CAMBIO DE ERA EN JAPÓN: ABDICA EL EMPERADOR AKIHITO

En agosto de 2016 el emperador Akihito de Japón anunció su decisión de abdicar debido a su edad.

Arturo Moncada
Política
Foto: Especial
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En agosto de 2016 el emperador Akihito de Japón anunció su decisión de abdicar debido a su edad y por considerar que su salud no le seguiría permitiendo cumplir sus funciones.

Más de un año después, el 1 de diciembre de 2017, el primer ministro Shinzo Abe, luego de una reunión del Consejo de la Casa Imperial —que integran diez miembros del gobierno, representantes de los altos órganos judiciales e integrantes de la propia familia imperial—, anunció de forma oficial que la fecha de abdicación del emperador se realizaría el 30 de abril de 2019.

Así termina la era de Akihito, que comenzó en 1989 tras la muerte de su padre, Hirohito.

La actual Constitución nipona, que se redactó y aprobó tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, define al emperador como “símbolo del Estado y de la unidad de la nación”, despojándolo del poder político directo que la Constitución Meiji otorgaba a esta figura.

Cambio

En entrevista para Vértigo, Fernando Barbosa, catedrático y experto en temas de Japón, quien fue honrado en 2018 por el emperador Akihito con la Orden del Sol Naciente, explica el alcance de este acto, donde los japoneses y el resto del mundo observarán dos sucesos importantes: la primera abdicación de un emperador en 200 años y de esta forma la primera sucesión en vida de un emperador en dos siglos.

Hace 200 años, cuando abdicó el emperador Kōkaku, este tipo de escenario se consideraba predecible y no era nada extraordinario. Sin embargo, luego de la revolución Meiji en 1868 y la Constitución de Japón de finales del siglo XIX se estableció que el emperador no podía abdicar y esto quedó muy claro en la ley de la Casa Imperial del año 1947, después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy la abdicación es un hecho bastante insólito o fuera de las reglas y por eso se dio la necesidad de hacer un cambio en la ley para permitirlo.

De hecho, añade Barbosa, “el emperador Akihito ya había dado muestras alrededor de 2010 de querer entregar el poder a su hijo, pero no hubo ninguna reacción. La idea tenía que pasar por todos los filtros internos de la Casa Imperial, que se caracteriza por mantener siempre una postura muy conservadora. Lo que sucedió en los últimos años tuvo origen en un discurso del emperador en el que pedía que por favor le aceptaran su renuncia, lo que finalmente movió al gobierno a buscar una salida legal que finalmente concluyó con permitir que el actual emperador abdicara en favor de su hijo mayor, el príncipe heredero Naruhito.

—Durante sus 30 años como emperador Akihito ha defendido en sus viajes y discursos un compromiso pacifista. ¿Cuál es el legado de su reinado?

—La era Heisei como se conoce a la era del emperador y la cual está culminando fue muy agitada para Japón. Presentó problemas como lo del accidente nuclear del reactor de Fukushima, el terremoto de Kobe en 1995, una profunda crisis económica después de que explotó la burbuja financiera de finales de 1989, cuando apenas empezaba su reinado y otra serie de dificultades desde el punto de vista social y económico, que han sido complejos.

Si bien el emperador tiene prohibido tomar partido o intervenir en política por mandato constitucional, recuerda, “considero importante señalar que el emperador, quien es símbolo del Estado, mantuvo tanto a nivel interno como internacional la bandera de la paz, que aunque es algo simbólico tiene consecuencias políticas evidentes. Destacan sus mensajes simbólicos de paz, como el visitar y orar por todos los muertos de cualquier bando en los sitios donde se registraron graves mortandades por la violencia de la guerra, contra el intento de una reforma a la Constitución que prohíbe al gobierno utilizar la guerra como recurso para resolver conflictos internacionales. Existe un proyecto desde hace años de políticos conversadores, donde el primer ministro Abe es el más notable, que luchan por que ese artículo se modifique y le permita a Japón ser una potencia militar como cualquier otra.

—Con la abdicación surge de nuevo el debate sobre si la sucesión al trono imperial debe mantener la tradición patrilineal, ante los pocos herederos que existen ahora…

—Actualmente, luego de la abdicación del emperador el 30 de abril y a partir de que el actual príncipe Naruhito de 59 años asuma el trono, habrá solo tres herederos: el príncipe Hitachi, hermano del actual emperador y quien tiene 83 años; el príncipe Akishino, de 53 años, hermano de Naruhito, y el sobrino del próximo emperador, Hisahito, quien tiene doce años.

Hubo un intento de cambio para la sucesión cuando se discutió la ley para aceptar la abdicación del emperador pero el gobierno se opuso a la discusión dejando esa preocupación en la Casa Imperial, que está en peligro de desaparecer a no ser que se hagan nuevos cambios.

Entre ellos estaría el permitir que las mujeres accedan al trono, lo cual no es nuevo ya que en el pasado hubo varias referencias. Otro camino sería volver a darle a las ramas cercanas de sangre —como primos, etcétera— la posibilidad de tener acceso al trono, posibilidad que perdieron luego de la ley de 1947, que redujo a la familia imperial al emperador, su padre, sus hijos varones y las hijas; estas últimas, por cierto, al casarse salen de la familia.

Expectativa

—Con la llegada del príncipe Naruhito al trono del Crisantemo comienza una nueva era que ya tiene nombre: Reiwa, que en su traducción se plasma como “agradable” u “orden” y “armonía” o “paz”. ¿Qué significado tiene para los japoneses?

—La traducción que el gobierno ha dado oficialmente es la de “Bella armonía”. Reiwa está sacado de un poema del Manyoshu que se refiere a un episodio muy particular de unas fiestas de principios de primavera. La elección del nombre representa dos puntos: el primero es que por primera vez en la historia el nombre de la era se toma de una fuente japonesa y no china. El segundo es que también es ambigua la lectura de los dos ideogramas que lo forman, porque pueden significar orden y en ese sentido hay implícita una posibilidad de interpretarse como orden militar o por lo menos orden confuciana. Pero es orden y para dar órdenes se necesita tener poder, de manera que existe algo detrás que aún no se ha esclarecido a pesar de que el gobierno insiste en que en idiomas extranjeros la lectura se vaya por el lado de la armonía.

—¿Qué expectativas existen para la era del futuro emperador?

—Los cambios de era en Japón, para ponerlo en un contexto comparativo, son algo similar a lo que nos pasa a nosotros el 31 de diciembre de cada año, cuando queremos enterrar todo lo malo del pasado y esperamos empezar una nueva vida, con más esperanza y mejores expectativas. En Japón esto sucede en cada cambio de emperador y es muy fuerte la reacción simbólica. Considero que los japoneses están soñando con que este nuevo emperador traiga consigo un cambio en muchas cosas y logre mejorar sus vidas, que se han visto muy golpeadas en las últimas tres décadas por fenómenos que en realidad están fuera de las capacidades del emperador.

Tradición

Las eras de Japón son la manera japonesa tradicional de dividir el tiempo en unidades comúnmente entendidas. Cada era es una característica importante de su historia y una demostración de su cultura. El nombre de una era se somete a estrictas reglas: debe estar compuesto solo por dos kanjis, ser fácil de leer y escribir, y no debe emplear ni nombres comunes ni el primer caracter de ninguna de las últimas cuatro eras: Heisei, Showa, Taisho y Meiji. La nueva será Reiwa.