RAFAEL CORONEL (1932-2019). IN MEMORIAM

Desarrolló una figuración muy personal con una paleta única.

Masha Zepeda
Columnas
Rafael Coronel
Cuartoscuro

Uno de los más influyentes artistas mexicanos, quien también se cuenta entre los más buscados del mundo del arte latinoamericano —el más cotizado en México—, fue sin duda el pintor zacatecano Rafael Coronel, recién fallecido a los 87 años, hermano menor del también espléndido Pedro Coronel: ambos pertenecieron a la llamada Generación de la Ruptura.

Su partida, como es natural, causó gran tristeza y solidaridad con su único hijo, el curador Juan Coronel Rivera, quien es fruto de su matrimonio con Ruth Rivera, hija de Diego Rivera.

Mientras Pedro convenció a sus padres de dejarlo irse a la Ciudad de México para estudiar pintura, a Rafael no le parecía una buena idea ser artistas hasta que ganó el primer premio del Concurso de Artes Plásticas del Instituto Nacional de la Juventud Mexicana en 1952, lo que lo llevó a tomar clases en la Escuela de Pintura y Escultura La Esmeralda del INBA.

En 1956 en la legendaria Galería de Arte Mexicano, de Inés Amor, llevó a cabo su primera muestra individual. Fue el primer eslabón de una cadena de logros a lo largo de su vida que lo llevó a exponer en el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno, el de la Ciudad de México y también en el extranjero en Sao Paulo, Nueva York, Milán y Bruselas. Asimismo creó murales para el INAH y obtuvo el primer premio en la Bienal de Tokio en 1974.

Hueco

Durante prácticamente toda su vida pintó en el estudio de Diego Rivera (su suegro) en Cuernavaca, lo que significó que ese grandioso espacio siguiera siendo vital más allá de la muerte del gran muralista, al que Rafael Coronel siempre respetó aunque decidió tomar el camino opuesto en su labor creativa, donde desarrolló una figuración muy personal con una paleta única: tal vez su época de las ratas es la más lograda.

Querido por sus amigos y gustoso de organizar fiestas, también fue un gran coleccionista de máscaras y artesanías, lo que le llevó a fundar el hermoso Museo Rafael Coronel en su natal capital zacatecana. Injustamente no le fue otorgado el Premio Nacional de Artes.

Rafael Coronel deja un hueco enorme y su legado nos regala una figuración única que seguirá generando interés y grandes propuestas en las nuevas generaciones.