INICIA LA CDMX LA BATALLA CONTRA EL PLÁSTICO

En la Ciudad de México hay 20 millones de habitantes y al año cada uno utiliza 250 bolsas de plástico.

Martha Mejía
Bienestar
Foto: Especial
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Actualmente hay en la Ciudad de México 20 millones 843 mil habitantes. Al año cada uno de ellos utiliza 250 bolsas de plástico, que en su mayoría usan una vez y solo por unos minutos, pero no son las únicas que acaban en calles, coladeras y hasta en los océanos, afectando diversos ecosistemas: también llegan popotes, vasos, platos e infinidad de productos de un solo uso.

Ante esta situación el Congreso de la Ciudad de México reformó la Ley de Residuos Sólidos para que a partir de diciembre de 2020 quede prohibida la distribución y entrega de bolsas de plástico; y en enero de 2021 también la de popotes y cubiertos de plástico, entre otros materiales.

Trabajo conjunto

En entrevista la presidenta de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de la Ciudad de México, Alessandra Rojo de la Vega, puntualiza que a partir de diciembre de 2020 quedará prohibida la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico, salvo que sean compostables.

De acuerdo con el dictamen quedan excluidas las bolsas que son necesarias por razones de higiene o que previenen el desperdicio de alimentos, siempre y cuando no existan alternativas.

“Pero fuimos más allá: también incluimos cucharas, tenedores, cuchillos, platos, vasos, tapas, globos, los palitos para sostener los globos, hisopos de algodón y tampones que estén hechos de plástico en su totalidad o parcialmente, charolas para transportar alimentos, entre otros. También productos que contengan microplásticos añadidos; por ejemplo, el shampoo y geles; y todo lo que tiene pedacitos como brillosos: esos son microplásticos. También las cápsulas de café de un solo uso, solo que para todos estos materiales el plazo es a partir del 1 de enero de 2021”, explica.

Rojo de la Vega apunta que dicha iniciativa lleva un trabajo conjunto de siete meses. “Desde el periodo pasado hemos venido trabajando con la industria del plástico, con la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), con diversas organizaciones y con la sociedad civil a través de foros; también estuvimos trabajando de la mano con ONU-Medio Ambiente”.

Agrega que la Sedema fue la encargada de sostener diversas mesas de trabajo con la industria del plástico. “Es un trabajo que se ha hecho en conjunto, una responsabilidad compartida entre los distintos sectores. Y así debe ser. Este es un gran logro, pero hay que seguir trabajando”.

Lo bueno, lo malo, lo feo

De acuerdo con Alethia Vázquez, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien actualmente desarrolla investigaciones relacionadas con residuos plásticos y otras corrientes de residuos de manejo especial a través de la colaboración con gobiernos locales, empresas y asociaciones civiles, una prohibición tajante de los productos plásticos, como la de popotes o bolsas, como algunos gobiernos promueven, está lejos de resolver la problemática de gestión de residuos.

“El tema de prohibir los popotes es buena idea, pero el impacto real de esta disminución en cuanto al volumen de residuos que generamos es muy bajo, porque los popotes son una fracción muy pequeña. Nuestra ropa es de plástico, los aviones son de plástico… El tema es usarlo con responsabilidad”, dice.

Al respecto la legisladora local por el Partido Verde señala que no se trata solo de una prohibición sino de un proceso paulatino que permitirá a las empresas modificar sus esquemas de producción y los elementos que utilizan para cada uno de sus productos.

“Me atrevería a decir que nuestro dictamen es el más fuerte del país. No únicamente establecimos muchos más plásticos de un solo uso… Hay muchos estados que le aumentaron impuesto, por ejemplo; otros solo prohíben los popotes; el nuestro es muy completo porque incluimos una relación con la industria para trabajar de la mano a fin de poder transitar juntos en este compromiso. La idea no es afectar su economía sino más bien dejar de afectar el lugar donde vivimos todos: la ciudad, el país y finalmente el planeta”, explica Rojo de la Vega.

Añade que más allá de una prohibición de lo que se trata es de un trabajo en conjunto, de una responsabilidad compartida para trabajar de la mano con la industria del plástico a fin de generar nuevas tecnologías para la solución de la problemática.

Manos a la obra

A partir de septiembre el Congreso de la Ciudad iniciará con la discusión y análisis del paquete financiero y ahí los legisladores tendrán la posibilidad de hacer las consideraciones necesarias para generar un esquema de estímulos fiscales a las empresas que puedan migrar sus producciones de plásticos a materiales biodegradables.

Las nuevas reglas legislativas disponen que a partir de la publicación del decreto la Secretaría de Medio Ambiente local iniciará, promoverá e implementará programas de cultura ambiental y sobre el impacto negativo que tiene el abuso en el consumo de los plásticos de un solo uso, además de las alternativas que existen para evitarlo.

Andrée Lilian Guigue Pérez, directora general de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema, dice a Vértigo que lo que se pretende, llegado el plazo, es realizar una gran campaña de difusión entre la población.

“Creemos que informar más a la población puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de propuesta como esta. Lo primero que nos planteamos en la secretaría es un área de cultura ambiental donde se diseñarán las campañas que sean necesarias para difundir los alcances de esta iniciativa. Nos acercaremos a todos los sectores sociales, ya que esto es en realidad lo que necesitamos: depende en gran parte del compromiso que también asuma la población”, explica.

De manera simultánea la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación deberá instrumentar —en los 180 días posteriores a la publicación— un programa de asesoramiento a los productores de plástico de un solo uso a efecto de que realicen una reconversión tecnológica, en la que se desarrollen alternativas de plásticos compostables.

Jorge Treviño, director general de ECOCE, explica en este sentido que el problema del manejo de residuos plásticos está presente en toda América Latina. Sin embargo, “si se logra encontrar un esquema de trabajo efectivo con base en la economía circular resolveremos varias cuestiones de tipo social y ambiental, pero también económico”.

Guigue Pérez agrega que en todos los casos, tanto a nivel nacional como internacional, lo más importante es reciclar.