Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay.
Emily Dickinson
Siempre he sostenido que hay tantos tipos de amores como maneras de saber amar. Cada persona y cada individuo tiene una capacidad distinta para expresar aquello que entienden de la palabra amor.
La Real Academia Española tiene varias definiciones de la palabra amor, entre ellas “sentimiento intenso del ser humano, que partiendo de su propia insuficiencia necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”; “sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que procurando reciprocidad en el deseo de unión nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear”, o “sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo”.
Todas estas tienen algo en común y esta palabra es: sentimiento.
Si bien concuerdo con que el amor es un sentimiento quizás hay millones de maneras de sentirlo. Con los griegos, por ejemplo, existen ocho tipos de amor. Cada tipo se define con una palabra distinta y equivalen a diferentes sensaciones, desde amor físico hasta uno que es espiritual.
El primero es Eros o el amor al cuerpo. Eros es considerado el dios griego del amor y el deseo sexual. Se le define como belleza divina y lujuria. Se basa en la atracción sexual de dos individuos, así como el romanticismo que se deriva de ello.
Philia es el amor de la mente. También se le conoce como el amor fraternal. Representa algo sincero y platónico a la vez, lo que se siente por un mejor amigo y también por los hermanos. La Philia existe cuando las personas comparten los mismos valores y la disposición con alguien y el sentimiento es mutuo.
Ludus es el amor juguetón. Se deriva del coqueteo y va acompañado de baile y sonrisas, es divertido e infantil. Se desata en las primeras etapas de una relación; las conocidas mariposas en el estómago y la emoción incontrolable son formas de representación de este.
Aceptación
La cuarta forma de amar es Pragma, el amor eterno. Es el tipo de amor más elevado porque está compuesto por un compromiso verdadero y duradero lleno de entendimiento, aceptación, respeto y tolerancia. Es un amor que ha durado con solidez y ha sobrevivido a muchos años y experiencias.
El amor Ágape es aquel que existe hacia el alma. Este es un amor incondicional hacia la humanidad, se da sin esperar nada a cambio y se refleja en actos de caridad. Es un amor compasivo, lleno de empatía y de conexiones sin expectativas.
Los griegos nombraron al amor a uno mismo Philautia pero lo dividieron en dos; aquel que es egoísta y busca reconocimiento, fama y placer. Este comúnmente se deriva en narcisismo. Pero existe otra forma sana ya que si uno se ama a sí mismo con sinceridad y cariño se puede compartir de manera más exitosa.
Storge es el amor hacia un hijo. Se basa en sentimientos naturales e instintivos que tienen los padres. Es un amor sin esfuerzo, conoce el perdón, la aceptación y el sacrificio. Es ese que nos hace sentirnos seguros y arropados constantemente.
Hasta ahora todos los tipos de amar han sido amigables. Sin embargo los griegos describieron a Manía como un amor obsesivo, uno que puede orillarnos a la locura, a los celos y al enojo. Si bien estos tipos de amor son muy precisos sigo considerando que hay tantas maneras de amar como individuos en cada sociedad.