhortan a prolongar la vida útil de los smartphones. El solo pasar de conservarlo de dos a tres años implica un gran cambio. Otra medida es comprobar en tiendas de los proveedores los mecanismos de reciclaje que tienen para sus terminales. De igual modo se aconseja utilizar smartphones fabricados con criterios en pro del medio ambiente.

Daños al medio ambiente por generación de electricidad

Modificación o pérdida de hábitats naturales Debido a cambios en el uso del suelo (por la implantación de todo tipo de instalaciones de energía) o a cambios en los ecosistemas.

Fragmentación del hábitatPérdida de hábitat debido al aislamiento (insularización), la reducción de su tamaño y el cambio de forma de los mismos (por ejemplo, se da por la construcción de grandes embalses y presas, y en menor medida o nulo por la construcción de líneas eléctricas y parque eólicos).

Perturbación a la flora y fauna Se realizan actividades que pueden afectar a los hábitats y a las especies que en ellos habitan de diferentes formas: pérdida de ejemplares de aves y quirópteros por electrocución o colisión provocadas por las líneas eléctricas o aerogeneradores.

Emisiones de Gases de Efecto Invernadero De los seis GEI regulados en el Protocolo de Kioto cinco son emitidos debido al desarrollo de diversas actividades a lo largo del proceso de producción de energía eléctrica. En la generación de energía eléctrica en centrales térmicas la quema de combustibles fósiles da lugar a emisiones de dióxido de carbono (CO2) y óxido nitroso (N2O).

Impacto visual Las instalaciones de generación de energía eléctrica conllevan un impacto visual que puede ser significativo cuando se afecta a un entorno natural. Los parques eólicos, dada su demanda de regímenes de viento propicios, alteran el paisaje porque se ubican en cuerdas de macizos montañosos.

Fuente: Iberdrola