AYER Y HOY

Una solución es recorrer un camino diferente: de autosuficiencia e independencia.

Guillermo Fárber
Columnas
Foto: Especial
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Simón Black se refiere a su país, Estados Unidos, pero igual se aplica a otros lados; México, por ejemplo:

“Mi abuelo era solo un niño cuando los soldados regresaron a casa después de la Primera Guerra Mundial en 1918. Como adulto joven mi abuelo luchó, como todo mundo, durante la Gran Depresión con el resto del mundo. Y justo cuando las cosas empezaron a mejorar estalló la Segunda Guerra Mundial. Mi abuelo sobrevivió a todo eso.
“Después de la guerra mi abuelo tomó un trabajo como maestro. Y con ese único salario pudo comprar una casa, mantener a su familia, comprar un automóvil y tener una pensión segura.

“Hoy el costo de la vida está totalmente fuera de control. El salario de maestro de mi abuelo era más que suficiente para mantener a su familia en un estilo de vida cómodo y de clase media. Hoy eso sería casi imposible. La mayoría de las veces, en un hogar típico, se necesita que trabajen ambos padres para llegar a fin de mes. Las estadísticas del censo muestran que solo 25% de los hogares casados con hijos tenían doble ingreso en 1950. Hoy es casi 70 por ciento.

“Además para calificar a muchos empleos ahora debes tener un título universitario, que conlleva enormes costos en un préstamo estudiantil que te lleva décadas pagar (si algún día lo logras). Incluso después de ajustado a la inflación una educación universitaria típica en EU cuesta cinco veces más que en 1960, según el Centro Nacional de Estadísticas de la Educación. Hoy un joven típico sale de la universidad con una deuda estudiantil que supera los 40 mil dólares. Y millones de jóvenes tienen una deuda estudiantil que supera los 100 mil”.

Concentración del ingreso

“Mis abuelos no tenían ninguna deuda y en cambio tenían muchos ahorros en efectivo, como era típico de su generación. Pero el hogar promedio de hoy (según los datos de la Reserva Federal) acumula una deuda de consumo superior a 30 mil dólares, con un saldo bancario de menos de cinco mil.
“Esto está muy lejos de la ‘promesa americana’ original, donde la persona promedio podría trabajar duro, ahorrar dinero y darse el lujo de jubilarse.

“Hoy el sistema ya no está diseñado para proporcionar nada de eso. Los salarios y los ahorros no siguen el ritmo de la inflación; al contrario, se retrasan continuamente. La deuda ha estallado. La gente trabaja más duro pero se vuelve menos próspera. Y la jubilación es todo menos segura. Estos problemas no pueden solucionarse en una caseta electoral de votación. O esperando que los bolcheviques diseñen la prosperidad para todos. Y ciertamente no siguiendo el statu quo. Una solución mejor es recorrer un camino completamente diferente: uno de autosuficiencia e independencia”.

Es a lo que lleva un modelo financiero como el actual, basado en un “dinero” fíat que no es dinero real sino pura deuda, IOUs, dígitos de nada, numeritos virtuales en una pantalla…