Soberanía energética

Expertos analizan la prioridad del gobierno de AMLO a 81 años de la expropiación

Norberto Vázquez
Política
Pemex
Foto: Cuarto Oscuro.

Ciudad de México, 19 de marzo. A 81 años de la nacionalización de la industria petrolera nacional el presidente Andrés Manuel López Obrador busca consolidar la soberanía energética mediante el rescate estructural y financiero de Petróleos Mexicanos (Pemex), por lo que ha puesto en marcha un ambicioso proyecto sustentado en el Plan Nacional para la Producción de Hidrocarburos.

El objetivo es reorganizar este sector estratégico con miras a que se transforme de manera inmediata en un motor fundamental de desarrollo para el país.

A la par de este proyecto el mandatario federal planea anunciar este 18 de marzo de manera oficial la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, para sumar siete instalaciones de este tipo a nivel nacional.

Con ello se pretende reactivar la refinación de hidrocarburos y a mediano plazo establecer un mercado nacional sustentable, que evite la importación de aceites y gasolinas, como disposición estratégica para ahorrar costos al erario público.

Y es que según expertos apenas un delgado hilo impide ya el desplome de Pemex, hoy la firma petrolera más endeudada del mundo: con una producción de crudo en declive, un problema estructural en su esquema de pensiones, una fuerza laboral-sindical excesiva y un ineficiente programa de desempeño a futuro para colocarse con capacidad en los mercados internacionales, por lo que el presidente López Obrador busca reconfigurar a la empresa productiva del Estado más importante del país para volverla competitiva, teniendo con todo ello el objetivo final de “alcanzar la soberanía energética”.

Para estos especialistas ya quedó lejos aquella empresa nacional que para 1982 ocupaba el cuarto lugar en el mundo en cuanto a reservas se refiere y el quinto en producción al exportar un millón 500 mil barriles diarios, solo detrás de potencias en hidrocarburos como la entonces Unión Soviética, Arabia Saudita, Estados Unidos e Irán, lo que se traducía en que los pozos descubiertos en Cantarell inundaban de oro negro a los mercados internacionales de petróleo.

Precisamente para recuperar esa bonanza López Obrador busca mejorar la situación financiera de Pemex, agravada en los últimos años debido a la reducción significativa de sus ingresos por la caída en los precios internacionales del petróleo y las reducciones de las plataformas nacionales de producción y exportación del hidrocarburo.

Hoy, agregan los especialistas, el Poder Ejecutivo tiene clara la intención de recuperar la bonanza de la petrolera estatal sustentando su plan al aumentar la inversión para la firma, acelerar la extracción de crudo e incrementar la refinación de hidrocarburos mediante la puesta en marcha de esta séptima refinería en Dos Bocas, con miras a suavizar la postura de mercados y calificadoras internacionales que observan con sigilo la pretensión de invertir recursos públicos a una industria problemática y en declive.

Plan

Como estrategia sexenal sustentada en un plan con el que buscará alcanzar la soberanía energética, el presidente López Obrador presentó el 15 de diciembre de 2018 el Plan Nacional para la Producción de Hidrocarburos.

Entonces dijo: “Lo más importante es el plan para rescatar a la industria petrolera, ver hacia adelante. Y es un reto, un desafío, lo que tenemos que hacer entre todas y entre todos, porque de un millón 750 mil barriles diarios tenemos que pasar a una producción de más de dos millones 400 mil barriles diarios a finales del sexenio”.

Se trata, añadió, de un plan “bastante realista que puede alcanzar esos resultados si participamos, como se ha venido haciendo, todos: los trabajadores petroleros en activo, trabajadores de planta y trabajadores transitorios. Vamos a requerir de la experiencia de los trabajadores jubilados de Pemex”.

Sobre el papel de la iniciativa privada expuso que “es muy importante la participación de las empresas que trabajan en la industria petrolera, porque no podríamos cumplir con este plan si no participan las compañías que desde hace muchos años trabajan en la exploración, la perforación, en la refinación, en la transformación del petróleo”.

