LA TIERRA VIVE SU SEXTA EXTINCIÓN MASIVA DE ESPECIES

Entre 500 mil y un millón de especies animales y vegetales se verán amenazadas en las próximas décadas.

Martha Mejía
Bienestar
Foto: Especial
Byrdyak

Según un informe científico de Naciones Unidas entre 500 mil y un millón de especies animales y vegetales se verán amenazadas de extinción en las próximas décadas, por lo que muchos científicos estiman que la Tierra entró en su sexta extinción masiva, la primera atribuida al hombre.

El informe se presentará en la reunión de los 130 países integrantes de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), que se llevará a cabo entre el 29 de abril y el 4 de mayo en París, Francia, para examinar el texto, el cual es fruto de tres años de trabajo científico y todavía puede ser modificado por los gobiernos.

“De las ocho millones de especies estimadas en el planeta, entre medio millón y un millón de especies estarán amenazadas de extinción, muchas de ellas en las próximas décadas”, indica.

El informe está parcialmente basado en el análisis de especies muy estudiadas, sobre todo los vertebrados, y advierte de las “incertidumbres” sobre otras menos conocidas, como los insectos.

“La desaparición de esta biodiversidad no solamente afectará a la naturaleza: también a la producción de alimentos, energía y medicamentos; es decir, beneficios que los hombres obtienen de la naturaleza y son fundamentales para la existencia; y que en su mayoría no son reemplazables”, recalca el texto.

Lo anterior coincide con un estudio que realizó Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, publicado en 2015 en la revista científica Science Advances, en el que indica que las especies de vertebrados que desaparecieron en el último siglo deberían haberse extinguido en diez mil años si se hubieran mantenido las tasas de extinción de los últimos dos millones de años.

De acuerdo con Ceballos en los últimos 700 millones de años las cinco extinciones masivas fueron causadas por desastres naturales catastróficos. Por ejemplo el meteorito que cayó hace 66 millones de años en Yucatán “evaporó 95% de la vida en el planeta”.

En cambio esta sexta extinción masiva de especies se debe al crecimiento desmedido de la población humana, el consumo excesivo y el uso de energías ineficientes, como el petróleo.

“Tan grave es la aniquilación de la naturaleza por el ser humano que estudios científicos predicen un gran colapso de la civilización para los años 2040 y 2050”, indica Ceballos.

Está tan cerca, agrega, que de ocurrir el gran colapso les quedaría poco tiempo a quienes hoy tienen entre diez y 20 años. “Sería terrible”.

Señala que el cambio climático, la contaminación por plástico y otros daños se pueden revertir, aunque lleve tiempo. “Pero una especie extinguida ya no se puede recuperar”.

Lázaros

No obstante también va en aumento por todo el mundo el llamado fenómeno de las especies lázaro, en referencia a un conocido pasaje bíblico: aquellas que reaparecen y reavivan la esperanza.

Para Silvio Ramírez, especialista en especies prioritarias de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), se trata de un regreso o reaparición debido principalmente a que la ciencia tiene grandes apoyos con nuevas tecnologías que mejoran el monitoreo.

Uno de los regresos más impactantes en los últimos años es el del leopardo negro, especie que fue vista por última vez hace más de 100 años. Quienes lo encontraron lograron dar con el ejemplar tras semanas de vigilancia en un parque nacional de Kenia.

La tortuga fernandina de las Galápagos fue encontrada en febrero de este año por la organización Galapagos Conservancy en el archipiélago de las Galápagos, en Ecuador, luego de no haber sido vista por más de un siglo. Lo que emocionó a sus descubridores fue que donde la hallaron había rastros de otros animales de su especie, por lo que existe la posibilidad de que haya más ejemplares.

Asimismo la organización Global Wildlife Conservation logró encontrar unos ejemplares de la abeja megachile pluto, que vive en las islas de Indonesia, las cuales no habían sido vistas desde 1981.

Sin embargo, de acuerdo con el especialista de la Conabio, aunque es alentador encontrar especies que se consideraban perdidas hacía años o hasta décadas “el punto central es que la humanidad detenga los daños que ocasiona a los ecosistemas y no orille a las especies a esconderse o a extinguirse”.

Tiempo de actuar

Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, comenta que de 1970 a 2015 se perdieron cerca de 70 % de todos los animales, no especies. “Desapareció 70% de los elefantes, jirafas, rinocerontes, tortugas, peces, entre muchos otros. Por razones éticas, morales, filosóficas, pero sobre todo por sobrevivencia, es necesario evitar su extinción. La ventana de oportunidad se cierra rápidamente pero aún estamos a tiempo de actuar”, aclara.

Añade que “hay que involucrarse, participar, no a lo tonto sino documentarse” para pelear y defender “los derechos del ambiente”.

El informe de la ONU estima que en tres cuartas partes de la superficie terrestre 40% del entorno marino y la mitad de las fuentes de agua están “gravemente alteradas”.

Las regiones más afectadas son aquellas en las que viven pueblos autóctonos, especialmente dependientes de la naturaleza y las poblaciones pobres, que ya son las más vulnerables a los impactos del cambio climático.

México

Ceballos, también presidente de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, expresa que México es un país con profundos retos ambientales, donde muchas especies están en peligro de extinción.

“Es un país miope si no muestra, por ejemplo, la voluntad para salvar una especie tan emblemática como la vaquita marina. Urge alzar la voz como ciudadanos, mexicanos y como país”, alerta.

Para poder salvarla, señala, hay que acabar con la impunidad de una mafia internacional. La pesca de la totoaba —pez con supuestas propiedades afrodisiacas y medicinales— deja ganancias muy lucrativas a la delincuencia organizada de México, Estados Unidos y China. Un kilo de buche de ese pez, en cuya captura muere la vaquita marina, puede costar 100 mil dólares.

Para el especialista es necesario que el nuevo gobierno defina una política pública ambiental que sea sólida y agresiva, considerando que para un desarrollo a largo plazo, sólido, fuerte y sostenible, hay que conservar el ambiente.