INFLUENZA EN MÉXICO SIGUE AL ACECHO

La autoridad sanitaria destaca que 94% de las personas que fallecieron a causa de una infección viral no estaban vacunadas.

Lorena Ríos
Todo menos politica
Foto: Especial
Tobias Arhelder

A una década de registrarse la epidemia de influenza AH1N1 en México, que de abril a noviembre de 2009 afectó a 65 mil 672 personas y causó la muerte de 656, especialistas en infectología advierten que existen condiciones para que se vuelva a presentar un brote importante en la temporada invernal 2019-2020: falta de inmunizaciones en la población vulnerable, principalmente personas con diabetes, obesidad y mujeres embarazadas, así como cambios climáticos, contaminación y falta de medidas higiénicas en espacios públicos.

La población mexicana ya no le teme al virus, no cree que pueda enfermarse y rechaza la invitación a vacunarse.

Además aún existen mitos sobre la vacuna ya que piensan que al inmunizarse contraerán la enfermedad. Y en caso de presentar un cuadro gripal, aunque este sea leve, culpan a la vacuna.

Cabe recordar que la vacuna hace su efecto entre diez y 15 después de aplicarse, por lo que en ese lapso existe el riesgo de infectarse por el virus estacional.

Durante el Master Class de Influenza que se realizó en la ciudad de Mérida, Yucatán, se informó que de acuerdo con el último reporte de la Secretaría de Salud en la temporada 2018-2019 se han confirmado cinco mil casos positivos de dicho padecimiento y se han registrado 514 defunciones.

Según la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, por edad el grupo más afectado es el de los menores de nueve años, seguido por el de los mayores de 40, y la letalidad fue ligeramente mayor en la última semana.

Los estados con mayores tasas de incidencia acumulada (TIA) por cada 100 mil habitantes son Tlaxcala, Baja California Sur, Aguascalientes, Zacatecas, Hidalgo. Y las entidades con mayor TIA de muertes son Hidalgo, Zacatecas, Tlaxcala, Baja California Sur y Durango.

La autoridad sanitaria destaca que 94% de las personas que fallecieron a causa de la infección viral no estaban vacunadas contra influenza.

Granjas avícolas y porcícolas

Las medidas de bioseguridad en las granjas no deberían ser laxas, porque se confirmó que el virus de influenza aviar se ha convertido en endémico en aves terrestres y ha cruzado las barreras entre especies. Algunos estudios revelan que los virus de las aves acuáticas —origen de la influenza— se pueden transmitir con mayor facilidad a los pavos domésticos que a las gallinas. También la transmisión de los virus de influenza porcina a los pavos se produce con frecuencia, por lo que se considera como una especie de puente entre las aves y la vida silvestre.

Las autoridades de Salud y de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural deben trabajar para detectar oportunamente cualquier mutación importante en el virus de la influenza A y anticipar una pandemia similar a la que se presentó en 2009.

El estudio Orígenes en México de la influenza pandémica porcina H1N1 de 2009 sugiere que una recombinación del virus de la influenza AH1N1 en granjas criadoras de animales mexicanas fue el origen de la emergencia sanitaria en dicho año, por lo cual es importante mantener una vigilancia continua.

Zaidi Mussaret Bano, jefa de la Unidad de Investigación en Enfermedades Infecciosas del Hospital General O’Horán, de Yucatán, consideró que la alta concentración de animales en las granjas crea condiciones para que se dé un reordenamiento (mutación) del virus de la influenza A en cualquiera de sus subtipos.

La especialista señaló que 2009 le dejó a México como lección que los hombres no estamos separados de lo que ocurre en los animales ya que el artículo publicado en la revista eLife indicó que la cepa del virus de la pandemia ya circulaba diez años antes en las granjas porcinas del país.

“Como los animales son los verdaderos reservorios de virus de influenza y es donde pueden ocurrir los reordenamientos genéticos, entre más densidad animal haya en las granjas más se favorece un reordenamiento. Es por eso que las granjas están obligadas a hacer una vigilancia y compartirla”, subrayó.

Aunque las aves son el principal reservorio del virus, los cerdos y los caballos entre otras especies también son huéspedes y conocer a tiempo una mutación, aunque no evitaría el contagio, sí ayudaría a evitar muchos casos.

Aunque no hay nada escrito, hasta ahora las pandemias de influenza se han presentado en lapsos continuos que van de diez a 40 años. En el mundo ha habido cuatro pandemias: 1918, 1952, 1968 y 2009.

Población vulnerable

Las personas con diabetes tipo 1 o 2, incluso cuando están bien controladas, corren alto riesgo de presentar complicaciones graves por la influenza, tales como neumonía, bronquitis, sinusitis e infecciones del oído. Lo anterior se debe a que la diabetes puede hacer que el sistema inmunitario esté menos preparado para luchar contra las infecciones. El cuadro puede elevar el azúcar en sangre pero a veces la gente no siente ganas de comer cuando no se siente bien y eso puede causar que los niveles de azúcar caigan.

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la manera en que el organismo convierte el alimento en energía. Existen tres tipos principales de diabetes: el tipo 1, el tipo 2 y la diabetes gestacional (durante el embarazo). En México se estima que hay 12.5 millones de personas con esta condición.

Por ello no es raro que una tercera parte de las personas que han fallecido en la actual temporada de influenza hayan tenido diabetes. Se estima que del total de las defunciones en la actual temporada de influenza, que suman 514, más de 30% eran personas con diabetes.

En ese tenor Darwin Stalin Torres Erazo, médico infectólogo del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán, dijo que para mantenerse el virus requiere de población vulnerable como aquellos que no se vacunan y además tienen comorbilidades como diabetes, obesidad, hipertensión y cáncer, entre otras.

En el caso particular de las personas con altos niveles de glucosa mencionó que esta condición los lleva a muchos cambios metabólicos y hay muchos procesos que no se completan, como los del sistema inmunológico. “Sus células de defensa no son apropiadas y los vuelven más susceptibles porque la función de fagocitosis (comerse a los virus y deglutirlos) está limitada por la falta de control glucémico y el virus prolifera”, explicó.

El especialista comentó que algo similar sucede con las personas que tienen el virus de inmunodeficiencia humana o alguna otra enfermedad que compromete su sistema inmunológico; de ahí que estos grupos sean prioritarios para aplicarse la vacuna contra influenza.