ADOLESCENTES CON ASMA: EL RIESGO DE ABANDONAR LA TERAPIA

La medicación habitual alivia la inflamación de las vías respiratorias y el broncoespasmo.

Lorena Ríos
Todo menos politica
Foto: Especial
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El asma es una reacción inflamatoria que se produce en los bronquios; es decir, en los conductos que transportan el aire desde la tráquea hasta los pulmones, la cual obstaculiza el paso del aire y provoca dificultad para respirar, así como opresión en el pecho, silbidos y tos.

Esta condición afecta a 300 millones de personas en el mundo y a 12% de la población mexicana (más de 14 millones), principalmente a niños. Y pese a estar en tratamiento, cinco de cada diez no logran controlar la enfermedad.

En el marco del Día Mundial del Asma (que se celebra el 7 de mayo) especialistas hacen un llamado a incrementar el diagnóstico y terapia oportuna con broncodilatadores inhalados de larga duración que reducen el riesgo de exacerbaciones y mejoran la calidad de vida.

“El mayor reto para los médicos y padres de los pacientes es que los niños y adolescentes aprendan a usar el inhalador adecuadamente y en los horarios que se les indican. Los más rebeldes al tratamiento son los adolescentes, quienes al sentirse bien dejan de usarlo”, dice la neumóloga pediatra Mercedes Yance Valenzuela, adscrita al Servicio de Neumología Pediátrica del Hospital Star Médica Infantil Privado.

El objetivo de las terapias es prevenir y evitar las exacerbaciones o agravamiento de síntomas como tos, dificultad para respirar y opresión en el pecho, entre otros, que son la primera causa de hospitalización, urgencias médicas, ausentismo y bajo rendimiento escolar.

Eso no es todo: si no hay apego al tratamiento y las crisis son continuas existe el riesgo de perder la vida, indica la especialista.

Pocas enfermedades tienen un efecto tan negativo en la vida de los niños y adolescentes como es el asma persistente o de difícil control ya que además del impacto físico y económico que conlleva existen desafíos sicosociales en el hogar o colegio que los afectados deben superar. “Muchos de estos pacientes enfrentan el rechazo de los compañeros, no los incluyen en los grupos de deportes y eso los afecta emocionalmente”, señala.

Terapia innovadora

Yance Valenzuela expone que cinco de cada diez niños con asma en edad escolar no están bien controlados a pesar de que reciben corticoides inhalados o un agonista Beta2 de acción prolongada.

“En muchos casos incrementar la dosis de alguno de ellos puede causar mayores efectos adversos. Y es que la medicación habitual alivia la inflamación de las vías respiratorias y el broncoespasmo (contracción del músculo bronquial), pero no da una solución definitiva. Si los pacientes no siguen su terapia presentarán exacerbaciones”, advierte.

Puntualiza que un buen tratamiento farmacológico no solo controla las manifestaciones clínicas de la enfermedad, la estabilidad funcional y reduce la utilización de medicamentos de rescate frente a las crisis sino que también prevé recaídas futuras. Por eso desde el año pasado la comunidad médica cuenta con nuevos medicamentos —como Tiotropio— para el manejo de niños mexicanos con asma a partir de los seis años.

La también integrante de la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax explica que dicho medicamento es el broncodilatador anticolinérgico de acción prolongada de mayor experiencia clínica a escala mundial y, debido a su alto perfil de seguridad y eficacia en población infantil, recientemente se incluyó en las Guías Internacionales de Tratamiento de la Global Initiative for Asthma (GINA 2018).

Recuerda que el asma se controla mas no se cura, y es una de las 15 principales causas de mortalidad en México con cuatro mil fallecimientos por año. “Afecta principalmente a los niños y existen factores genéticos y ambientales que interactúan para que se desarrolle: predisposición hereditaria a alergias, historia familiar de asma, contacto con alérgenos, exposición a humo de tabaco o infecciones virales en los primeros meses de vida; incluso, el antecedente personal de rinitis alérgica mal controlada u obesidad”.

Contaminación y polen

Entre los factores que pueden agudizar el asma o generar crisis destacan la contaminación ambiental y en esta época de calor la polinización, además de la humedad, la poca precipitación pluvial y los vientos que suspenden y transportan los pólenes en el ambiente, lo cual puede provocar incluso reacciones alérgicas, explica Marco Polo Macías, especialista en neumología.

Detalla también que en personas con susceptibilidad al polen pueden aparecer otros síntomas, como lagrimeo, enrojecimiento de ojos o rinitis, es decir, congestión y escurrimiento nasal. Por ello recomienda una serie de medidas que pueden ser útiles, adicionalmente al apego del tratamiento que el médico haya indicado para evitar crisis de asma e incluso algunas alergias:hacer limpieza profunda para eliminar el polvo, aspirar todos los objetos que puedan acumular alérgenos, mantener ventanas cerradas para evitar que el polen entre en la casa, mantener una buena higiene con el lavado de manos constantemente, evitar cambios bruscos de temperatura y moderar la práctica de ejercicio o actividades al aire libre por la mañana y/o tratar de realizarlo por la tarde o tras la lluvia, cuando los niveles de polen son menores.

Finalmente recalca la necesidad de “llevar una medicación regular incluso cuando se sienta que los síntomas han desaparecido: es fundamental para lograr un buen control de la enfermedad”.

Historia de vida

Para la actriz mexicana de cine y televisión Mariana Ávila (La primera noche, Carita de ángel, Locura de amor), quien desde hace 30 años vive con la enfermedad, esta es un problema respiratorio complejo que genera angustia a quienes la sufren. “En mi caso, desde pequeña supe que algo no andaba bien. Cuando jugaba, hacía deporte o me estresaba tosía mucho, mi pecho silbaba y me faltaba el aire. Me daba pena roncar por las noches como un señor de más de 60. Para evitarlo dormía sentada y tenía miedo de no poder respirar y morir. Tristemente, debido a un erróneo diagnóstico de alergia, pasé toda mi niñez sin una terapia adecuada. Fue hasta los 20 años que, después de varios estudios, una neumóloga-pediatra del INER me la diagnosticó y controló”. Por ello considera importante que los padres estén bien informados sobre cómo ayudar a sus hijos con asma ya que de no hacerlo pueden ver limitadas sus actividades cotidianas. “Además hay personas que se sienten tan mal que llegan a deprimirse y aislarse”, comenta.