5G DESEMBARCA EN EUROPA

Medios de comunicación en Europa hablan de efectos negativos de la red de quinta generación.

Georgianna Meza
Política
Foto: Especial
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Por Claudia Luna Palencia

Que sea más veloz, mucho más eficiente, que tenga una mayor capacidad de descarga de contenidos, prácticamente en un suspiro, y que sirva de plataforma para detonar multitud de servicios hasta ahora desconocidos por los usuarios de la cuarta generación de tecnología móvil: así es la red 5G (red de quinta generación), hoy presente en contados países del mundo.

En materia de 5G dominan Estados Unidos, Corea del Sur, Suiza, España, Italia y a partir del 23 de julio Reino Unido empezó a ampliar sus operadores. Alemania, Francia, así como China, van más lentos.

¿Qué es precisamente la conocida como quinta generación de red? Se trata de la tecnología descubierta por el ser humano más rápida, para navegar a una velocidad de 400 megabits por segundo.

La 4G en acción se basa en el protocolo IP, “siendo un sistema y una red” obtenida debido a la “convergencia entre las redes de cable e inalámbricas”. De forma estándar alcanza una conexión de hasta un gigabit por segundo pero la red 5G la multiplica por diez.

Para ello requiere de una avanzada infraestructura con ondas milimétricas de alta frecuencia. Si bien usa parte de la base Long Term Evolution creada por la cuarta generación móvil la meta es revolucionar para que la gente pueda descargar y subir contenido en segundos.

Hasta el momento Corea del Sur es el único país que cuenta en todo su territorio con la tecnología 5G en cobertura, muy de la mano de sus operadores SK Telecomm, KT Corporation y LG U Plus.

En EU el operador Verizon lo ha desplegado en ciertas áreas de Chicago, Mineápolis, Houston, Los Ángeles, Sacramento e Indianápolis. El objetivo es ponerlo en funcionamiento en otras 30 ciudades norteamericanas antes de concluir el año.

Los modelos de teléfonos beneficiados por la tecnología puesta en marcha por Verizon son Motorola Z3 y el modelo Nighthawk de Netgear; las compañías T-Mobile y Sprint esperan lanzar este año su tecnología 5G.

En abril pasado Suiza se sumó también a la aventura de la quinta generación muy a pesar de los lobbies opositores, bastante críticos señalando daños a la salud y problemas legales.

Ha llegado de la mano de los operadores Swisscom, Salt y Sunrise con concesiones hasta por 15 años para operar en 54 localidades y ciudades como Ginebra, Lausana, Basilea y Zúrich.

En el país helvético las empresas Oppo Reno presentaron su primer teléfono inteligente a fin de aprovechar todos los beneficios de la novísima red, así como su capacidad de interrelación con otras personas y las cosas.

No obstante el partido de Los Verdes intentó detener la instalación de las antenas aduciendo daños al medio ambiente, así como impactos presumiblemente nocivos en la salud de las personas, advirtiendo que para el amplio espectro de radiofrecuencia necesario sus inmensas olas electromagnéticas son perjudiciales para los seres vivos.

“En 2017 un grupo de 170 científicos de 37 países emitieron un informe solicitando a la Unión Europea una moratoria en el desarrollo de las redes 5G ante el temor de que aumenten el riesgo de cáncer y causen daños genéticos, cambios estructurales y funcionales en el sistema reproductivo o desórdenes neurológicos, entre otros problemas”.

En los últimos meses varios medios de comunicación aquí en Europa se han dedicado a difundir los efectos negativos de dichas ondas con base en estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Algunos alertan sobre las siguientes consecuencias: “Los campos electromagnéticos de frecuencias que oscilan desde los 30 kilohercios hasta los 300 gigahercios, entre los que estaría la 5G, podrían ser cancerígenos para los humanos”.

Si Suiza ha ido con precaución por las presiones de los grupos verdes, en Francia y Alemania van con tiento más que nada por temas de seguridad interna y a la espera de la evolución de la disputa de Washington contra Beijing, que tiene a la multinacional Huawei en medio de los dos.

Tanto Huawei como ZTE, las dos de origen chino, cuentan con la infraestructura desarrollada en red 5G pero el presidente estadunidense, Donald Trump, las ha elegido como diana favorita, sobre todo a la primera. Francia, Alemania, Australia, Japón y otras naciones que pensaban hacer sus contratos con Huawei los están retrasando.

