RUMBO A LA FISCALÍA

Perspectiva de los derechos humanos en todo momento de la actuación ministerial.

Laura Quintero
Columnas
Foto: Especial
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Dramática es la situación en materia de seguridad: 47% de la población desconfía de las instituciones de procuración de justicia; 31% de las víctimas no denuncia por la larga espera en el Ministerio Público; 17% tampoco denuncia porque desconfía en las autoridades y, por si fuera poco, en 51% de las carpetas de investigación iniciadas no se continúa la investigación. Qué grave, ¿no?

“Vivimos en una procuración de justicia colapsada. Pero no todo está perdido: la Constitución de la ciudad prevé la creación de órganos dotados de autonomía a fin de no ceder a las presiones de otros poderes constituidos. Y al armonizar la ley de la Procuraduría de Justicia se crea la Fiscalía General de la ciudad, con la que se regresará la confianza a la ciudadanía sobre las instituciones en materia de procuración de justicia”, dice el diputado Christian von Roehrich de la Isla.

Pues sí, se abroga la Ley Orgánica de la PGJDF y se expide la Ley Orgánica de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, como señala la Constitución local. Pretenden que la Fiscalía sea un órgano que dé confianza a los ciudadanos, dejar atrás la corrupción y poner fin a la impunidad. ¿Podrán lograrlo? ¡El tiempo dirá!, pero ¿quién sabe si la gente aguante más?

“Es fundamental que la nueva Ley Orgánica sea muy específica para que no resulte una camisa de fuerza para la Fiscalía. Por eso en la iniciativa que presenté propongo un marco de referencia claro, firme y con alcances, sin caer en particularidades que son propias de los reglamentos. Eso sí: autónoma”, asevera el legislador panista.

El caso es que la actual procuradora, Ernestina Godoy, pretende ser la primera fiscal y los diputados hicieron varias modificaciones para limpiarle el camino, porque la Constitución establecía que quien haya ocupado un puesto de elección popular no podría acceder a ese cargo y ella actualmente es diputada con licencia. Y el presidente ya dijo que será una “fiscal carnal”, así que no hay duda sobre quién ocupará la Fiscalía. Más claro ni el agua.

“Las facultades de la Fiscalía están concatenadas con lo que señala la Constitución local. Prevé elementos de coordinación con cuerpos de seguridad pública y de prevención del delito. También se encuentran las relacionadas con delitos de alto impacto, la participación ciudadana y lo concerniente a la atención a víctimas y ofendidos, haciendo hincapié en la perspectiva de los derechos humanos en todo momento de la actuación ministerial”, explica el diputado Von Roehrich.

Como vemos son muy pocas cosas las que habrán de cambiar porque más bien es la armonización de la PGJDF hacia la Fiscalía de la Ciudad de México, que habrá de incluir indicadores de seguimiento que vayan desde la recepción de la denuncia hasta las sentencias condenatorias obtenidas en caso de que el asunto llegue a juicio. No tarda en aprobarse en el pleno y sabremos si hay modificaciones de fondo.

Pero lo que principalmente la población necesita es más protección porque la inseguridad va en aumento y los ciudadanos salen de sus casas con miedo porque no saben si al subirse al transporte público los van a asaltar. O los van a matar, como viene sucediendo un día sí y otro también. Se requiere confiar en las autoridades. Y eso no se ve posible a corto plazo. ¿O me equivoco?

El bolso de Laura…

Y ahora le cuento que esta semana termina el peregrinar de los 16 alcaldes que han acudido a la Comisión de Presupuesto para solicitar más recursos para sus diversos programas. La que de plano se voló la barda fue la alcaldesa de Álvaro Obregón, Layda Sansores, quien solicitó un incremento de 50% para el año próximo. Pero ¿qué cree? Casi no ha ejercido el presupuesto de este año. Y al hacérselo notar que se enoja y les contesta a los legisladores que “diputado es sinónimo de corrupción”. ¡Pácatelas! ¿Lo habrá dicho por experiencia propia? Porque antes de alcaldesa fue senadora. Vaya, vaya…