INNOVADORA FORMA DE CONFINAR EL CÁNCER

Estamos pensando en compuestos de origen vegetal para enfermedades específicas.

Redacción
Todo menos politica
Foto: Especial
UNAM

Admirador de Leonardo da Vinci, el doctor en química orgánica Mariano Martínez Vázquez ve a la ciencia en constante renovación, sin descanso, dinámica, por lo que como investigador hizo suyo el compromiso de encontrar nuevas formas, ideas y paradigmas.

El investigador de la UNAM comparte con el sabio florentino el gusto por encontrar cosas desconocidas y la observación puntual de la naturaleza. Precisamente estas dos pasiones lo han llevado a descubrir en el guayule (Parthenium argentatum), un arbusto mexicano que produce hule natural, dos compuestos con propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias que reducen el tamaño de un tumor canceroso hasta en 80 por ciento.

Por más de 15 años este químico conocedor de las plantas medicinales ha estudiado al guayule, explotado a nivel industrial. Además de obtener el hule, como desecho de esa producción se generan grandes cantidades de resina.

Al doctor Ramírez le llamó la atención que tras el proceso industrial la resina se tiraba. Muy pronto descubrió que el desecho es muy rico en compuestos naturales clasificados como triterpenos, o sea, productos de origen natural con potencial curativo.

En entrevista con Vértigo cuenta: “Descubrí que los dos metabolitos o compuestos de la planta, Argentatina A y Argentatina B, tienen una actividad antiinflamatoria muy alta. Mucho más elevada que los fármacos utilizados en la clínica. De ahí salté al pensamiento de que posiblemente estas moléculas pudieran tener actividad contra las células de cáncer”.

En el Departamento de Productos Naturales del Instituto de Química el universitario y su equipo emprendieron las evaluaciones y, en efecto, encontraron que los compuestos tenían actividades citotóxicas contra las células de cáncer humano. Sin embargo su actividad no era muy fuerte, sobre todo si se comparaban con los fármacos utilizados en la clínica.

El doctor Martínez hizo a un lado la desilusión y vislumbró un cambio de estrategia: pensó no enfocarse en las células cancerosas y, por el contrario, dirigió a las Argentatinas contra el microambiente tumoral, es decir, el conjunto de células que rodean y dan soporte al tumor.

Encantado por una profesión que le apasiona Martínez indica que “en ese grupo de células son muy importantes los procesos inflamatorios. En las evaluaciones con ratoncitos inoculados con células de cáncer humano valoramos los compuestos aislados de estas resinas y lo que vimos es que disminuye drásticamente la velocidad de crecimiento y el tamaño del quiste. Tan es así que se llegó a tener 80% de reducción del tumor. Observamos una disminución notable del volumen tumoral. Los mejores resultados ocurren cuando a los ratones les administramos estos metabolitos tres veces por semana”.

Los ratones del laboratorio del doctor Martínez presentaron resultados muy parecidos a los de los fármacos oncólogos pero con la gran ventaja de que sus compuestos no tienen efectos secundarios porque no son tóxicos, a diferencia de los fármacos convencionales.

Otro enfoque

Dice este innovador que lo que hoy tiene es un buen hallazgo y resultados primigenios que abren la seria posibilidad de tener un fármaco muy efectivo para tratar distintos tipos de cáncer: próstata, mama y colon. También reconoce que para pensar en un fármaco falta un buen trecho.

El proyecto está por obtener una patente conjunta de la UNAM y una empresa mexicana dedicada a productos naturales, que tendrá la transferencia tecnológica para hacer un fármaco que pueda llegar al mercado.

“Por fortuna existe una empresa interesada en la patente de los compuestos. Con ella la UNAM va en cotitularidad. Este detalle es muy importante porque la mayoría de los gastos correrán a cargo de los particulares. Y aunque no se paga la investigación la empresa pagará las pruebas clínicas en humanos. Ellos van a financiar los protocolos con humanos y obtendrán el visto bueno de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)”.

Calcula Martínez que en dos o diez años se podrá tener este producto de origen natural en el mercado. Entretanto, recapitula: “De alguna manera sí proponemos una forma diferente de abatir el cáncer, puesto que atacamos al microambiente tumoral que soporta y apoya a las células cancerosas. Sin este apoyo y sustento supongo que las células cancerosas no van a prosperar o van a morir”.

Para el estudioso las investigaciones tienen que seguir; se deberán hacer otros experimentos para confirmar si estas sustancias no permiten la reinstalación del cáncer. “Hasta ahora puedo decir que nuestros resultados son muy similares a los fármacos oncológicos. Como si no hubiera diferencia. Eso me hace suponer que los fármacos oncológicos y los de origen natural inhibirán a largo plazo la reinstalación del cáncer”.

México es el segundo país en el mundo con mayor número de plantas medicinales registradas, lo que refleja el gran potencial que hay para su uso en la terapéutica y los retos que se enfrentan para demostrar su eficacia, seguridad y calidad. De esto último el doctor Martínez comparte que “vuelven a evaluarse positivamente los diferentes compuestos de origen natural para distintas enfermedades. También transitamos a una medicina con una comprensión más particular y personalizada. Estamos pensando en compuestos de origen vegetal para enfermedades específicas”.

Reconocido como una autoridad científica en buscar identificar principios activos en especies vegetales que crecen en México, confía: “Estoy concentrado en ver cómo los compuestos de origen natural afectan la información genética. De hecho hoy investigamos con otro enfoque el posible uso de las plantas medicinales”.

El guayule cobra importancia en el mundo

Los pronósticos indican que la demanda del caucho natural crecerá a una tasa anual de 4.06% hacia 2020.

La industria llantera requerirá 8.5 millones de hectáreas adicionales de hule para 2024.

Fomentan su cultivo e investigación compañías como Cooper Tire & Rubber Company, Bridgestone y Nokian Tires.

Fundamental para la industria médica como el único látex natural hipoalergénico, en Estados Unidos la empresa Yulex Corporation lo comercializa para productos médicos e industriales.

En México el Centro de Investigación en Química Aplicada y el investigador Oussama Mounzer destacan: el hule extraído del guayule, al no causar alergias, puede usarse para producir guantes, jeringas y hasta juguetes.

Hace dos años la empresa GUAYSS comenzó el proyecto para reactivar el cultivo de guayule y la extracción de hule natural en el municipio de El Salvador, en Zacatecas, y en una parte de Coahuila.

Fuente: Harvard Business School e informe Global natural rubber market.