En este sentido afirmó que es muy satisfactoria la disposición de “empresarios que nos van a ayudar, que ayudarán a la nación. Es un momento decisivo en la historia de nuestro país y en la historia de la explotación petrolera. No exagero. Es algo parecido a lo que tuvo que hacerse en 1938 (la expropiación petrolera por decisión del presidente Lázaro Cárdenas). Es un nuevo rescate de Petróleos Mexicanos. El año pasado se perforaron muy pocos pozos. Ahora 117 es el programa, tanto en tierras como en aguas someras. Y ya hay una nueva orientación”.

De las inversiones en la firma paraestatal comentó: “Vamos a invertir donde sabemos que hay petróleo y que nos cuesta menos extraerlo. Por razones inexplicables a veces la inversión pública se orienta a donde no hay petróleo o es escasa la rentabilidad, donde no hay negocio para la nación”.

Mencionó que se invertirá en exploración y perforación de pozos en tierra y en aguas someras de Veracruz, Tabasco y Campeche. “Vamos a reactivar la industria petrolera. Estamos haciendo un esfuerzo de verdad muy importante al aplicar un plan de austeridad republicana y con ahorros sin contratación de deuda, sin aumentar impuestos en términos reales, sin aumentar los precios de los combustibles a los consumidores”.

En torno de la producción de insumos petroleros detalló que “de este plan depende que podamos producir las gasolinas en el país; tenemos un plan nacional de refinación que consiste en reparar, mejorar y modernizar las seis refinerías, así como construir la nueva refinería de Dos Bocas, pero si no tenemos la materia prima no hacemos nada”.

Concluyó: “Por eso, qué bien que tenemos esta meta de producir, a finales del sexenio, dos millones 400 mil barriles diarios. Con eso es suficiente, manteniendo las reservas, porque el petróleo además de ser un recurso no renovable pertenece también a las generaciones futuras y no lo podemos explotar de manera irracional”.

Variantes

Al respecto, tres voces reconocidas como calificadas en el sector energético hablan en exclusiva para Vértigo y describen escenarios sobre el presente y el futuro de Pemex a 81 años de que se nacionalizó la industria petrolera.

David Shields, experto en petróleo y temas energéticos, expone el significado de los 81 años de la expropiación petrolera y describe cómo se encuentra hoy Pemex para competir en los mercados internacionales.

“Pemex ya prácticamente no tiene ni una sola ventaja competitiva de ningún tipo para competir. Su deuda financiera, su pasivo laboral, su planta industrial obsoleta y sus ineficiencias son un pesado lastre que comprometen su futuro. Además, el gobierno de AMLO no le pide a Pemex que compita en mercados sino que produzca y abastezca para un mercado interno donde dominará en forma autárquica”, expone Shields.

Ante ello, dice, “quizá la única ventaja competitiva de Pemex es el potencial petrolero de las áreas que tiene abandonadas, mismas que podrían ponerse a producir con el apoyo de compañías internacionales, pero el gobierno de AMLO no comparte esa opción. En cuanto a mercados para nuestro petróleo, Pemex cada vez más depende de mercados lejanos (Asia) para recibir su crudo y productos pesados (combustóleo). Además los mercados para el combustóleo se van a ir cerrando cuando en 2020 la Organización Marítima Internacional prohíba su uso como combustible marino. Circunstancialmente, Venezuela está casi fuera del mercado a corto plazo, lo cual sí abre espacios para el crudo pesado mexicano en los mercados de la Costa del Golfo estadunidense”.

—¿En materia tecnológica estamos preparados para competir con los grandes productores de petróleo?

—El gobierno no le pide a Pemex competir con los grandes productores globales, pero en todo caso Pemex no lo puede hacer con sus muy limitados presupuestos de inversión, que son de menos de la mitad de sus niveles de hace una década. Pemex tiene apenas 40 equipos de perforación trabajando, cifra que podría aumentar marginalmente a corto plazo. En Estados Unidos hay más de mil equipos trabajando. ¿Cuál de los dos países producirá más petróleo? Por regla de dedo, Estados Unidos agregaría 25 barriles de nueva producción por cada barril nuevo que produzca Pemex. Además, los grandes yacimientos de Pemex, sobre todo Ku-Maloob-Zaap —yacimiento que más aporta al país en la Sonda de Campeche—, están declinando, lo cual resta a la producción total.

