LA SEGURIDAD EN EL I INFORME DE GOBIERNO

Lograr un ambiente de tranquilidad permite, a su vez, mejorar las condiciones de productividad.

Javier Oliva Posada
Columnas
Foto: Especial
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Por los lamentables hechos de los últimos días en Uruapan, Ciudad Juárez y Coatzacoalcos, entre otros, el tema de las condiciones de uno de los problemas más serios del país —si no es que el más relevante— llega al primer tramo transcurrido del gobierno federal con serios desafíos e interrogantes respecto de su control y eventual disminución: se han aplicado medidas que, sin temor a exagerar, son de naturaleza histórica, pero justo en esa proporción es la expectativa de la sociedad para recuperar la tranquilidad pública y la plena vigencia del Estado de Derecho.

La renovación de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, proyecto original del gobierno de Vicente Fox (2000-2006) y continuado por Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), implicó una serie de medidas no menos importantes, como la creación de la Guardia Nacional, hoy en plena actividad en la mayor parte del país.

A la par de esas medidas la supresión del Estado Mayor Presidencial significó que la Presidencia de la República, como institución y no debido al perfil del presidente Andrés Manuel López Obrador, se quedara sin una de sus dos principales fuentes de información e inteligencia para la toma de decisiones. La otra instancia era, desde luego, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, que también fue eliminado como tal para dar paso al Centro Nacional de Inteligencia, pero adscrito a la Secretaría de Seguridad.

En el proceso de creación de la Guardia Nacional se aplicaron once reformas a la Constitución que contaron con el apoyo de casi la unanimidad de los votos en el Congreso de la Unión (solo hubo un voto en contra en la Cámara de Diputados). Así se dio paso a la creación de cuatro leyes secundarias, entre ellas, la Ley de la Guardia Nacional, para darle por fin —luego de varios años de trabajo— un marco jurídico amplio a una fuerza policial de carácter nacional que le permitiera actuar contra delitos del fuero común.

Bases

La Guardia Nacional trajo consigo la segunda experiencia en cuanto a la conjugación de elementos militares y policías federales. Como se recordará el primer caso fue en 1999 cuando se creó la Policía Federal Preventiva, integrada por la III Brigada de la Policía Militar y elementos de la Policía Federal de Caminos, Policía de Migración y Policía Fiscal.

El proceso ahora fue más complejo y de hecho aún no termina la incorporación de cinco de las siete divisiones de la Policía Federal a la Guardia Nacional. En efecto, no se transfieren a la nueva corporación la Policía Científica ni la Policía Cibernética.

A este intenso y complejo proceso de ajustes institucional, jurídico y presupuestal debemos sumar la permanente actividad de las Fuerzas Armadas a las labores de seguridad pública e interior. El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea siguen cumpliendo con misiones que con el paso de los años les sobreexponen a roces con pequeños grupos de la población identificados con organizaciones criminales. No hay duda de que este es uno de los principales peligros a atender para conseguir el éxito en los objetivos que la Presidencia de la República se ha fijado en el sensible problema de la seguridad.

Para la sociedad en general estar en un ambiente de tranquilidad permite, a su vez, mejorar las condiciones de productividad y crear un ambiente de certeza.

Sin duda estos son los principales retos rumbo al II Informe de Gobierno en septiembre del siguiente año. Ojalá y lo logremos. Es tarea de sociedad y gobierno. Las bases ya están listas.