JAQUE MATE A MORDEDURAS DE SERPIENTE

Los antivenenos en poco tiempo serán más potentes y tendrán la mejor calidad.

Redacción
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Foto: Especial
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Por J. Alberto Castro

El doctor Gerardo A. Corzo Burguete, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, ha puesto en jaque mate a las mordeduras de serpiente, otra gran enfermedad mortal.

Este científico, repatriado a México tras una larga estancia en Japón, centra sus estudios en los elápidos (Elapidae), una familia de serpientes altamente venenosas que habitan en regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo. Por su poder letal destacan la serpiente de coral de América, las cobras de Asia y las mambas de África.

De acuerdo con estimaciones estadísticas se pueden producir hasta 5.5 millones de mordeduras de serpientes cada año y registrarse más de 100 mil muertes en todo el mundo. El único tratamiento salvavidas específico para el veneno demostrado como efectivo y recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la aplicación parenteral oportuna de antiveneno de serpiente.

En entrevista con Vértigo Corzo explica: “Los antivenenos son fundamentales en la terapia contra las mordeduras de serpientes y de otros animales venenosos. En los venenos de elápidos existen neurotoxinas, como las neurotoxinas tipo α de cadena corta, las cuales son altamente tóxicas y desempeñan un papel importante en los procesos de envenenamiento por la mordedura de este tipo de serpientes. Un problema en los antivenenos son ese tipo de neurotoxinas, que son débilmente inmunogénicas, y muchos antivenenos muestran baja reactividad hacia dichas toxinas”.

El especialista devela que se inmunizan los caballos con estos venenos pero la proporción de estos componentes biotóxicos era muy baja, por lo cual el sistema inmune de los caballos no la detectaba: los anticuerpos que se generaban en el cuadrúpedo por inmunización de venenos tenía muy pocos anticuerpos contra estas biotoxinas.

Y advierte: “Si en algún momento una persona es mordida por un elápido con mucha concentración de neurotoxinas el antiveneno comercial no será efectivo. Los médicos tienen que utilizar muchas dosis de antiveneno para rehabilitar completamente al paciente”.

Por ello este ingeniero en Bioquímica Industrial persevera en “desarrollar o mejorar antivenenos con mayor efectividad y mayor capacidad de neutralización” y diseña en su laboratorio una neurotoxina α de cadena corta llamada ScNtx: “La nueva toxina retoma parte de las estructuras pertenecientes al grupo de elápidos que se encuentran en América, Asia, África y Oceanía y junta en una sola todas estas estructuras para generar una neotoxina Consenso que puede ser aplicada contra los venenos de serpientes de distintas zonas geográficas”.

El especialista relata cómo en un protocolo de laboratorio inmunizaron caballos con la nueva biotoxina ScNtx con el propósito de obtener anticuerpos muy específicos, “porque aumentamos la concentración de la neurotoxina producida de manera sintética. Los anticuerpos generados por los equinos y después extraídos del suero pudieron neutralizar la letalidad de las neurotoxinas tipo α de cadena corta de venenos de elápidos de otros continentes, así como neutralizar los venenos neurotóxicos completos de ciertos elápidos de géneros como Micrurus, Dendroaspis, Naja, Walterinnesia, Ophiophagus e Hydrophis”.

Hace un mes Corzo dio a conocer en la prestigiosa revista Nature Communications los pormenores de la nueva biotoxina ScNtx creada en su laboratorio. “Estos resultados son una prueba de principio para usar proteínas recombinantes con secuencias Consenso diseñadas racionalmente como inmunógenos universales cuyo fin es desarrollar o mejorar antivenenos con mayor efectividad y mayor capacidad de neutralización, lo que permitirá mejorar la capacidad de los antivenenos comerciales”.

Manifiesta el doctor Corzo que la mordedura de serpiente es una de las enfermedades más olvidadas, especialmente en los países tropicales más pobres cerca del Ecuador. En los países más desarrollados los animales venenosos no son un gran problema sanitario pero la situación cambia cuando se pone el foco en las zonas rurales de las naciones tropicales.

Un ejemplo de las dificultades a las que se enfrentan los habitantes de estas regiones es el de Dionisio, un menor de 15 años de la Sierra Otomí-Tepehua, una región que arde en primavera con temperaturas de 35 a 40 grados y donde las serpientes andan “bravas”. El adolescente mordido por una coralillo en Tenango de Doria salvó la vida por la milagrosa intervención de su padre, quien lo llevó en brazos al Hospital de San Bartolo Tutotepec.

Dice Corzo que las compañías farmacéuticas productoras de antivenenos contra elápidos tienen un foco regional. “Aquí se centran en generar antivenenos contra la serpiente de coral; Argentina y Brasil hacen lo mismo; las de África y las de Asia, con diferentes especies, atacan el problema de manera local”.

Por ello considera muy prometedora “la neotoxina que diseñamos: es muy efectiva y

se puede utilizar en diferentes regiones; las compañías farmacéuticas la pueden adquirir o la pueden sintetizar e incluirla en su protocolo de inmunización. De esta manera los antivenenos en poco tiempo serán más potentes y tendrán la mejor calidad para rehabilitar a un paciente”.

Como innovador el principal beneficio o prueba de concepto fue descubrir en los elápidos de África, América, Oceanía y Asia el mismo tipo de biotoxinas con pequeñas modificaciones.

“Lo que hice fue entender esas modificaciones en los venenos de las distintas regiones geográficas; luego analicé estas biotoxinas y las condensé en una sola. En un futuro próximo un productor de antivenenos en Asia no tendrá que buscar más biotoxinas. Logré sintetizar el veneno de varias regiones en una misma toxina, que hoy puede ser utilizada por quien lo desee”.

Las serpientes más venenosas en México

En el mundo existen más de tres mil 400 especies de serpientes.

En México hay más de 400 especies, de las que alrededor de 68 son consideradas venenosas.

En nuestro país existen dos familias de serpientes venenosas y peligrosas para el hombre: elápidos (serpiente marina, coralillos) y vipéridos (víboras de cascabel, nauyacas, cantil).

Cabe señalar que el nivel de peligro depende de qué tan tóxico es su veneno, la cantidad de veneno que puede inyectar la serpiente y qué tan probable es sufrir una mordedura.