México, 11 de marzo. “Es necesario que las mexicanas aprendan a vivir una sexualidad sana desde la adolescencia para adoptar hábitos que les permitan prevenir tanto infecciones de transmisión sexual, como embarazos no planeados”, destacó Josefina Lira Plascencia, presidente del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia (COMEGO) y quien por primera vez en sus 75 años de existencia lo encabezará una mujer.
“En cualquier etapa de la vida de la mujer es importante contar con información con la cual podamos empoderarnos, responsabilizarnos y defender nuestra salud. La etapa ideal para comenzar es la adolescencia. Por esto, se vuelve de vital importancia generar alianzas con instituciones ocupadas en informar a la sociedad sobre padecimientos que se puedan prevenir”, indicó la especialista.
México se ubica en el primer lugar de embarazos adolescentes y de ahí, se derivan también prevalencias de otros padecimientos como: enfermedades de transmisión sexual, complicaciones por embarazos prematuros, parto y puerperio, parto espontáneo, aborto, entre otros. La mortalidad materna también es un problema de gravedad para las adolescentes.
Además, 80 por ciento de los padres evita hablar de sexualidad y métodos de anticoncepción con sus hijos y el resto 20 por ciento lo hace con enfoque poco adecuado. “Esta falta de información se ve reflejada en el uso del condón, donde la mitad de las mujeres queda embarazada, porque seguramente lo usan de manera incorrecta”.
Menopausia
En la etapa madura de la mujer, uno de los padecimientos principales que repercuten en la salud sexual femenina es el Trastorno de Deseo Sexual Hipoactivo (TDSH), el cual se define como la disminución del apetito y deseo sexual. Sus causas son diversas y puede presentarse debido a un evento traumático, estrés, deficiencia hormonal o hasta por problemas con la pareja, detalló Miriam Concepción Negrín Pérez, especialista en ginecología y miembro de COMEGO.
Las mujeres en ésta etapa de la vida presentan cambios hormonales, emocionales, pérdida del autoestima, aumento de peso, disminución de la fantasía erótica y en algunos casos depresión.
Incluso la menopausia puede ser un detonante para que se presente el TDSH por la pérdida significativa de DHEA, impactando la actividad sexual de la mujer con baja lubricación vaginal, disminución de la excitación sexual, atrofia vaginal, trastorno del orgasmo, entre otras afecciones.
“Con los cambios hormonales viene la disminución de lubricación vaginal, dolor en el acto sexual y alteraciones en el tejido vaginal, ya que pierde elasticidad”, expuso la especialista, quien añadió que muchas mujeres piensan que eso es normal y que no hay nada qué hacer. “Existe tratamiento para seguir con una vida sexual activa, sin molestias ni dolor, pero cada terapia se debe adaptar a cada mujer, por lo que deben acudir con su especialista y conversar sobre sus requerimientos”, exhortó.
“Empoderar a la mujer con información y conocimiento que le permita responsabilizarse y decidir por si misma sobre su sexualidad, le permitirá vivirla de forma saludable y plena. Es un derecho de todas.Es importante que acudan al médico para recibir la orientación necesaria y un tratamiento adecuado para su bienestar integral” concluyó Josefina Lira.