Detener nivel de agresión en divorcio cuando hay hijos

Las parejas que viven un conflicto así deben analizar sus actos.

Redacción
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Divorcio
Foto: Archivo

México, 13 de septiembre. Siete de 10 de parejas que se divorcian en México utilizan a sus hijos como una herramienta para golpear emocional, económica y familiarmente a su ex pareja. Cabe precisar que en muchos casos la mayoría no lo hacen de forma consciente, pero los daños emocionales, principalmente en los niños, son considerables: Hemos notado que el nivel de agresiones entre las parejas es enorme. No importa el nivel de estudios ni la condición socioeconómica ni religiosa de las parejas. Cuando se divorcian se ciegan y por norma general los más afectados serán los pequeños”, manifestó Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).

En México, la tasa de divorcios se ha incrementado de forma exponencial. Casi la mitad de las parejas que contraen nupcias terminarán por divorciarse antes de cumplir cinco años de casados. Los principales motivos para divorciarse (en parejas con hijos), según datos de CEEPI, tienen relación con la situación económica que es precaria, una mala sexualidad (que puede producir infidelidad) y falta de intereses comunes para asimilar la vida: “La mayoría de las parejas no tienen tolerancia a la frustración, no tienen paciencia y anteponen sus intereses personales a los del otro e incluso a los de sus hijos; en otras palabras, son muy narcisistas”, dijo.

A decir de la especialista, las formas más frecuentes que utilizan los padres para agredirse mutuamente y por ende, generar lesiones emocionales en sus hijos son:


  • Hablar mal del otro con los hijos de forma constante y directa: El clásico, “tu padre no sirve para nada, es un borracho, un flojo”.
  • Comparar: “Tan inútil como tu madre”.
  • Chantajes: "¿Por qué no me quieres como a ella?”.
  • Peleas y agresiones verbales estando presentes los niños.
  • Secuestro de los hijos por alguno de los cónyuges - en el peor de los casos.

Esto genera en los niños trastornos emocionales como:


  • Baja autoestima.
  • Insomnio.
  • Ansiedad.
  • Baja de aprovechamiento escolar.
  • Se aíslan.
  • Se vuelven muy agresivos.
  • Dicen odiar a todo mundo.

“Un niño que es agredido de esta manera presentará afecciones emocionales serias que si no se tratan, se revertirán hacia los padres. Por eso la función de instituciones como CEEPI es primero hacer conciencia en las parejas sobre las secuelas que producen sus actos en sus hijos, y en segundo término, que los niños recobren la confianza tanto en sí mismos, como en sus padres mediante terapias de juego, principalmente”, explicó la especialista.

Para las sicólogas de CEEPI las parejas que viven un conflicto así deben analizar sus actos y si no son incapaces de detener su nivel de agresión, lo mejor será acudir con algún profesional de la salud mental. En este sentido, la institución cuenta con psicólogos familiares, de pareja e infantil para poder solucionar la problemática