Otros europeos

A mediados de junio pasado España puso en marcha su 5G en 15 ciudades: Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Bilbao, Valencia, Zaragoza, Vitoria, San Sebastián, La Coruña, Vigo, Gijón, Pamplona, Logroño y Santander; la cobertura inicial es de 50 por ciento.

Después de España siguió Italia, mientras que Francia y Alemania cavilan qué decisión tomar, en parte impactados por las acusaciones que la CIA realizó —al amparo de la Casa Blanca— por presuntos servicios de espionaje de Huawei para favorecer al gobierno de su país.

Se han desatado temores por la ciberseguridad local. Ya con la cuarta generación existe vulnerabilidad expuesta por medio de hackers, bots e intromisiones en las conexiones de ciudadanos, dependencias oficiales, empresas privadas y gobiernos.

Con la quinta generación se elevará el grado de riesgo en la medida que la facilidad de comunicación vertebre al ser humano con el universo de las cosas y estas puedan controlarse a golpe de voz o de un clic: desde coches autónomos, pasando por hogares inteligentes, hasta el médico en casa y muchos otros potenciales servicios.

La intranquilidad es a quién se le abrirán virtualmente las puertas del hogar, del acceso a la intimidad, porque quedarán al descubierto aún más los hábitos y preferencias de las personas; en suma, información valiosa.

Las acusaciones de la CIA y Trump contra Huawei si bien no alteran la postura de la Unión Europea (UE) para desarrollar la 5G con la líder tecnológica china sí contribuyen a retrasar los planes de algunos países. De hecho la UE ha pedido un pronunciamiento a todos sus integrantes para emitir un protocolo común antes de diciembre próximo.

España, por ejemplo, propone que la UE autorice una diversificación de las empresas suministradoras de la red a fin de evitar una casi dependencia hacia el corporativo chino.

Corea del Sur es el único país que tiene una cobertura del 5G mayor a 70% y lo ha desarrollado con KT, SK Telecom y LG, es decir, ha obviado absolutamente a Huawei, apostando absolutamente por tecnología nacional.

Por su parte el país ibérico ha puesto su quinta generación en marcha con Vodafone pero con Huawei y Ericsson como suministradores de red y con dispositivos de Samsung, LG y Xiaomi adaptados para la 5G.

De cara a 2020 nace la hiperrealidad: en unos años más la gente estará conectada a todas horas (se espera que también en todos los sitios) a su particular espacio de intereses con múltiples servicios a su alcance; al menos un millón de aparatos podrán estar conectados simultáneamente en un kilómetro cuadrado: romperá todos los hitos. El propio Global System for Mobile avizora ganancias por 565 mil millones de dólares a escala mundial para 2034.

Control tecnológico en disputa

En esta guerra tecnológica Google acaba de firmar su divorcio con Huawei y Trump sigue encolerizado porque no logra echar para atrás los 46 contratos que el gran corporativo chino tiene signados con 30 países.

Y en la era digital, en la llamada sociedad de la información, quien controle la administración y la gestión de los datos dominará el mundo.

Hay una guerra indisimulada por el control tecnológico, comenta Carlos Pérez Ariza, ex vicerrector de Comunicación de la Universidad de Málaga. Es una pelea, dice, que tiene en el centro del conflicto a Huawei porque guiará la vida cotidiana de miles de millones de personas en el planeta.

Apunta que hay tanto en juego porque la 5G acercará a los humanos a la Inteligencia Artificial, a la robotización, a un universo que estará ligado para siempre a los procesos instantáneos del ciberespacio; a la realidad convertida en virtual, donde la velocidad de los bits será más importante que contemplar una puesta de sol. Y allí está en el centro Huawei, como el Gran Hermano.

“Huawei es una empresa creada en China por Ren Zhengfei; es la segunda mundial, tras Samsung. Su fundador es un ingeniero que prestó servicio como alto oficial del Ejército Popular Chino y formó parte de la gran transformación de su país, implantada por Deng Xiaoping, en su plan a 50 años”, apunta Pérez Ariza.

—¿Por qué para Trump es tan amenazante Huawei?

