La desigualdad social, la falta de acceso a los servicios de salud y por ende a los biológicos, y los grupos antivacunas que están contra esta intervención sanitaria han contribuido a que la meta de lograr una cobertura de 90% en la vacunación para 2020 a escala mundial no pueda alcanzarse.
Y no solo eso: se provocaron además los brotes de sarampión que se observan en Europa, Estados Unidos y Venezuela, principalmente porque la gente dejó de darle importancia a la vacunación.
Con el fin de evitar que a México le suceda lo mismo especialistas médicos, organizaciones sociales e integrantes de la industria farmacéutica hacen un llamado a sumarse al esfuerzo para prevenir el resurgimiento de enfermedades prevenibles por vacunación.
Y es que con la vacunación (cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos) se logra salvar una vida cada cinco minutos, de acuerdo con la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, pero el nivel de vacunación en el mundo se ha estancado en 85%, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Revalorar la inmunización
El último brote de sarampión registrado en México fue en 1989-1990 con 89 mil 163 casos. Por ello “hay que reivindicar el valor de la vacunación como una prioridad en la agenda pública y generar una estrategia escudo para contrarrestar el avance y las acciones que dan pie a que resurjan enfermedades controladas o erradicadas en México y el mundo”, dice Carmen Espinosa Sotero, infectóloga pediatra y coordinadora de internado médico y pregrado del Hospital General de México.
La especialista añade que la actividad de los grupos antivacunas e incluso la visión equivocada de médicos homeópatas y de otras especialidades impactan en la vacunación en el país.
No descarta que ante el brote de sarampión en EU, en México pudieran reportarse casos importados, por lo que las autoridades sanitarias deberán estar listas para su vigilancia y evitar un mayor contagio. De ahí la importancia de que “la población esté protegida para que sean solamente casos aislados”.
La especialista detalla que la vacuna triple viral (sarampión, paperas y rubéola) debe aplicarse a los menores al cumplir el primer año, pero si tienen ocho meses y van a viajar al extranjero se les puede aplicar una dosis sin que esta cuente para el esquema completo. “Las vacunas no generan autismo o alguna otra condición o enfermedad ya que hay suficientes estudios que avalan su seguridad. Y prueba de ello es que en nuestro país ya no se ve a niños con poliomielitis o sarampión”, puntualiza.
De igual forma Jorge A. Ramírez, del consejo consultivo de la Asociación Mexicana de Diabetes, menciona que la vacunación es una intervención fundamental para prevenir importantes padecimientos que pueden causar la muerte, como el sarampión y la influenza.
Datos de la OMS señalan que se evitan en promedio 2.5 millones de muertes con la vacunación, cifra que podría aumentar a tres millones si se elevara la cobertura en el mundo. “Urge reforzar la cultura de la vacunación para salvar vidas, evitar discapacidad y ahorrar recursos a las familias y a nuestro país ya que es más barato prevenir que tratar las enfermedades y sus secuelas”.
Producción de vacunas
En los setenta México fue líder en producción de vacunas en América Latina. Lamentablemente en la actualidad solo tiene una economía de servicio en materia de salud debido a que se dejó de ser fabricante para convertirse en consumidor. Y a pesar de la necesidad de contar con una política pública que fomente la producción doméstica de vacunas, lo cual debe verse como un aspecto de seguridad nacional, el país no invierte lo suficiente en la investigación necesaria, dejando a las firmas trasnacionales prácticamente el control del mercado, indican los expertos.
Hoy se estima que 90% de las exportaciones farmacéuticas son materias primas, no producto terminado. Estas solo son formuladas, envasadas o etiquetadas en el país, dejando las actividades de alto valor agregado para los fármacos de principios activos extranjeros.
Por lo anterior los investigadores Laura Alicia Palomares y Felipe Castro Peralta, integrantes de la Red Mexicana de Virología, señalan que a pesar de que México tiene un esquema de vacunación considerado robusto y con buen nivel de protección a nivel internacional la realidad es que estas vacunas se producen en el extranjero y son importadas por México.
Palomares, investigadora del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), insiste en la necesidad de que en el país se financie el desarrollo de vacunas. Por ejemplo, en la actualidad Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), empresa paraestatal mayoritaria creada con el propósito de atender la demanda de biológicos del país, únicamente produce la vacuna oral contra la polio para las campañas de la Semana Nacional de Vacunación, así como la inoculación conocida como TD (contra tétanos y difteria), pero importa todas las demás. Sin duda es un área que debe ser prioritaria.
México, preparado
Ante los brotes de sarampión que se han registrado México está preparado, afirma el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell Ramírez.
“El sarampión no se trata con medicamentos sino con vacunas. México está preparado. Tiene un buen sistema de vigilancia epidemiológica y además un buen Programa Nacional de Vacunación. En este periodo de gobierno hacemos esfuerzos para reforzar estos mecanismos de salud pública”, destaca el funcionario.