Y expone Shields: “No se ve claro que Pemex pueda elevar la producción; o tal vez sí de manera marginal, a corto plazo, con el nuevo Programa de Desarrollo Acelerado de Campos que ahora se implementa. Pero será un impulso modesto a la producción a corto plazo ya que se trata de desarrollar campos pequeños. Por falta de inversión Pemex no invierte en exploración sino solo en desarrollo, lo cual cancela su futuro a mediano plazo. En cuanto a tecnología Pemex la compra, no la desarrolla: en ese campo tampoco compite. Le falta dinero para invertir en remediación y recuperación mejorada en sus campos maduros. Se le niega la gran opción de coinvertir con compañías líderes en la tecnología de fracking”.

—¿Cuál ha sido el principal dilema de esta industria trascendental, proveedora de las finanzas públicas?

—En la última década, sobre todo, el gran dilema de Pemex es que sus operaciones han sido muy rentables y generado grandes utilidades antes de impuestos y derechos, pero siempre hay pérdida después de impuestos. Bien dices que es una industria proveedora de las finanzas públicas, pero a costa de la propia salud financiera de Pemex.

—¿Sirvió la reforma energética que se impulsó en el sexenio pasado para estimular al sector o no se dejó florecer como se tenía planeado?

—La reforma energética apuntó a crear vías, sobre todo en el andamiaje legal, para encauzar capitales internacionales al sector de energía. Hoy las empresas privadas producen 120 mil barriles por día y participan en otros y diversos ámbitos del sector energía (infraestructura, gasolineras, gasoductos y energía renovable). Los resultados en cuanto a producción petrolera se verán solo en el mediano y largo plazo, pero el gobierno de AMLO señala que no le gusta esa inversión: por eso la desalienta activamente, no la quiere dejar florecer, cancela proyectos, rondas petroleras, subastas eléctricas… Lo cual es un grave error cuando puede complementar la actividad de Pemex y CFE. El no continuar con la reforma energética puede elevar los riesgos de desabasto energético.

—¿Cuál es su postura sobre el futuro de este sector bajo las directrices de los nuevos funcionarios que encabezan tanto Pemex como la Secretaría de Energía?

—Octavio Romero en Pemex impulsa la producción, pero sin suficiente inversión para lograr una diferencia y frenar la caída; convoca solo a contratistas nacionales, muchos de ellos con poca experiencia y grandes limitaciones. Rocío Nahle en Energía promueve la refinería de Dos Bocas, muy cuestionada por mil y un motivos (subestimación de costos y tiempos, falta de petróleo crudo, ubicación inapropiada por lejanía de mercados, etcétera), además de que rescatar las otras refinerías será muy complejo y costoso. Los dos funcionarios responden a un AMLO cegado por la ideología antineoliberal y se cortan una pierna y un brazo al negarse a ver que la verdadera solución a los problemas operativos y financieros de Pemex está en asociar a la empresa estatal masivamente con empresas internacionales que traigan capital y tecnología.

Si Pemex no va por ese camino, se pregunta, “¿cómo podrá salir adelante? Pemex recibió en la Ronda Cero grandes áreas con gran prospectividad, que hoy tiene abandonadas. Su gran oportunidad es trabajar esas áreas con socios internacionales, pero esto requiere de grandes inversiones por la necesidad de iniciar el ciclo productivo desde la exploración. No debe ser un problema: Pemex aporta los terrenos, las compañías traen la inversión”.

—La nueva administración habla de un proyecto energético para impulsar a la industria. ¿Tiene futuro?

—Más que impulsar a la industria el proyecto de AMLO para el sector es lograr una mayor autosuficiencia energética con producción nacional, la cual prevalece como objetivo sobre la opción de desarrollar mercados abiertos con competencia. En general, la industria en México prefiere mercados abiertos para poder comprar, e importar si es necesario, los energéticos que necesita y no estar supeditada a un único proveedor.

