TREN MAYA: DETONADOR DEL DESARROLLO (I/V)

Conectará las principales ciudades y circuitos turísticos de la zona maya, y a esta con el resto del país, y más allá.

Ángel Hernández
Política
Foto: Especial
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La construcción del Tren Maya tendrá un fuerte impacto en el sudeste del país: por su trascendencia y tamaño —abarcará cinco entidades y tendrá una extensión de mil 525 kilómetros— será un detonador de la economía local con la generación de empleos, además de que permitirá el reordenamiento territorial y mejorará la vida de sus habitantes.

Todo ello con medidas para la protección al medio ambiente en una región con gran riqueza natural de selvas, ríos, fauna y asiento de importantes zonas arqueológicas.

Es uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador por sus dimensiones: es el más grande de América Latina en la actualidad y uno de los más importantes a escala mundial.

El Tren Maya tendrá como objetivo central mejorar la vida de los habitantes del área mediante un desarrollo armónico que se sustentará en cuatro ejes principales: social, ambiental, económico y cultural.

Concebido para operar en 2023, lo que significa que su construcción se hará en tiempo récord (tres años y medio), el Tren Maya formará parte del sistema ferroviario nacional y conectará con las rutas de Estados Unidos y Canadá.

El circuito se conectará en la estación de Palenque con el sistema del Istmo de Tehuantepec y de ahí con el resto de la red ferroviaria del país, lo que a su vez le permitirá vincularse con los circuitos ferroviarios de Norteamérica: el tren que se utilizará será construido bajo normas técnicas, mecánicas y ambientales estadunidenses.

El director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, destaca en entrevista que el tren contará en una etapa inicial con 15 estaciones, tendrá un costo de 120 a 150 mil millones de pesos, y su uso será versátil al permitir el transporte de trabajadores en las primeras horas del día, más tarde el traslado de turistas y en las horas de la tarde-noche será para transporte de carga.

De las críticas respecto de posibles daños que el tren podría provocar en áreas protegidas como la Reserva de la Biosfera de Calakmul, manglares, ríos y zonas arqueológicas, el responsable del proyecto afirma que esas preocupaciones son legítimas, para lo que se trabaja con un equipo de científicos, instituciones como la UNAM, ambientalistas y organismos gubernamentales como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para allegarse insumos y trabajar de manera coordinada para evitar daños durante la construcción.

Sin embargo niega que la obra vaya a dañar los manglares ya que estos ecosistemas se encuentran retirados del paso del tren; asimismo se tendrá mucho cuidado en la protección de selvas y ríos, se cuidará el paso de la fauna y se subsanarán errores en materia ambiental que se han cometido en la región desde hace décadas.

“Calakmul al final de esta administración no será afectado sino que se va a fortalecer”, destaca.

Bienestar social, meta

El Tren Maya se concibe como un proyecto de infraestructura, desarrollo socioeconómico y turismo sostenible en el que se busca que su rentabilidad principal sea el bienestar social. Es decir, se trata de un proyecto de vanguardia que busca la prosperidad incluyente.

Este nuevo servicio de transporte conectará las principales ciudades y circuitos turísticos de la zona maya con la finalidad de impulsar la gran riqueza natural y cultural, así como el desarrollo turístico, ambiental y social de la región.

El director general de Fonatur, conocedor profundo del sudeste por haber participado hace varias décadas en el proyecto de la Ruta Maya (antecedente del Mundo Maya), cuenta que en diversas pláticas que mantuvo con AMLO, a quien conoció hace más de 40 años en Tabasco, analizaban cuál podría ser una obra que pudiera detonar el desarrollo de la región.

Y mientras él se decantaba por el fomento de los puertos marítimos, López Obrador consideró que un tren podría ser el gran detonador del desarrollo en el sudeste de México.

“Si uno analiza la perspectiva del presidente, esta es muy cierta: el tren tiene virtudes en términos de medio de transporte que, respecto de las carreteras, contamina 100 veces menos; es muy puntual en su incidencia, y a diferencia de la carretera, en la que uno se puede bajar en cualquier lugar, el tren requiere para ello de una estación. Si uno revisa los mapas europeos acerca de cómo se comportan las estaciones de trenes se puede comprobar que inciden en la conformación y en el ordenamiento territorial”, detalla Jiménez Pons.

Mayor equilibrio

Agrega que al presidente le preocupan dos aspectos en el sudeste: el crecimiento en la zona norte de Quintana Roo, que en los últimos años se ha dado de manera desordenada, como en Playa del Carmen, por un lado, mientras que, por otro, Chiapas, Tabasco y Campeche experimentan un decrecimiento económico importante.

