AMLO: NO CAMBIO SINO REORGANIZACIÓN DE RÉGIMEN

Los reacomodos sistémicos y de régimen suelen durar el primer año de gobierno.

Carlos Ramírez
Columnas
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Lo que ocurre en Palacio Nacional no es, en estricto rigor politológico, un cambio de régimen sino una reorganización de sistema/régimen. Se pasa de un PRI como partido-sistema a un modelo ya experimentado de presidencia-sistema.

La teoría política estadunidense apenas arriba a una caracterización del centralismo presidencial que llaman “ejecutivo unitario”: la rama ejecutiva borra los mecanismos de pesos y contrapesos y todo se centraliza en el titular del Ejecutivo. George Bush Jr. y Donald Trump han sido un ejemplo de este modelo de presidencialismo unipersonal.

El sistema político priista funcionó con el PRI como el espacio por excelencia de la administración de problemas y de reparto de soluciones. En el modelo del teórico canadiense-estadunidense David Easton el PRI fue la caja negra en cuyo seno el presidente de la República distribuía de manera autoritaria valores y beneficios.

En el PRI se centraban problemas y se encontraban soluciones, inclusive con sectores que no pertenecían al PRI de manera formal, pero que se conocían como sectores invisibles del sistema: EU, empresarios, Iglesia católica, bloques de poder, oposición entonces leal y medios de comunicación, entre otros. Estos sectores invisibles no eran priistas pero tenían que negociar en los espacios políticos del PRI.

Vicente Fox y Felipe Calderón prefirieron que el PRIsiguiera como el partido-sistema. Pero ahora López Obrador busca no el cambio de régimen ni de sistema sino un régimen y un sistema funcional a sus intereses. Por ahora —y a lo mejor no lo será nunca— el modelo no buscará que Morena sea el partido-sistema sino que convertirá a la Presidencia de la República en la caja negra de su sistema/régimen. Por eso el centralismo presidencial está llegando a niveles casi absolutos: nada se hace si antes no lo decide el presidente de la República: desde una medicina hasta una obra, incluyendo permisos a funcionarios para viajar fuera de Ciudad de México, como el caso de la directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, quien fue regresada de Cannes por no pedir anuencia.

Definición

Pero un sistema político como el actual es tan complejo que no puede centrarse en la voluntad de una persona. Por un lado el peso de la institución podría inhibir activismos antes sin control, pero por otro compromete la movilidad de la institución presidencial con otros sectores fuera del sistema/régimen que eran equilibradores.

La confrontación con los grupos de presión, con los empresarios contratistas beneficiarios del pasado, con la Casa Blanca y sobre todo con la prensa por su efecto sensible en la vida cotidiana por sus críticas constantes al presidente —que por lo demás es el centro de todas las decisiones— no son planteamientos de careo autoritario —a pesar de lo ríspido de algunas puyas presidenciales— sino solo redocumentación de las relaciones de poder del mismo sistema/régimen pero con otros titulares que llegaron al poder sin negociar con esos sectores del sistema/régimen.

Los reacomodos sistémicos y de régimen suelen durar el primer año de gobierno. La tensión presidente-sectores visibles/invisibles del sistema llega a un acuerdo o se profundiza la ruptura. Y ahí se definirá la estabilidad/inestabilidad del sexenio y de la siguiente sucesión presidencial.