—Huawei significa “excelencia china”. Se trata de un enorme corporativo que ya es más grande que Apple. Tiene su propia universidad y una plantilla de 170 mil empleados, con la virtud de que se adelanta al desarrollo e implantación planetaria de la 5G. Para el gobierno de Trump la amenaza china es que pueda llegar a controlar el tráfico de datos con la más que posible interferencia en su propia seguridad nacional. Eso además del inmenso nivel de comercio que tendrá la nueva generación digital.

El gran emporio del gigante asiático, su “joya de la corona”, tiene diseminados tentáculos de operación en 170 países y genera ingresos anuales superiores a los 41 mil millones de euros.

Pérez Ariza agrega convencido que el país que controle ese mercado global será el amo del mundo: “En esta primera ciberguerra mundial Google abre fuego y rompe su licencia con Huawei para que no pueda usar su sistema operativo. Por ahora los móviles chinos seguirán funcionando. La empresa china afirma que antes de fin de año tendrá su propio sistema, desligándose de Google. Es previsible que los jerarcas chinos y norteamericanos, hombres de altos negocios, y antes que los bits se tiñan de sangre, acuerden un pacto comercial-tecnológico”.

Por ahora, comenta, las ventas de Huawei en España, su mercado piloto y pionero, experimentan diversas caídas, si bien la empresa asiática mantiene su compromiso con los principales operadores españoles.

“No parece extraño que EU reaccione contra ese inmenso foco digital que es Huawei. La tecnología digital dominará todo el espacio, que incluye el tiempo. El mundo que vislumbró George Orwell ya está aquí”, subraya profético.

¿Juego sucio?

En Asia lo saben bien: en enero pasado Huawei fue la primera empresa que se quejó en el Foro Económico Mundial, en Davos: denunció una situación de hostigamiento y hostilidad en su contra concertada con fines de menguar su poderío económico.

Su vicepresidenta y directora financiera, Meng Wanzhou, hija además de Ren Zhengfei, fundador del emporio tecnológico chino, se encuentra bajo arresto domiciliario en Canadá atrapada en el vericueto jurídico-legal de una extradición solicitada por el gobierno estadunidense.

A Wanzhou se le acusa de violar las sanciones comerciales y económicas reimpuestas por EU a Irán. Fue arrestada en Vancouver el 1 de diciembre del año pasado. Desde entonces su caso se ha convertido en un juego de tensiones diplomáticas a tres bandas entre China, EU y Canadá.

“Huawei cumple con todas las leyes y regulaciones aplicables en los países y regiones en las que opera, incluidas las leyes y sanciones a la exportación de Naciones Unidas, la UE y EU. Confiamos plenamente en que los sistemas legales canadienses y estadunidenses llegarán a una conclusión justa”, de acuerdo con un comunicado oficial de la empresa.

Ken Hu, consejero delegado de Huawei, reprocha que la compañía sufre un daño innecesario y se siente víctima de un acoso que “nos afecta gravemente”.

Aunque no es la única acusación en su contra: hace unos meses Richard Fadden, ex jefe de la agencia de espionaje del Servicio de Inteligencia de Seguridad de Canadá, afirmó que “Huawei podría estar espiando para el gobierno de China”.

Nuevamente la empresa emitió un comunicado negando tal acusación y reviró que cada vez más corporativos de Fortune Global 500 eligen a Huawei como partner para la transformación digital.

Un paso más allá, el Departamento de Justicia norteamericano presentó una serie de 23 cargos contra Huawei, a la que acusa de espionaje industrial y de conspirar para infringir el régimen de sanciones impuesto por EU a Irán.

Hay una dialéctica en el plano internacional en la que los gobiernos protegen a sus respectivos empresarios para lograr la supervivencia y la consolidación en medio de la globalización.

Y dentro de esta la Cuarta Revolución Industrial de la mano de los avances tecnológicos, digitales, de la explosión del sector servicios, el detonante de los intangibles y, por supuesto, de la IA en coexistencia con el ser humano y en competencia laboral.

Las empresas están también readaptándose a los tiempos volátiles y cambiantes en momentos en que EU pretende llevar el canal de las relaciones internacionales hacia otro orden de entendimiento.

Trump quiere obligar a los chinos a aceptar sus condiciones obsesionado por reducir las diferencias comerciales entre uno y otro país, su volumen de intercambio que por ende significa igualmente su posición en números negros o rojos en su balanza comercial entre ambas naciones.

