LOS ANDROIDES SUEÑAN CON OVEJAS ELÉCTRICAS

El propósito es crear máquinas que tengan las mismas capacidades de aprendizaje del ser humano.

Redacción
Todo menos politica
Foto: Especial
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Por Sergio Pérezgrovas

¿Dr. Smyslov, podré soñar?

Hal 9000 en Odisea en el espacio.

Cuando Arthur Clark rehízo su cuento El centinela en 1968 con las imágenes de 2001: Odisea en el espacio, realizada por Stanley Kubrick, afirmó que había sido uno de sus trabajos más difíciles porque tenía que escribir lo que veía en pantalla.

En la película una nave espacial es controlada por Hal 9000 (una supercomputadora cuyo nombre es un acrónimo que significa “computador algorítmico programado heurísticamente” —este dato solo pa’ impresionar a alguna novia neófita porque no sirve más que para eso).

La pregunta que realiza Hal al astronauta David Bowman hace suponer que la Inteligencia Artificial es capaz de sentir. Pertenece sin duda al subgénero de la literatura fantástica llamada ciencia ficción y es según los críticos la mejor película de ese género jamás filmada.

Para ese mismo año surge una novela llamada ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, del autor Philip K. Dick, un novelista estadunidense nacido en 1928 en California. Esta novela fue llevada a la pantalla grande con el título de Blade Runner, de otro gran director inglés, Ridley Scott. En la cinta, el planteamiento es el mismo que en Odisea en el espacio, pero desde otra óptica. ¿Quién habrá influenciado a quién? O será que está en el aire la sincronicidad de la que habla Carl Gustav Jung y que no es otra cosa que el principio de conexiones acausales (muy claro, ¿nooo?). En palabras más llanas: cuando una idea se reproduce simultáneamente en dos lugares distintos.

A mí esta última cinta me parece mucho más interesante que el libro.

Futuro

Ahora bien, ¿cómo se define la Inteligencia Artificial? En 1956 el término fue acuñado por John McCarthy, Claude Shannon y Marvin Minsky en una conferencia de Dartmouth, una universidad privada en la localidad de Hanover fundada por los británicos antes de la revolución americana. En este congreso se hicieron previsiones a diez años que nunca se cumplieron y las investigaciones se abandonaron durante 15 años.

El concepto actualmente se usa gracias a los avances tecnológicos en informática y robótica que intentan copiar la mente humana. El propósito es crear máquinas con la combinación de algoritmos que tengan las mismas capacidades del ser humano y que se definen como poder aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad.

O sea que en los dos libros que mencioné se habla de la capacidad de las máquinas de sentir, razonar, entender el comportamiento humano y no solo copiarlo, sino casi perfeccionarlo. Algunos ejemplos del cine y la literatura hablan por sí solos.

Haremos en los próximos capítulos algunas referencias. Por lo pronto parecería ser que tanto Arthur Clarke como Philip K. Dick parecen estar en lo cierto: se adelantaron a su época o son seres superdotados que entendieron a través de la ciencia ficción cuál es el futuro de las máquinas.