Niños y jóvenes pueden prevenir la enfermedad de Alzheimer

Sueño saludable y evitar abuso del uso de celulares.

Redacción
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Foto: Archivo

México, 20 de septiembre. De acuerdo con investigaciones realizadas en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, los habitantes de entre nueve y 25 años de edad, ya tienen características distintivas de Alzheimer, tales como déficits cognitivos asociados a cambios estructurales en el cerebro y la acumulación de la proteína Tau patológica, advirtió Lilian Calderón Garcidueñas, Investigadora de la Universidad del Valle de México y de la Universidad de Montana.

En el marco del Día Mundial del Alzheimer, Calderón Garcidueñas señaló que su reciente artículo “Contaminación del aire, combustión y fricción derivadas de nanopartículas y la enfermedad de Alzheimer en niños y jóvenes urbanos” publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease (2019), establece que los niños y jóvenes presentan déficits cognitivos.


Además, con base en los resultados obtenidos a lo largo de más de 15 años de investigación, se ha encontrado que la patología de Alzheimer evoluciona desde la infancia, por lo que es necesario aplicar estrategias de intervención multidisciplinaria para prevenir o mejorar los déficits cognitivos, detener la progresión del Alzheimer y erradicar el riesgo de suicidio en individuos jóvenes residentes de zonas urbanas, estableció la Doctora Calderón.

Recordó que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud se prevé que el número total de personas con demencia alcance 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050. A partir de 2015, las proyecciones en México calcularon 3.5 millones de personas afectadas por Alzheimer para 2050, sin embargo, bajo estas circunstancias la proyección se incrementara de una manera importante en las poblaciones expuestas a niveles de contaminantes como las PM2.5 por arriba de la norma (USEPA 12ug/m3 media anual en promedios de 3 años).


Los estudios de la investigadora apoyan otros múltiples estudios donde se establece la asociación entre las exposiciones a partículas finas (PM2.5) y ozono (O3) con un riesgo significativo desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Las nanopartículas derivadas de la combustión y la fricción contienen magnetita y por su tamaño muy pequeño, menos de 100 nm, llegan fácilmente al cerebro y están asociadas con daño temprano y progresivo a la unidad neurovascular y de las células cerebrales, dichas nanopartículas magnéticas ricas en hierro pueden producir estrés oxidativo, plegamiento de proteínas y fibrilación de estas, con el consiguiente daño celular, neuroinflamación y neurodegeneración.

En la Ciudad de México, niños y adultos jóvenes tienen exposiciones de por vida a PM2.5 y O3, y como consecuencia, la patología de Alzheimer que comienza en el tronco encefálico y el bulbo olfatorio está progresando sin descanso en las dos primeras décadas de la vida.

De acuerdo con Calderón Garcidueñas en estudios realizados de espectroscopia, resonancia magnética, potenciales evocados auditivos y pruebas de olfato, se han encontrado en la primera y segunda décadas, alteraciones olfatorias, auditivas y cerebrales. Como ejemplo de ello, para tercero y cuarto grado de primaria, los niños están conscientes de sus déficits de memoria, los padres están preocupados porque el rendimiento académico de sus hijos no sea óptimo y los maestros se quejan de fallas académicas. Una década más adelante (edad 21.60 ± 5.8 años) los adultos jóvenes desarrollan atrofia cerebral.

Por otro lado, Lilian Calderón explicó que el alelo Apolipoproteína E (ApoE) ε4 es el factor de riesgo genético más frecuente para Alzheimer y presenta un mayor riesgo en las mujeres que viven en grandes ciudades contaminadas. Está asociado con el estrés oxidativo, la disfunción mitocondrial, el estrés del retículo endoplásmico, la disfunción inmune, los lípidos desregulados y alteraciones de la glucosa, y lesiones de la sustancia blanca, lo cual es relevante para las poblaciones pediátricas expuestas a la contaminación del aire.

En México, Chile y Estados Unidos, ApoE3 es el alelo más común, mientras que la prevalencia del alelo 4 en México varía de 8.4% en Guadalajara, a 11.5% en Nayarit y Durango, a 28% entre los huicholes, de acuerdo con reportes de otros investigadores en la literatura.

Por lo tanto, la combinación de exposiciones de por vida a mezclas complejas de contaminantes del aire, factores genéticos, estilo de vida y factores socioeconómicos, todos contribuyen a la inflamación sistémica temprana, resistencia a la insulina, hiperleptinemia, cambios cerebrales / metabólicos estructurales, neuroinflamación y neurodegeneración. ApoE4 es la pieza central como un factor para identificación temprana de sujetos con alto riesgo.

Bajo estas condiciones, recordó que es preciso considerar que los niños realicen ejercicio en ambientes cerrados, evitar actividad física al aire libre, tomar Vitamina D y tener una dieta balanceada con abundantes verduras, nueces, almendras, pescados, carne roja en cantidades moderadas, aceite de oliva y evitar bebidas con fructosa y bebidas energéticas.

Las horas de sueño son también muy importantes, esto es de particular relevancia en los adolescentes y adultos jóvenes que deben dormir un mínimo de siete horas diarias y evitar el uso continuo de teléfonos celulares.