Para el presidente chino XI Jinping la actitud del mandatario estadunidense es de franco “terrorismo económico” y esa persecución acontece en defensa de los intereses norteamericanos. Hay un juego sucio.

Washington quiere evitar a toda costa que China se posicione como socio comercial de la UE y que la multinacional Huawei controle el suministro de la red 5G en Europa. La disputa sin límite incluye a las redes digitales…

¿Cuándo llegará la 5G a Latinoamérica?

De acuerdo con la UNAM Mobile las proyecciones para la implementación de la red 5G en México tienen como meta los años de 2022 a 2024: a partir de entonces los usuarios mexicanos podrán gozar de una conexión ultrarrápida. Hay que hacer muchas adecuaciones en las fibras y sobre todo en la infraestructura; y los costos también tienen que ser rentables para los operadores y para los usuarios de telefonía celular.

En el resto de América Latina no se espera la aparición de la quinta generación digital antes de 2026. Poco a poco irrumpirá de forma parcial pero hay el inconveniente de que muchas zonas latinoamericanas queden subsumidas en enormes brechas de desfase digital. No es una tecnología barata ni asequible.

México, problemática y tiempos

Aunque diversos operadores telefónicos realizan ya pruebas en el país para el desarrollo de la 5G, firmas como Qualcomm, IBM, Ericsson, Huawei o la japonesa NEC afirman que el gran reto para que estos servicios puedan despegar tiene que ver más con el despliegue de fibra óptica y la licitación de espectro en redes ya que solo estos permitirán llevar los nuevos servicios a la población.

Hasta hoy México carece de un plan de política pública y regulatorio para la 5G, como sí lo tienen los países que ya adoptan esa tecnología.

Aunque el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) señala que se trabaja en una hoja de ruta, lo más que se ha hecho es liberar la banda de 600 MHz, que prevé licitar en 2020. No obstante es apenas una porción de todo el espectro en las bandas altas, medias y bajas que se requiere para poner en funcionamiento una red robusta de quinta generación.

Qualcomm afirma que para que las empresas de telecomunicaciones y las tecnológicas puedan proveer la 5G es necesario que se libere y licite más espectro disponible en las bandas entre los tres Ghz y seis Ghz (sub 6 Ghz) así como las redes de baja latencia (mm-waves).

Si bien Qualcomm estima que México sea el primer mercado latinoamericano en lanzar servicios 5G comerciales, algo que está planeado inicie en 2020 de la mano de los operadores Telcel y AT&T, esta primera fase solo alcanzará a 3% de la población.

De acuerdo con la consultora GSMA Intelligence se prevé que a nivel global la implementación de la 5G se encuentre operativa hacia 2025, con una cobertura de un tercio de la población y un soporte estimado a mil 200 millones de conexiones.

La cobertura para 2025 en los países más avanzados con la tecnología G5 en sus líneas móviles será de 59% en Corea del Sur, 48% en Japón, 49% en EU y 29% en Europa. En Latinoamérica y el Caribe será de 8%; en el Norte de África y Oriente Medio, de 6%, y de 3% en África Occidental, según los datos de GSMA.

GSMA Intelligence indica que además de la infraestructura que deben montar las operadoras para ofrecer servicio en la red 5G se necesitan equipos compatibles con esta tecnología de red pero ninguno de los smartphones compatibles se vende de forma oficial en México en este momento.

Actualmente los teléfonos 5G son de la gama Premium, por lo que hasta que no haya teléfonos de gama media con conexión 5G no debemos esperar que la adopción crezca de forma importante en México y Latinoamérica.

Marisa Viveros, vicepresidenta de IBM en Estrategia y Soluciones Globales de Telecomunicaciones, advierte que otro componente a tomar en cuenta para el desarrollo de esta red y sus servicios tiene que ver con la curva de inversión y adopción de estos proyectos, la cual tomará de entrada un espacio de cinco años.

Expertos tecnológicos comentan además que México no es pionero en la investigación y desarrollo de 5G, por lo cual debe esperar a que los trabajos de otros países y operadores finalicen, para adoptar y adaptar la tecnología al territorio nacional. Estiman entre tres a cinco años esta etapa.