2019, MEJOR AÑO… QUE 2020

El problema que ha padecido el país desde su era moderna es la temporalidad del ritmo sexenal.

Carlos Ramírez
Columnas
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Ilustración

En la lógica de las previsiones esperadas 2019 está cerrando antes de tiempo-calendario. Fue un año vivido día a día, hora a hora, y no tanto por los acontecimientos inesperados —que los hubo— sino por el ritmo lopezobradorista del tiempo conocido y por la ausencia de presentimientos que dan las certezas de las conferencias de prensa.

Tres han sido los temas centrales de 2019 en su doble ritmo de primer año de sexenio y de primer año del estiloAMLO en el poder: presidencialismo, seguridad y PIB. Los tres revelan los vértices del triángulo del sexenio: el presidente, la sociedad y la República.

El problema que ha padecido el país desde su era moderna fundada por la Revolución Mexicana es la temporalidad del ritmo sexenal. Y si bien la verdadera democracia mexicana, la efectiva, la que existe, se basa en el relevo sexenal del presidente como rey absoluto, de todos modos ese reinicio cada seis años tiene el pasivo de que se cerrará seis años después. Y todo muere para renacer.

Todo presidente al iniciar su gobierno se preocupa por marcar su territorio, de una o mil maneras. Y su sexenio avanza en esos caminos de terracería. Cada presidente define su área de poder: más/menos presidencialismo. En tanto seamos un régimen presidencialista con base en la fuerza del Ejecutivo y no un régimen presidencial sustentado en la función dinamizadora de la institución de la Presidencia de la República, la sexenalidad será una carga y no una potencialidad.

Previsible

El presidencialismo ha sido el eje rector de las diferentes formas de régimen político: la disputa entre independentistas, Santa Anna, Juárez, Díaz, Madero, Carranza, Obregón, Elías Calles, Cárdenas, Alemán, Díaz Ordaz, Echeverría, Salinas, Fox y Peña Nieto; ahora no podría ser diferente. Pero cada presidencialismo nace, se explaya y muere en seis años; no, hoy no podría ser diferente. Y al iniciar el sexenio, el primer día, el presidente en turno comienza su camino de salida del poder; no, hoy no podría ser diferente.

El reforzamiento de la institución presidencial era previsible y todo está saliendo según lo esperado. Pero más que la crítica, las quejas y las denuncias los resultados van a determinar la eficacia de la Presidencia unitaria lopezobradorista.

La seguridad es un tema de la sociedad; en los hechos históricos las crisis de seguridad comenzaron el 30 de mayo de 1984 con el asesinato del columnista Manuel Buendía cuando se disponía a publicar la primera lista de funcionarios y políticos que estaban protegiendo a los primeros cárteles de la droga y del crimen organizado. Y 35 años después las cosas están peor. De igual manera la mejor evaluación de la estrategia sexenal de seguridad no estará en la crítica sino en los resultados… que están a la vista de todos.

Y la República se fortalece/debilita, además de los puntos anteriores, por el PIB que significa el crecimiento/bienestar. Tuvimos 6% de PIB en el periodo 1934-1982, 2.2% en el ciclo 1983-2018 y nos prometieron 4% para 2019-2024. Pero el primer año de las expectativas sexenales sería de 0.2%, con posibilidades de que en el último trimestre caiga debajo de 0% para ser negativo.

Este 2019 no fue el prometido; pudo haber sido peor y será bueno/malo en función de lo que venga si hay o no hay un golpe de timón en la estrategia presidencial. Pero como se ven las cosas 2019 será mejor año… que 2020.