EL FREE ENTRE TOMÁS BOY Y CHIVAS

Todos evidenciaron que no tenían un plan o un proyecto sobre el escritorio o bajo el brazo.

Cristopher Rivera
Columnas
Foto: Especial
Cuartoscuro

No solo en el futbol sino en otras disciplinas también los procesos a nivel plantel, técnicos o staff de coacheo, así como de entorno directivo, nacen a partir de un proyecto, mismo que valoran las personas pertinentes para posteriormente planear con el único fin de alcanzar los resultados deseados. Es un proceso natural aquí y en China.

Aunque, bueno, si se trata del futbol de la Liga MX las cosas no necesariamente funcionan así. Ejemplos hay muchos, realmente muchos.

En la actualidad es el caso particular de las Chivas. ¡Sí! Ese equipo que, mediáticamente hablando, significa mucho y para la mayoría, a pesar de no ser el más ganador del futbol mexicano, no deja de ser el de más importancia por su historia y sus tradiciones.

La realidad es que ya tienen ratito decidiendo con las patas en Chivas, pero lo de estos días pasados no tiene nombre, sobre todo por la manera en que se dieron las cosas y por los argumentos que se expresaron por parte de los protagonistas.

¿Qué pasó?

¡Bueno! Resulta que la directiva del Club Deportivo Guadalajara se dispuso a buscar nuevo técnico luego de la destitución del paraguayo José Saturnino Cardozo, quien no tuvo un buen rendimiento en dicha institución. Y como era de esperarse los rumores sobre quién será el nuevo estratega del cuadro rojiblanco comenzaron a surgir. Se mencionaron muchos nombres; uno de ellos, increíblemente, el de Julen Lopetegui, ex entrenador de la selección española y del Real Madrid, entre otras bombas de humo.

Un buen día, para ser exactos el pasado miércoles 10 de abril, el Club Guadalajara publicó un comunicado oficial en el que formalizó el nombramiento de Tomás Boy como nuevo entrenador. En un principio yo, para serle sincero, no lo vi tan mal; tampoco lo vi con muy buenos ojos pero pensé: “Tiempo al tiempo”.

Las cosas se nublaron, por lo menos para su servidor, cuando horas más tarde, después de aquel comunicado, José Luis Higuera, CEO de Chivas, y Mariano Varela, director deportivo, ofrecieron una conferencia de prensa para presentar al propio Boy y ahí todos evidenciaron que no tenían un plan o un proyecto sobre el escritorio o bajo el brazo: simplemente se les dio la gana trabajar en comunión, así porque sí.

La declaración más penosa en esa rueda de prensa fue de José Luis Higuera, quien dijo que “no hay condicionamientos para Tomás, si califica o no califica al equipo. Ahora mismo es simplemente conocernos, empatizar en lo que pretendemos, después nos sentaremos y evaluaremos bien, para entender los proyectos”.

¡Hágame usted el favor! Señor Higuera, discúlpeme, pero quiero decirle que desde mi muy humilde opinión los proyectos tienen que estar entendidos y claros al momento de designar al entrenador. Eso, por un lado; y, por otro, que no puede ser que este proceso de Tomás Boy también sea para que ambas partes se conozcan y vean si hay química…. El futbol genera empatías mediante otra estrategia.

¡Caray! Parece una relación de pareja en la que se decide, como dicen los chavos, echarse un free y después ver si siguen o no.

No es un juguete

Chivas no es cualquier equipo y no es una marioneta: es un club de mucho peso en nuestro país y no merece tales formas. Después de la salida de Matías Almeyda y la venta de jugadores clave las cosas simplemente no se han dado para este equipo, gracias en gran parte a decisiones como la que expongo en estas líneas.

Chivas necesita gente seria y con real conocimiento de causa del negocio del futbol, ese que, reitero, aquí y en China camina con base en proyectos claros.