SONRISA BENEFICIOSA

Estudios han comprobado que las personas que sonríen aparentan tener más seguridad.

Daniela Suárez
Columnas
Foto: Especial
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La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.

Proverbio escocés

Considero que hablar de los beneficios de la sonrisa quizá se haya convertido en algo trillado o común pero confieso que tan solo con pensar en sonreír, recordar una sonrisa sincera o escuchar una carcajada de un desconocido mientras espero mi orden de café me da felicidad.

Ver a gente sonriendo —ya sea en fotografías, en videos o en la calle— me da paz. Imaginar qué les hace sonreír me hace compartir su alegría y sobre todo quisiera portar una sonrisa así de grande cada día.

Creo que todos podemos recordar momentos divertidos y con el hecho de pensar en ellos y revivirlos a través de los recuerdos en automático sonreímos de nuevo. Pero probablemente no todos sepamos el poder que tiene una sonrisa genuina y mucho menos los beneficios de hacerlo cada día.

Al entrar en un momento de reflexión y cuestionamiento decidí entender por qué sonreír nos hace sentir tan bien. Una de las múltiples razones es que el hecho de reír nos hace más atractivos: de manera natural nos sentimos más cercanos a las personas que sonríen y existe un factor de atracción ligado al acto de reír.

Sonreír nos ayuda a aliviar y a reducir el estrés. De acuerdo con estudios publicados en el diario Medical News Today el hecho de sonreír nos ayuda a bajar el nivel de estrés y a continuar con el trabajo o tarea que estemos haciendo con un poco de mejor humor.

Hablando de mejor humor al sonreír este se mejora y se eleva. Es decir, se ha comprobado que si estamos de mal humor o un poco tristes se recomienda sonreír aunque sea forzado ya que al hacerlo se activa un mensaje en las neuronas que ayudan a liberar dopamina y serotonina.

Relajamiento

Las sonrisas se contagian: cuando vemos a personas compartiendo carcajadas, aunque no sepamos ni conozcamos el chiste, en automático somos capaces de reír ya que es una respuesta genuina y automática de parte del cerebro: si vemos a alguien sonriendo lo hacemos de regreso. A la vez una sonrisa es capaz de incrementar el sistema inmunológico y hacer que funcione de manera más efectiva. Al sonreír nos relajamos y nuestras defensas mejoran debido a la producción de varios neurotransmisores.

Por si fuera poco la sonrisa tiene la capacidad y el poder de hacernos sentir bien ya que el cerebro produce endorfinas y serotonina, lo cual ayuda tanto a reducir el dolor físico como a relajar el cuerpo. Además nos hace vernos más jóvenes porque al sonreír los músculos que utilizamos realzan la piel de la cara y esto nos hace tener una apariencia más radiante. Si estas razones no son suficientes me apoyo con una última: al sonreír parecemos más exitosos. Estudios han comprobado que las personas que sonríen aparentan tener más seguridad y tienden a ser más accesibles y a la vez susceptibles a obtener una promoción.

Y bien, a pesar de que una sonrisa falsa jamás tendrá los beneficios de una genuina se vale intentar sonreír aunque no estemos de humor, para poder darle la vuelta a nuestro día.