No es por presumir pero el 18 de mayo fui la primera en compartirles en redes la foto en la cual veíamos muy contento, por decir lo menos, a Enrique Peña Nieto con su novia Tania Ruiz. Fue en la boda de Mar, la hija de Juan Collado, el megacuate del ex presidente. Así, pues, en plena austeridad republicana vimos a “la mafia del poder” feliz, en pleno apogeo.
A la boda acudieron los ministros de la Suprema Corte Eduardo Medina Mora, Luis María Aguilar y Mario Pardo Rebolledo. De hecho, las teorías del complot aseguran que fue Collado quien se encargó de filtrar a la prensa la foto para demostrar su músculo (sic). Yo no lo creo; ¿ustedes?
A propósito de la polémica recuerdo la frase: “La mujer del César, además de ser honesta, también debe parecerlo”. Y es que a muchos no termina por gustarle que los ministros se conviertan en ¡las hermanas Kardashian de la vida social mexicana!
EPN y Tania les robaron el reflector a los novios, lo cual estuvo totalmente fuera de lugar, por lo que seguro Mar estuvo furiosa. Que cantara Julio Iglesias una canción estuvo bien pero ¿tres? Fue un exceso, dijeron muchos de los presentes.
Durante la pachanga Paulina, la hija de EPN, se abrió el codo, según dijo en Instagram; nadie de la 4T, a ojo de buen cubero, asistió. Como tampoco lo hicieron Carlos Salinas de Gortari —estaba fuera de México— ni Emilio Gamboa. De los panistas fue el ajonjolí de todos los moles, Diego Fernández de Cevallos. De gobernadores solo Alfredo del Mazo, quien llegó con su esposa y se sentó en la mesa principal. También estuvieron los ex gobers Carlos Lozano y Mariano González Zarúr. ¡Quiúbole!
Aquelarre priista
Les cuento que en la boda, que fue en un jardín de Jajalpa, obvio en el Edomex, se encontraban también entre los invitados Enrique Ochoa, Rosario Robles, Claudia Ruiz Massieu y Raúl Salinas de Gortari.
Cuatro días después Claudia estuvo en otro aquelarre priista, ahora en el Estoril, de Polanco, con Miguel Ángel Osorio Chong y René Juárez Cisneros. ¿De qué hablarían? Tal vez del padrón que utilizarán para la elección del próximo dirigente, porque el actual, el de 6.5 millones de militantes, es como de chocolate porque, aunque no lo crean, está en la lista el ex góber de Puebla, Tony Gali; es decir, ese padrón no sirve.
Los priistas deben estar preocupados porque se les está pasando el tiempo y las cosas siguen igual o peor, así que están perdiendo militantes como Fernando Castro Trenti, quien aseguró que el PRI ya no lo representa y, según me dijo, no se unirá a Morena.
Ah y ya que hablamos de Morena, qué les cuento, que un día después de que Germán Martínez renunció a la dirigencia del IMSS se le vio muy feliz saliendo de Un Lugar de la Mancha, de Lomas, nada más y nada menos que con Yeidckol Polevnsky.
Estilo mata carita...
Al frente del IMSS quedó Zoé Robledo, quien de inmediato anunció que se reuniría con el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, a quien Germán Martínez culpó de injerencia en el Seguro Social.