MEXICANA EN CAMINO DE FRENAR HIPERTENSIÓN ARTERIAL Y OBESIDAD

Un mundo donde hoy mueren más personas por comer mucho que por comer demasiado poco.

Redacción
Todo menos politica
Foto: Especial
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La joven científica María Chávez Canales observó en su laboratorio en la Unidad de Medicina Traslacional del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez cómo la inhibición de la proteína Spak en ratones transgénicos detiene la retención de sal en los riñones y, por ende, la hipertensión arterial.

En los roedores constató también que la inactividad de esta proteína tiene consecuencias en el almacenamiento de grasa y el índice de masa corporal. Sin duda esta última una importante revelación para entender la obesidad, una enfermedad compleja y difícil de tratar.

En entrevista con Vértigo la doctora en Ciencias del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM puntualiza: “Esta proteína se expresa en todos los tejidos, tiene efectos sobre la regulación de la hipertensión arterial y esos efectos se presentan al regular cuánta sal se orina o se retiene. Si se neutraliza la actividad de Spak se previene la retención de sal en los riñones y esto tiene consecuencias sobre la presión arterial. Si excretamos más sal de lo normal mantendremos la presión arterial en niveles bajos a normales”.

Los hallazgos de esta universitaria de 33 años tienen una gran relevancia científica y médica porque pueden llevar al planteamiento de proyectos de mayor alcance, como el desarrollo de protocolos en humanos que deriven en la solución y la previsión de la hipertensión arterial y la obesidad, enfermedades clasificadas como problemas prioritarios de salud pública en México y el mundo.

Por su labor en el campo de la investigación básica ella obtuvo la Beca para Mujeres en la Ciencia L’Oreal-Conacyt-AMC 2019 cuyo fondo económico se destinará a revelar el mecanismo por el cual el Spak inocuo evita el almacenamiento de grasa y hace que los ratones transgénicos no desarrollen obesidad al ser alimentados con una dieta alta en grasa.

“Parece que la supresión de Spak tiene buenas consecuencias pero falta entender a detalle los mecanismos básicos de este proceso”, comparte.

Para Chávez la hipertensión arterial y la obesidad son dos enfermedades que habitan juntas, “van de la mano, una y otra”, por lo cual es relevante saber que la primera ocurre principalmente por los efectos renales de Spak sobre la reabsorción renal de sal. De la segunda, la especialista sostiene que ha encontrado que la proteína Spak en los ratones transgénicos promueve el aumento de la termogénesis constante en el tejido adiposo que acelera la quema de grasa.

Soluciones clínicas o estilo de vida

Precisamente la siguiente etapa de la investigación se centrará en descubrir la razón del aumento de la termogénesis en los ratones transgénicos. Chávez cree que hay una vía de señalización alterada en el hipotálamo, una región del cerebro que controla distintas funciones; por ejemplo, cuando tenemos sed o hambre. Es también una suerte de centro censor del cuerpo.

“Este importante órgano recibe señales y percibe las hormonas de lo que se produce en otros tejidos. Por ejemplo la insulina del páncreas, la angiotensina que regula la presión arterial y la leptina involucrada en la regulación del peso corporal y producida en el tejido adiposo. En respuesta a la mucha o poca insulina, angiotensina y leptina, el hipotálamo produce otra señalización a las células en forma de hormonas. Aquí entra la proteína Spak, que rompe esta señalización y predispone a los ratones transgénicos a sentir que tienen muchísimo tejido adiposo y quieren entrar a una termogénesis constante”, abunda.

Chávez insiste en la importancia de entender cómo es la vía de la señalización de la proteína Spak y los procesos metabólicos de la insulina, la angiotensina o la leptina para lograr una solución integral: “Tenemos que definir si lo más conveniente es atacar a la proteína Spak o simplemente desactivarla. Yo hago ciencia básica con un enfoque de medicina traslacional para entender la problemática desde diferentes ángulos. Supongamos que tenemos un fármaco para inhibir la proteína Spak en los humanos. ¿Hacia dónde lo vamos a dirigir: a los riñones, al hipotálamo o al páncreas? Todavía hay muchas preguntas sin resolver”.

Involucrada en hacer investigación científica que trascienda el laboratorio y se aplique en la clínica la doctora Chávez —por medio del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez— solicitó la participación del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en un estudio que involucró a tres mil sujetos sanos a quienes se tomó una muestra de ADN para analizar el gen de Spak.

Asombrada por los resultados cuenta que en un grupo considerable de personas se identificaron polimorfismos en el gen STK39 —que codifica a Spak— asociados con mayores valores de presión arterial, peso e índice de masa corporal. Pudo ver que lo descubierto en ratones de laboratorio era cierto en humanos. Incluso notó que este fenómeno es más recurrente en mujeres, a las cuales el gen del Spak les dispara la presión arterial alta y el sobrepeso.

Consciente de vivir en un mundo donde hoy mueren más personas por comer mucho que por comer demasiado poco, la doctora Chávez prevé que los alcances de su investigación, aún en fase experimental, podrían servir a futuro para un tratamiento clínico a personas con obesidad e hipertensión arterial. No solamente piensa en compuestos químicos y fármacos que modifiquen la señalización entre los circuitos del metabolismo: también propone cambios en nuestros hábitos alimenticios, comer menos carne, grasa y sal, como los primeros hombres de la Tierra, nómadas que caminaban mucho y comían de modo exiguo.

Hipertensión arterial y obesidad

La hipertensión arterial es un problema de salud pública que afecta a 29.1% de los adultos en Latinoamérica.

Uno de cada cuatro adultos en México padece hipertensión arterial (25.5%).

Para clasificar a un individuo como hipertenso debe tener una presión arterial mayor a 140/90 mm Hg.

La prevalencia de hipertensos con tensión arterial controlada en México es de únicamente 45.6%, considerablemente más baja que la de países como Cuba (85.8%), EU (65.4%) o Chile (56.8%).

En México 47.3% de las personas hipertensas desconoce su padecimiento.

Casi 70% de los mexicanos padece sobrepeso y una tercera parte sufre de obesidad.

Además esta enfermedad se asocia principalmente con diabetes y enfermedades cardiovasculares pero también con trastornos óseos y musculares y algunos tipos de cáncer.

Fuente: Encuesta nacional de salud y nutrición de medio camino 2016, 2019