LA OLIMPIADA NACIONAL SE TAMBALEA

Un evento que lleva consigo valores humanos indispensables para el progreso.

Cristopher Rivera
Columnas
Foto: Especial
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Dicen que la ignorancia es la madre de todos los males. Y me da mucha pena pero de ese mal padecen muchos de los que están al frente de nuestro deporte. ¡Apenas llegan y la riegan! Es realmente atroz escuchar tantas barbaridades e ideas poco fundamentadas que, aparentemente, tienen como objetivo impulsar nuestro deporte y revolucionarlo como nunca.

De verdad que en esta oportunidad me hubiera gustado expresarle mi punto de vista con respecto de otros temas que tienen relevancia, pero me ganó el coraje; para qué le digo que no, si sí. Es un coraje que vengo cargando desde finales de febrero, cuando a la titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, Ana Gabriela Guevara, se le hizo fácil impulsar el objetivo de erradicar la Olimpiada Nacional. Esa idea ya la había propuesto un bueno para nada como Alfredo Castillo, antecesor de Guevara en dicho organismo.

¡De verdad no puedo creer tal intención! Yo nada más le puedo decir que la Olimpiada Nacional es un certamen formativo, un evento que lleva consigo valores humanos indispensables para el progreso de los diferentes círculos sociales que existen en nuestro país, un producto del que se han derivado medallistas olímpicos, pero sobre todas las cosas es el fomento a la activación física que tanto necesitan nuestros niños y adolescentes, muchos de ellos inmersos en entornos sumamente complicados.

Los protagonistas de esta absurda y aterradora idea manifiestan que la Olimpiada Nacional ya no puede seguir adelante porque su calendario está desfasado del calendario internacional. ¡Bueno, pues entonces organícenlo mejor! Demuestren que pueden tener la habilidad de reorganizar el evento.

Por otro lado aseguran que se necesita otra política del deporte en nuestro país, además de priorizar disciplinas que realmente nos podrían dar en un futuro grandes satisfacciones. O sea, dan a entender que ya es obsoleta la Olimpiada Nacional y que a largo plazo no nos entregará gran cosa. Mmm. Que nos digan algo que no sepamos, porque está claro que la Olimpiada Nacional necesita desde hace muchísimo tiempo actualizarse, ¡pero no desaparecer!

Les voy a dar un consejo a todos los involucrados en el deporte de nuestro país que quieren enterrar dicha fiesta: ¡Tomen un buen curso o maestría de Gestión Deportiva! En ella podrán aprender a incentivar o bien revalorizar una utilidad tan importante como lo es la Olimpiada Nacional. Digo, el consejo va solo para aquellos que tienen una licenciatura ya que solo así podrían tomar mi recomendación… ¡Perdón, Ana!

Ah, y por cierto: también dicen que les sale muy cara la Olimpiada Nacional.

¿Sugerencias?

El tiempo pasa señoras y señores. Pido por favor que definan de una vez por todas cuál sería la estrategia a seguir para sustituir a la Olimpiada Nacional por otro marco que ayude a formar atletas, a impulsar el deporte, a fomentar la activación física, etcétera.

¿Cómo le van a hacer? ¿Qué ideas tienen? ¿En que están pensando? No solo a mí me interesa sino a todos los jóvenes que quizá sueñan con representar a su país algún día en unos juegos olímpicos, jóvenes que si desaparece la Olimpiada Nacional podrían ver truncada su carrera deportiva.

Para mí la Olimpiada Nacional debe continuar, debe seguir vigente; y sí, con nuevas ideas, con nuevos formatos, pero nunca perder su espíritu, porque gracias a ella tenemos muchas cosas que presumir en el deporte de nuestro país.