TROMBOSIS: RIESGO DE DISCAPACIDAD O MUERTE

Garantizar las mejores prácticas para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.

Lorena Ríos
Todo menos politica
Foto: Especial
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En México uno de cada cuatro fallecimientos se relaciona con una trombosis (coágulo anormal que bloquea el flujo sanguíneo), ya sea por infarto del corazón, accidente cerebrovascular o tromboembolia venosa profunda en piernas, brazos, pelvis o tórax.

Los principales factores de riesgo son edad avanzada, obesidad, sobrepeso, sedentarismo, reposo prolongado en el hospital, algunos tratamientos contra el cáncer, tabaquismo, embarazo, puerperio, tratamiento hormonal, viajes largos y predisposición genética.

El 13 de octubre se celebra el Día Mundial de la Trombosis, en la que se busca informar a la población y prevenir la elevada mortalidad derivada de esta condición, que provoca más muertes que el cáncer de mama, próstata y accidentes automovilísticos juntos.

Y para contrarrestar el incremento de trombosis en el mundo la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual calcula que cada año pierden la vida 14 millones de personas por males del corazón, estableció en 2012 como objetivo prioritario reducir las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares en 25% para 2025.

Datos del INEGI señalan que de los 703 mil 47 decesos que se registraron en 2018 en el país, al menos 20% se debió a enfermedades cardiovasculares, lo que representa 141 mil 619 fallecidos. La situación se agrava debido a factores como el hecho de que 17% de la población es fumadora; se consumen alrededor de 7.2 litros de alcohol por persona al año; más de 22% de la población ya sufre de hipertensión; 33% de los habitantes son obesos, y 39% tiene sobrepeso.

Prevención

Ante este panorama Raúl Carrillo Esper, presidente de la Sociedad Mexicana de Trombosis y Hemostasia (Someth), señala que trabajan en la difusión y capacitación de personal médico para prevenir y diagnosticar en forma temprana los problemas de trombosis, que causan una gran cantidad de decesos o bien un alto índice de personas con discapacidad. “Lo importante es que este tipo de enfermedad, por lo regular asintomática, se puede prevenir con terapia farmacológica y medidas intrahospitalarias. La trombosis venosa es la principal causa de muerte en las personas hospitalizadas, prevenible con trombo profilaxis, debido a que permanecen mucho tiempo acostadas e inmóviles”, expone el jefe de División de Áreas Críticas Unidad de Paciente Quemado del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). De ahí que las medidas de prevención sean lo más importante.

En tanto Raúl Izaguirre Ávila, jefe del Departamento de Cardiología del Instituto Nacional de Cardiología (INCar), indica que la campaña de prevención se dirige a la población sana, que todavía no enfrenta un problema de trombosis.

“En el lapso de 1990 a 2010 la OMS, mediante un estudio, reveló que se registraron casi 53 millones de muertes en el mundo y de ellas siete millones de sujetos perdieron la vida por enfermedad arterial coronaria y otros seis millones murieron por infarto cerebral vascular, al que comúnmente se conoce como embolia. En ese periodo se incrementaron 35% las enfermedades coronarias y los infartos cerebrales en 25%”, detalla el presidente del Grupo Cooperativo Latinoamericano de Hemostasia y Trombosis (Claht).

Embarazo

El tromboembolismo venoso en las mujeres embarazadas se incrementa de tres a cinco veces en comparación con las pacientes no embarazadas debido a los cambios fisiológicos relacionados con el mismo proceso de gestación. Se estima que esta condición se complica entre una y 1.5 en cada mil embarazos.

“Nos llegan casos de pacientes ya con el problema encima y por eso insistimos en que tenemos que trabajar más en la medicina preventiva”, señala Ángel Augusto Pérez Calatayud, jefe de División de Áreas Críticas del Hospital General de México.

Menciona que el diagnóstico de los eventos tromboembólicos en el embarazo constituye un reto para los equipos tratantes ya que los hallazgos clínicos y de laboratorio característicos de esta enfermedad pueden estar enmascarados con los cambios fisiológicos propios de la gestación, por lo que el inicio de su evaluación suele ser complejo.

“Tenemos todo un arsenal de medicamentos en el área de prevención, así como invitar a la paciente a que camine, pero en la cultura mexicana cuando tenemos un enfermito en casa lo que hacemos es indicarle que no se mueva, que no camine; y eso es perjudicial para la circulación sanguínea”, expone el integrante del Colegio Mexicano de Medicina Crítica.

Recomienda que todas las mujeres embarazadas se realicen un estudio de dinámica para identificar si tienen factores de riesgo de trombosis. Todas las mujeres que se realizan cesárea deben usar medias de compresión, realizar deambulación temprana y manejo del volumen intravascular para que la sangre no se haga más densa y que se reduzca el riesgo de un trombo, detalla Pérez Calatayud.

Infarto cerebrovascular

Las personas que enfrentan una trombosis cerebral encaran el riesgo de quedar con una discapacidad irreversible y sin la posibilidad de realizar sus actividades de la vida diaria, advierte a su vez Ángel Antonio Arauz, jefe de la Clínica de Enfermedad Vascular Cerebral del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN).

“Esta condición tiene manifestaciones neurológicas súbitas y varían dependiendo del sitio del cerebro que se vea bloqueado; de ahí que puede alterarse el lenguaje, la visión o la motricidad y en 80% de los casos se debe a un trombo, mientras en el otro 20% se trata de rupturas de un vaso o derrame cerebral”, puntualiza el especialista.

“Uno de los puntos más importantes para prevenir un evento cerebrovascular es controlar la hipertensión arterial, así como la fibrilación auricular. Pero cuando ya se presenta el evento el tiempo es vital y entre más rápido reciban atención médica se evitan más secuelas de la falta de oxígeno en el cerebro”, resalta.

Con el Día Mundial de la Trombosis se busca también reducir el número de casos no diagnosticados, aumentar la prevención con base en evidencia y fomentar que los sistemas sanitarios garanticen las mejores prácticas para prevención, diagnóstico y tratamiento, concluyen los exponentes.