“Con la llegada de López Obrador a la Presidencia se puede decir que se retoma un camino que no debió haberse nunca abandonado en términos de un desarrollo más equilibrado; hay rezago del sudeste, que desde hace 35 años no tiene una obra importante, por lo que es momento de emparejar las condiciones de desarrollo”, señala el titular de Fonatur.

Destaca que el sudeste resulta invaluable y puede generar mejores condiciones de crecimiento de la nación porque tiene agua y otros muchos recursos naturales que acompañan la presencia de ese vital líquido. Y si bien estas condiciones son necesarias para detonar el crecimiento económico, refiere que en la actualidad hay zonas como el norte de Quintana Roo que experimentan un gran crecimiento pero con mucho desorden.

“Como sucede en Ciudad del Carmen, que crece arriba de 15% anual: una tasa de crecimiento exagerada. Lo malo de este crecimiento es que es desordenado. Tulum por ahí va. En el caso de Cancún su éxito fue tal que hoy cuenta con zonas muy conflictivas. De ahí que el Tren Maya es una visión de desarrollo regional que estará acompañado de una serie de obras complementarias para corregir estas circunstancias”, puntualiza.

Jiménez Pons refiere que quienes se dedican a la planeación siempre deben tener horizontes de 30 y 50 años; y en el caso de los ferrocarriles hasta de 100 años, que es lo que se ha aprendido últimamente en la industria ferroviaria, lo que significa que se tiene que ser consecuente con los desarrollos.

Subraya que en la actualidad los desarrollos en el país tienen la obligación de respetar cuatro factores fundamentales: económico, ambiental, social y cultural.

“Si estos cuatro factores se mantienen equilibrados es como una mesa de cuatro patas, por lo que al planear correctamente los proyectos vamos a generar círculos virtuosos de desarrollo y de estrategias muy particulares”, apunta.

Proyecto incluyente

Por su extensión de mil 500 kilómetros el proyecto del Tren Maya es una de las obras ferroviarias más grandes del mundo en la actualidad. Su longitud es cercana a la distancia de la Ciudad de México a Ciudad Juárez, Chihuahua.

Se tienen proyectadas 15 estaciones en una primera etapa, que se ampliarán más tarde. Las estaciones significarán una oportunidad de ordenamiento territorial en distintos tamaños y en distintas escalas.

Rogelio Jiménez pone como ejemplo el proyecto de la estación de Palenque, Chiapas, para la cual en asociaciones con particulares se cuenta con mil hectáreas para un ordenamiento territorial nuevo que iniciará a partir de la conurbación entre el pueblo de Palenque y donde se ubicará la estación del tren, lo que creará una nueva estructura urbana.

“Este ordenamiento territorial tiene como premisa fundamental que sea incluyente en términos sociales, que sea responsable ambientalmente, que permita desarrollar un negocio prudente y que sea rentable. En consecuencia el uso del suelo para nosotros es importante: 70% área verde y 30% urbanizado”, resalta.

De los servicios que brindará el Tren Maya (pasajeros locales, turismo y carga), Jiménez Pons expone que del primero se conoce que se le subsidia en muchas partes del mundo, en tanto que el pasaje de turismo se cobrará a nivel de la tarifa del mercado y que sea razonable, por lo que el servicio de carga será el que pagará realmente el tren.

“La carga es muy importante porque actualmente la mercancía y otros insumos que recibe el sudeste, y toda la península de Yucatán, dependen de insumos del centro del país, empezando por los combustibles, como gasolina, combustóleo o gasavión, que llegan por pipas”, indica.

Y reitera que una vía de ferrocarril es 100 veces menos contaminante que una carretera: de ahí la importancia de alentar el transporte de carga por ferrocarril, que aparte de ser más barato es más conveniente ecológicamente.

—¿El Tren Maya es un circuito cerrado?

—Palenque se conecta con el tren del Istmo de Tehuantepec. Los dos van a tener una infraestructura que permitirá que desde Cancún uno se pueda conectar con Canadá o con Estados Unidos. De hecho, el ferrocarril estará diseñado por la norma estadunidense.

Aclara que no será un sistema ferroviario insular sino que se vinculará al resto de la República por medio de la red nacional del ferrocarril y los puntos de contacto serán en Palenque: por un lado vendrá el ferrocarril del Istmo y al llegar a ese municipio de Chiapas se utilizará la vía de la cual tendrá Fonatur los derechos a nombre del gobierno federal.

Jiménez Pons asegura sentirse comprometido con el proyecto y con los tiempos para finalizar la obra ya que se trata de un proyecto de seis años con jornadas de 14 a 16 horas de trabajo.

Reconoce que el Tren Maya es el gran proyecto de su vida profesional ya que si bien ha participado en otras obras importantes, como Tabasco 2000, que recibió un premio mundial de urbanismo, el que ahora encabeza tiene una escala 20 veces superior. “Es una escala muy compleja y evidentemente llego con un equipo muy grande, de gente muy experimentada, además de que está llegando gente del extranjero para apoyarnos. Reconozco su complejidad y dificultad, pero también es el proyecto más bueno de los que tiene planeados el actual gobierno federal, sin dejar de reconocer que hay otros muy importantes para el país”.

