LIVIN’ LA LIBRA LOCA

Una empresa que ha sido antítesis de la transparencia y rendición de cuentas.

Juan Pablo Delgado
Columnas
Foto: Especial
Ilustración

Les confieso: hace poco más de un año un amigo me persuadió para que invirtiera algo de lana en criptomonedas. Así que invertí y tras unos meses… mi moneda perdió la mitad de su valor. ¡A tragar camote, compadres!

Frente a mi candidez de especulación económica podrían suponer (y acertarían) que mantengo una relación distante y desconfiada con las criptomonedas. Por esto los planes de Facebook de crear una nueva moneda digital (Libra) hizo que mi escepticismo regresara con furia y venganza. Les explico.

Primero lo primero. ¿Qué onda con el nombrecito ese de Libra? Matt Stoller explica en The New York Times que Mark Zuckerberg y sus secuaces se inspiraron en la medida de peso de la Antigua Roma conocida como libra, la cual... pues eso: es la que aún se usa en el mundo anglosajón. Para los romanos era el peso estándar para hacer monedas.

Ahora bien, ¿por qué tanto rollo? Mike Isaac (también del NYT) nos dice que la Libra es simplemente una nueva criptomoneda que podrá usarse en comercios físicos o digitales y enviarse de manera instantánea a cualquier persona, prácticamente sin comisiones. La moneda vivirá en una cartera digital (subsidiaria de Facebook) llamada Calibra, a la que se podrá acceder mediante Messenger y WhatsApp.

Esto la hace muy atractiva para quienes no tengan acceso a bancos o servicios financieros (mil 700 millones de adultos en el mundo) y la hace una fuerza disruptiva para el envío de remesas entre países.

¿Y la seguridad, apá? Pues según los que saben Libra será mucho más estable que otras criptomonedas porque la respalda cash de verdad (euros, yenes, dólares). Así que cuando compres una Libra en teoría tendrá respaldo de alguna reserva bancaria, validándola cuando quieras venderla.

Sumado a esto Libra no estará bajo el control exclusivo de Zuckerberg. El business lo controlará la flamante Libra Association, que incluye a 27 heavy-weights del mundo digital y financiero, incluyendo a Visa, Uber, Mastercard, eBay, Spotify y PayPal. Nuestro amigo Mark tendrá solamente un voto en este consejo general.

Atole

¿Suena bien? Pues antes de que se emocionen consideren primero la magnitud del congal que puede armarse si Libra llega a ser realidad.

Primero lo obvio: hablamos de Facebook, una empresa que ha sido antítesis de la transparencia y rendición de cuentas. En su corto historial sobresalen su escándalo de Cambridge Analytica; el robo masivo de información privada, y facilitar un genocidio en Myanmar causado por las fake news.

Pero ni se apuren porque Kevin Weil, alto funcionario en Calibra, nos asegura: “Tu información financiera jamás será utilizada por los anunciantes en Facebook”. Chí como ño… ¿Alguien quiere atole?

Sumado a esto, ¿cómo controlará el “cártel de Libra” cuestiones como el lavado de dinero o el uso de su moneda para actividades ilegales? ¡Ve tú a saber!

¿Y qué pasaría si hay una crisis y todos quieren sacar su dinero de golpe? Esto ya sucedió en 2008 con consecuencias fatídicas para los bancos gringos. Ahora imaginen un evento a escala mundial, pero con países teniendo que “rescatar” a una empresa privada y a su criptomoneda. ¡Gracias, pero no, gracias!

Por ahora Zuckerberg y su pandilla nos aseguran que no hay peligro alguno y que su intención es ayudar al mundo (y ganar un montón de dinero en el proceso). Pero ante los peligros como el robo de identidad, la pérdida de privacidad, una catástrofe financiera y otorgarle aún más poder e influencia a Facebook mi única reacción es pedirle al Cosmos: ¡líbranos de este mal!