Integración

Por su parte Miguel García Reyes,doctor en Economía Petrolera con especialidad en Petróleo y Geopolítica por la Universidad Estatal de Moscú, comenta que“la integración de México al bloque de seguridad energética de América del Norte es inevitable, porque los gobiernos neoliberales se encargaron durante 30 años de pulverizar a Pemex y a la CFE”.

A Pemex, apunta, “se le dejó caer durante muchos años. Actualmente nuestra producción es de solamente un millón 700 mil barriles de petróleo diarios, muy por debajo de lo que teníamos en 2004, cuando llegamos a tres millones 300 mil barriles. Esa diferencia nos dice mucho”.

Señala que “México no tiene combustibles propios: de cada diez barriles de gasolina que consume, siete los compra en Estados Unidos. En cuanto al gas, la situación es la misma: de cada diez metros cúbicos que se importan siete vienen de plantas estadunidenses”.

Y determina: “El nuevo gobierno recibe un sector en muy malas condiciones, con poco tiempo para poder reparar los daños que le causaron a esta industria. Y yo diría que con pocas expectativas, que es lo peor. No creo que este gobierno alcance a renovar y a fortalecer de nuevo nuestro sector energético”.

Desde su perspectiva “van a pasar muchos años para que el sector energético mexicano pueda recuperarse de manera total y cabe la probabilidad de que cuando comience a repuntar tal vez el petróleo haya perdido valor y el mundo esté utilizando otras fuentes de energía”.

García Reyes advierte “que si México actúa en lo individual le será muy difícil garantizar su seguridad energética como país; le conviene más pensar en la seguridad energética del bloque norteamericano”.

Y explica: “México debe tomar en cuenta que el rescate del sector energético no depende exclusivamente de la voluntad política del nuevo gobierno, que solo dispondrá de seis años. El sector petrolero es muy dinámico. Las innovaciones tecnológicas y administrativas son constantes. Además está sujeto a los vaivenes geopolíticos. No se debe considerar como una industria estática”.

Declara que México no puede competir con las refinerías de Estados Unidos. “Tenemos seis refinerías trabajando a medio vapor porque no tenemos petróleo; y en breve seremos un país importador de petróleo. Estados Unidos, en cambio, tiene 170 refinerías, dentro y fuera de su territorio”.

—¿Qué es lo aconsejable en este escenario?

—Jugar la carta de la integración energética de América del Norte. ¿Cómo? Produciendo petróleo y mandando el producto a EU para que se refine allá. Canadá envía su gas a Estados Unidos, donde es procesado y luego regresa para satisfacer las necesidades del mercado canadiense.

Dice que el presidente López Obrador se ve más independiente que los neoliberales y puede establecer condiciones. “Si les vamos a mandar el barril a 60 dólares, regrésenlo a 120. Ganen el doble, nada más. No el triple o el cuádruple. Entonces, así haríamos un sistema más dinámico. Ya no gastar tanto dinero en nuevas refinerías, ya no gastar tanto dinero en nuevos proyectos de distribución. Entrarle de lleno a lo que podría llamarse una división internacional energética de trabajo. De hecho, esto es lo que pasa a escala mundial”.

Alternativas

Jorge Chávez Presa, experto en temas petroleros, aborda otros factores.“Salvar a Pemex requiere del capital político del presidente López Obrador, como lo está usando en el combate al robo de combustible. Ahora habrá que aplicarlo en ubicar al sindicato en la nueva realidad. El contrato laboral tiene que modernizarse para tener flexibilidad y poder reducir el altísimo costo de operación. Es inaudito que no se haya reducido el gasto de operación en el sindicato cuando la producción de hidrocarburos y productos refinados se desplomó. La austeridad republicana tiene que llegar a Pemex para desterrar los privilegios, sin dejar de recompensar las remuneraciones del talento técnico, administrativo y financiero necesario”, expone.