Admite la importancia de las críticas y los cuestionamientos que se han hecho respecto del Tren Maya, por lo que pide a los medios de comunicación y a los mexicanos en general estar pendientes del desarrollo del proyecto: es necesario que los temas que causan dudas entre la población se conozcan y se tengan respuestas para evitar posibles daños, invita.

“No podemos hacer más que transparentar los procesos, dar garantías a todo mundo de que este proyecto se hace conforme a la ley. Y lo primero que debemos evitar es cualquier acto de corrupción, cualquier acto de chanchullo y de simulación. Tenemos que actuar de manera transparente y clara en esto para dar confianza y demostrar que este es un nuevo gobierno”, puntualiza.

En las siguientes cuatro entregas desglosaremos cada uno de los pilares en los que se sustenta el proyecto del Tren Maya: social, económico, ambiental y cultural.

Tren Maya

Es un proyecto de infraestructura, desarrollo socioeconómico y turismo sustentable cuya principal rentabilidad será el bienestar social. Será un nuevo servicio de transporte férreo que conectará las principales ciudades y circuitos turísticos de la zona maya para impulsar la gran riqueza natural y cultural, así como el desarrollo turístico, ambiental y social de la región.

Principales objetivos

Impulsar el desarrollo socioeconómico de la región y las comunidades locales.

Fomentar la inclusión social y la creación de empleo.

Promover y resguardar las culturas indígenas locales, así como las zonas arqueológicas y el patrimonio cultural.

Proteger y rehabilitar las Áreas Naturales Protegidas en la península.

Fortalecer la industria turística en México.

Apoyar el ordenamiento territorial de la península.

Diseño del sistema

El diseño del circuito del Tren Maya abarca los estados de Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, donde se ubicarán las 15 estaciones iniciales con las que contará.

El recorrido de mil 525 kilómetros se dividirá en tres tramos: en la selva será de 426 kilómetros, el del Caribe se extenderá por 446 kilómetros y el del Golfo alcanzará 653 kilómetros.

De acuerdo con Fonatur el circuito se conectará en la estación de Palenque con el Sistema Ferroviario del Istmo de Tehuantepec y de ahí con el resto de la red ferroviaria del país, que operan seis compañías privadas y una paraestatal.

Una vez que concluyan los trabajos del Tren Maya este sistema ferroviario se interconectará con el sistema de ferrocarriles del país, lo que a su vez le permitirá vincularse con los circuitos de Estados Unidos y Canadá, ya que el tren se construirá bajo normas técnicas, mecánicas y ambientales estadunidenses.

La gente al centro

El Tren Maya tiene en el centro del proyecto a la gente. De ahí el origen de su nombre: propone integrar la capacidad turística, económica, social y cultural de la región, impulsar un mayor bienestar en los habitantes y proteger el patrimonio cultural y natural de la zona maya.

¿Por dónde pasará?

Recorrerá toda la periferia de la península de Yucatán para interconectar Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

Para minimizar el impacto ambiental y social, 95% de la ruta pasará por infraestructuras ya existentes (derecho de vía).

En los tramos en los que el derecho de vía está por obtenerse se buscará asociar a los propietarios con el proyecto para que reciban ingresos por su patrimonio.

En el caso de las estaciones los propietarios (individuales o comunitarios) podrán convertirse en socios del desarrollo local.

Datos básicos

¿Cuándo estará listo? Comenzará un periodo de pruebas a finales de 2022, para que la operación inicie a finales de 2023.

¿Qué tipo de servicios ofrecerá?Será un tren con diferentes modalidades que atenderá a pasajeros locales, turistas y carga.

¿Qué clase de turismo impulsará?El proyecto implica un nuevo paradigma de turismo incluyente, en el que los beneficiarios se distribuirán en la comunidad. Esto implica respetar a los pueblos originarios y sus tradiciones, así como proteger el patrimonio cultural, los ecosistemas y los servicios ambientales.

¿Qué características tendrá?El tren recorrerá mil 525 kilómetros, su velocidad máxima será de 160 km/h y contará con servicio para turistas, pasajeros locales y carga.

¿Dónde estarán las estaciones? Palenque, Tenosique, Escárcega, Mérida, Valladolid, Puerto Morelos, San Francisco de Campeche, Izamal, Chichén Itzá, Cancún, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto, Playa del Carmen, Tulum y Calakmul.

¿Cómo serán las estaciones? El diseño de las estaciones lo harán destacados arquitectos nacionales e internacionales en colaboración con los colegios de arquitectos y de ingenieros civiles de los cinco estados involucrados.