PEDRO PÁRAMO

En su momento (entre 1953 y 1955, fechas de sus dos publicaciones) su escritura no fue tomada en cuenta sino muchos años después.

Redacción
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Ilustración
Foto: Especial

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.

Juan Preciado

El 16 de mayo de 1917 nació en Sayula, Jalisco, un tal Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, mejor conocido como Juan Rulfo. A 102 años de su natalicio hoy sigue igual de vigente que en su años mozos. Escritor, guionista y fotógrafo que perteneció a la generación del 52, logró con solo dos obras consagrarse como uno de los más grandes escritores latinoamericanos.

Se trata de El llano en llamas y Pedro Páramo; la primera, una serie de 17 cuentos cortos; la segunda, su gran novela, una de las más leídas en la historia. ¿Qué hacía tan excepcionales estos trabajos? Su narrativa contundente demuestra un espíritu entre lo fantasioso y lo sublime; muestra un México posrevolucionario en escenarios rurales. Sus personajes son de carne y hueso y reflejan la tipicidad del altiplano mexicano. Sin duda Pedro Páramo pone fin a la novela revolucionaria, lo que permitió las nuevas narrativas de la generación del medio siglo en México y a los escritores del boom latinoamericano. En palabras de su hijo, Juan Carlos Rulfo, en su momento (entre 1953 y 1955, fechas de las dos publicaciones) su escritura no fue tomada en cuenta sino muchos años después. Posteriormente realizó un guion para el cine con el título de El gallo de oro, con Lucha Villa e Ignacio López Tarso, en 1964.

Decía Rulfo que sus cuentos y anécdotas se las contaba el tío Celerino y justificó el abandono de su escritura a la muerte de este. El tío Celerino lo acompañó en el recorrido de muchos pueblos. Rulfo viajaba mucho vendiendo llantas y sacando fotos. Fue el primero en hacer una guía de turismo donde integraba sus postales.

Posteriormente Arturo Ripstein volvió a recrear la historia del gallero, dándole un toque personal en El imperio de la fortuna, con las actuaciones de Ernesto Gómez Cruz y Blanca Guerra en el papel de la caponera. Las dos cuentan la misma historia desde diferentes ángulos. Bastante recomendables pero me quedo con la de Roberto Gavaldón, que es la primera versión.

Serie

Por su parte, Pedro Páramo fue llevado a la pantalla grande por Manuel Barbachano Ponce, con Ignacio López Tarso, Julissa y John Gavin, en blanco y negro. Según palabras de Juan Carlos Rulfo su padre no quedó satisfecho con ninguna de las puestas en escena en el celuloide, porque no reflejaban el sentir del pueblo mexicano.

Juan Carlos afirma que su padre nos quedó a deber una obra que llevaba por título La cordillera, pero él no ha encontrado todavía el original. Habrá que esperar a ver si por ahí aparece. Lo que sí podemos ver es una serie documental realizada por Juan Carlos (entre sus obras destacan En el hoyo, 2006; Del olvido y no me acuerdo, 1999, y De panzazo, 2012) que narra la vida de su padre en siete capítulos; lleva por título Cien años de Juan Rulfo. Ojalá alguna televisora la compre para adentrarnos más en este singular personaje de la literatura mexicana.