Propone que “a la hacienda pública también le toca su parte. La reducción drástica de la petrolización de las finanzas públicas sigue siendo insuficiente. En 2008 cada peso de gasto se cubría con 45 centavos de ingresos petroleros; ahora son menos de 15 centavos por peso de gasto. Pemex tiene que apurarse para hacer las asociaciones pertinentes que le permitan pasar de las asignaciones a las concesiones, y con ello pasar de un régimen fiscal con base en derechos sobre hidrocarburos a uno con base en Impuesto Sobre la Renta”.

De esta manera, luego de más de ocho décadas de la nacionalización de la industria petrolera, el presidente Andrés Manuel López Obrador busca darle a Pemex la bonanza estratégica que alguna vez poseyó como eje central del desarrollo y prosperidad del pueblo de México.

Contra tantas circunstancias adversas, y un entorno de feroz competencia, el proyecto de soberanía energética está en marcha.

Diez fechas clave para Pemex

1938 La Junta de Conciliación y Arbitraje emite un laudo en el que da por escindido el contrato de trabajo en vigor entre empresas y el STPRM. Inmediatamente los empresarios manifiestan al presidente Lázaro Cárdenas su deseo de cumplir con la sentencia de la Suprema Corte que los obliga a elevar los salarios de los trabajadores. Cárdenas les contesta que la decisión es extemporánea y el día 18 de marzo decreta la expropiación de la industria petrolera. Para reorganizar, concentrar y coordinar la industria nacionalizada el gobierno de México crea el 7 de junio a Petróleos Mexicanos (Pemex).

1950Se construyen dos refinerías nuevas en Salamanca y Reynosa, que complementan la refinería 18 de Marzo. De esta manera, entre 1938 y 1958 Pemex incrementa el volumen total de destilación primaria en 315% y la producción con base en la desintegración catalítica en 369 por ciento.

1965 Se crea el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) como parte de los esfuerzos en la integración vertical de la industria petrolera, cuyo propósito es desarrollar la investigación científica propia y reducir los altos costos de la importación de tecnología.

1971-1973 Nuevos descubrimientos de petróleo y gas en las áreas productoras de Tampico, Reynosa y Poza Rica. Se localizan cinco campos de gas en Nuevo Laredo y se realizan los primeros hallazgos en áreas geológicas de Chiapas y Tabasco que habrían de constituirse en las más prolíferas hasta entonces.

1976Comienza la explotación de depósitos submarinos en la Sonda de Campeche. Chac, el primer campo marino de esta zona, da pie a nuevos descubrimientos, conformándose así el complejo Cantarell, que para la siguiente década se convertiría en el principal productor del país.

1981 La sobreoferta petrolera mundial y la liberación de los precios que regulaban la industria petrolera norteamericana traen como consecuencia una caída generalizada de los precios que afecta gravemente a los países productores independientes, entre ellos México.

1990 Se agudiza la inestabilidad del mercado petrolero internacional por los efectos de la invasión militar de Irak a Kuwait. Al mismo tiempo la recesión de la economía mexicana conforma el marco en que la industria petrolera mexicana se desenvuelve durante la primera mitad de la década de 1990.

2007-2008 La producción anual de crudo en México se incrementa hasta alcanzar la cifra de mil 237 millones de barriles, destacándose en este rubro el complejo Cantarell. Sin embargo este campo gigante, considerado el segundo mayor a escala mundial, comienza su declinación.

2013 La reforma energética aprobada este año consiste en mitigar efectos mediante la creación de mercados competitivos en toda la cadena de valor de hidrocarburos y electricidad. Se establecen nuevos esquemas que incentivan la participación de compañías privadas en las empresas productivas del Estado.

2018Los contratos asignados con la reforma energética aportaron 70 mil 144 barriles diarios de petróleo crudo al cierre de 2018, cifra máxima histórica y equivalente a alrededor de 4% de la producción nacional del país, de acuerdo a estimaciones de Monitor Energético con base en datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).