Explica que hasta el momento se tiene el registro de un caso importado en febrero pasado en Nuevo León: una persona de 54 años que venía de Estados Unidos. Antes se reportaron uno en Baja California, uno en Veracruz y tres en la Ciudad de México. Y se espera que en el transcurso del año se presenten entre 20 y 30 casos similares.
Lo relevante es que no estén en contacto con personas no vacunadas. “En México tenemos un programa de vacunación alta. En este momento estamos buscando rezagos en la inmunización”, comenta López Gatell, quien agrega que las vacunas son seguras, efectivas y constituyen un instrumento crucial de salud pública, no solo para quien se vacuna sino para toda la población nacional, regional y mundial.
Precauciones
Alejandra Méndez Pérez, especialista en Medicina Interna y directora de la Clínica Sansce, explica que el sarampión es causado por un virus de la familia de los paramixovirus; se transmite mediante el contacto directo o del aire; provoca erupciones o granos en todo el cuerpo y síntomas gripales.
“La erupción pardo-rojiza suele empezar con manchas rojas planas en la frente. Se extiende al resto de la cara y, después, por el cuello y el torso hacia los brazos, las piernas y los pies”, detalla.
Añade que la fiebre y la erupción desaparecen poco a poco al cabo de unos días, mientras que el virus infecta el tracto respiratorio y se extiende al resto del organismo. Aunque los brotes se han registrado en algunos países, entre ellos el vecino del norte, Estados Unidos, “los virus viajan en avión” y se corre el riesgo de sufrir en México un mayor contagio por la cercanía geográfica entre ambas naciones.
Por ello alerta sobre la conveniencia de tomar diversas medidas que eviten la propagación de la enfermedad e indica que la vacuna contra el sarampión es segura y eficaz, por lo que invita a los padres de familia a revisar las cartillas de vacunación de sus hijos y corroborar si ya se les aplicó. Y si se tiene planeado hacer algún viaje al vecino país deben acudir a vacunarse por lo menos con 15 días de anticipación.
Campañas informativas
La Comisión de Salud de la cámara baja decidió exhortar a la secretaría del ramo a que implemente acciones encaminadas a reforzar las campañas de vacunación en México, resaltando sus bondades, así como informar del peligro que implica ceder ante la desinformación que propagan las campañas antivacunas.
En un punto de acuerdo los diputados sin partido José Ricardo Gallardo Cardona y Emmanuel Reyes Carmona expusieron que, según la OMS, los colectivos antivacunas son, junto a la obesidad, la contaminación, el ébola, el dengue y el sida, las más grandes amenazas a las que la humanidad se enfrenta en 2019.
“Enfermedades que se creían erradicadas en México, como el sarampión, vuelven a brotar y con ello reavivan el peligro de muerte de niños que, como aún no están en edad de recibir vacunas, perecen ante el virus, porque de los cero a los doce meses todo infante depende de la inmunidad de grupo”, alertan los legisladores.
Por ello, “conforme disminuyen los índices de vacunación, enfermedades que estaban casi extintas empiezan a volver. Debemos disipar los mitos. No debemos ser tolerantes ante ideas como la de la antivacunación, las cuales representan un problema de salud pública nacional y hasta mundial, no solo en infantes sino para todas las edades”, concluyen.
Primera Semana Nacional de Salud 2019
Aplicaron más de once millones de vacunas contra distintas enfermedades.
Participaron 14 mil 431 Unidades Médicas del Sistema Nacional de Salud.
Colocaron 20 mil 519 puestos de vacunación en sitios estratégicos.
Realizaron 55 mil 667 brigadas de salud.
Participaron 100 mil 600 personas, entre personal de salud y voluntarios.
En la jornada se aplicó la vacuna oral contra poliomielitis y el refuerzo de vacuna BCG contra tuberculosis.
Aplicaron la pentavalente acelular, antihepatitis B, triple viral (SRP), antirrotavirus y antineumocócica conjugada.
Se otorgó protección contra tétanos neonatal con la aplicación de Td o Tdpa a embarazadas.
Síntomas de sarampión
Los signos aparecen entre diez y 14 días después de la exposición al virus.
Fiebre.
Tos seca.
Resfrío.
Dolor de garganta.
Ojos inflamados (conjuntivitis).
Manchas blancas diminutas con centro blanco azulado y fondo rojo dentro de la boca, en el revestimiento interno de las mejillas, también denominados manchas de Koplik.
Sarpullido constituido por manchas grandes y planas que generalmente se funden entre sí.
El periodo más contagioso es cuando una persona adquiere el virus y en un lapso de ocho días puede propagar la infección a otros; comienza cuatro días antes de que aparezca la erupción y finaliza cuando la erupción ha estado presente por más de cuatro días.