Exportaciones de crudo por tipo y región 2014-2019

(miles de barriles diarios)

Año

Tipo Istmo

Tipo Maya (A)

Tipo Olmeca

Total

Región

América

Región

Europa

Región

Oriente Lejano (B)

Total

2014

134

917

91

1,142

828

214

100

1,142

2015

194

854

124

1,172

705

248

291

1,172

2016

153

934

108

1,194

638

219

317

1,194

2017

86

1,069

19

1,174

638

219

317

1,174

2018

31

1,153

0

1,184

674

199

311

1,184

2019 (Enero)

0

1,071

0

1,071

530

224

317

1,071

A Incluye crudo Altamira y Talam.

B Incluye otras regiones.

Fuente: Pemex

Producción de crudo y proyecciones (2006-2024)

Año

Miles de barriles por día

2006

3,256

2007

3,076

2008

2,792

2009

2,601

2010

2,557

2011

2,553

2012

2,548

2013

2,552

2014

2,429

2015

2,267

2016

2,154

2017

1,950

2018

1,823

2019

1,773

2020

2,018

2021

2,089

2022

2,192

2023

2,317

2024

2,480

Fuentes: Pemex y SHCP

Refinación nacional

En la actualidad las seis refinerías de Pemex tienen una capacidad instalada para procesar cerca de 1.6 millones de barriles al día, aunque durante 2017 se procesaron en promedio 770 mil barriles al día, que corresponden a 48% de la capacidad de producción. De acuerdo con un estudio realizado por la Comisión Federal de Competencia Económica las refinerías mexicanas presentan rezagos operativos y de infraestructura que provocan problemas de estabilidad en la producción, en el cumplimiento de los estándares apropiados de seguridad industrial y en el cumplimiento de ciertas normas ambientales. Esto obedece fundamentalmente, según el estudio, a que la infraestructura de refinación no se ha modernizado de manera apropiada, por lo que sería necesario invertir en la renovación de la misma antes de pensar en la construcción de nuevas refinerías, sin mencionar que del crudo mexicano, por su nivel de pureza, no se puede aprovechar de la manera más eficiente la extracción de gasolina, lo que podría implicar la necesidad de importar crudo con mejores características de refinación.

Futuro energético mundial hacia 2040

El 20 de febrero del año pasado BP Energy Outlook (organismo dedicado a las proyecciones energética en el mundo) publicó su World Energy Outlook 2018, en el que se describen y analizan las principales tendencias del sector energético global hacia 2040. Para proyectar la demanda de crudo los cálculos se basan en una relación histórica que existe entre el crecimiento poblacional, el crecimiento económico de los países y el uso de energía. La lógica es simple: a medida que se expande la economía global se incrementa la demanda de energéticos. BP espera que el crecimiento poblacional y económico mantengan la demanda de crudo en ascenso durante las próximas dos décadas, a una tasa promedio de 1.3% anual.

Actuales refinerías en México

Nombre

Capacidad (miles de barriles diarios)

Abastecimiento

Cadereyta

275

Norte del país

Salamanca

245

Región central (también produce lubricantes)

Tula

315

Ciudad de México

Madero

190

Centro y Golfo

Minatitlán

185

Sur y Península de Yucatán

Salina Cruz

330

Litoral del Pacífico

Fuente:Pemex

Puntos principales del Plan Nacional de Hidrocarburos

Rescatar a Pemex, reparar, mejorar y modernizar las seis refinerías en el país y construir la nueva refinería de Dos Bocas.

Producir dos millones 400 mil barriles de crudo diarios al 31 de diciembre de 2024.

Se incrementarán las reservas, enfocando los esfuerzos en cuencas del sudeste en aguas someras y en tierra, así como en cuencas convencionales del norte.

Para reactivar producción en Pemex se centrará el trabajo en perforación y reparación de pozos.

Asegurar el incremento de las inversiones en exploración de 10% anual.

El plan prevé trabajar en la recuperación de Cantarell.

Cada tres meses se evaluará el estado que guarda el plan anunciado.

La Dirección General de Pemex se trasladará a Ciudad del Carmen, Campeche.

Se harán importantes inversiones en Veracruz, Tabasco y Campeche.