BAJA CALIFORNIA, ZONA DE DESASTRE

Los incendios forestales en Baja California son por mucho los más intensos, extensos y letales.  .

Martha Mejía
Bienestar
Foto: Especial
Notimex

Los incendios forestales en Baja California son por mucho los más intensos, extensos y letales de los que se tenga memoria en ese estado: dañaron hasta el momento cuatro de los cinco municipios que conforman la entidad dejando un saldo de tres muertos, 40 heridos, 300 viviendas dañadas y más de nueve mil 880 hectáreas afectadas.

La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) reporta que en Ensenada la superficie preliminar que resultó con daños por los siniestros fue de siete mil 680 hectáreas; en Tecate, de mil 900; en Rosarito, de 300 hectáreas, mientras que para Tijuana aún no hay cifras oficiales.

Además indicó que son un total de mil 210 los elementos federales que sumaron su fuerza de tarea para combatir el fuego en ese estado del norte del país.

La CNPC detalló que la Secretaría de Marina (Semar) cuenta con 211 integrantes; la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) aporta 371; la Comisión Nacional Forestal (Conafor) 242, y la Guardia Nacional aporta 386.

Atípicos

Hay que destacar que la temporada de incendios forestales en Baja California es distinta que en el resto del país, debido al fenómeno conocido como Vientos de Santa Ana.

“Esta condición climática ocurre debido a la geografía y clima mediterráneo en que se encuentra la entidad”, explica en entrevista José Antonio Benjamín Ordóñez Díaz, catedrático del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México y especialista en cambio climático.

Indica que existe una cuenca en el desierto donde los vientos suben la Sierra Nevada de California y pierden humedad al atravesarla; luego, al caer hacia la costa del Pacífico, bajan con velocidades extremadamente fuertes que pueden superar los 100 kilómetros por hora.

Eso provoca que, además de la gran velocidad que logra, el viento no tenga humedad y adquiera temperaturas altas, lo que genera condiciones para que el comportamiento de los siniestros sea extremo ante cualquier fuente de calor.

“Hay algunos tipos de vegetación que al pasar esta ráfaga de aire caliente secretan algunas resinas; estas pueden ser tan volátiles como el tíner o el aguarrás y llegan a alcanzar hasta 300 grados centígrados. Al tener contacto con estos vientos se vuelven una gran flama y forman rápidamente extensos corredores de fuego”, explica Ordóñez.

Esta condición ocurre entre los meses de otoño, septiembre, octubre e incluso noviembre; pero también, en algunas ocasiones, entre marzo y abril. Y de acuerdo con la Comisión Nacional Forestal son predecibles hasta una semana previa.

Estos vientos son usuales en toda la parte mediterránea del país, sobre todo al sur de California, por lo que México se apoya en el servicio meteorológico de San Diego, debido a que afecta de la misma manera a Baja California.

Desafortunadamente, indica Ordóñez, la falta de planeación y de reordenamiento territorial “nos vulnera más que a las personas que viven en Estados Unidos, que es en donde se generan estas ráfagas de viento, al no estar completamente preparados para cuando se dan estos fenómenos”.

Devastación

Por primera vez el vecino estado de California, Estados Unidos, se encuentra asimismo en máxima alerta debido a los incendios forestales que golpean a su territorio.

El miércoles 30 de octubre inició en el norte de aquella entidad norteamericana un incendio letal que los bomberos bautizaron como Easy Fire.

De hecho el servicio meteorológico estadunidense emitió la alerta roja “extrema” para gran parte de la región de Los Ángeles debido a rachas de viento de hasta 130 kilómetros por hora en las áreas montañosas de California, que avivan el fuego y crean condiciones “extremadamente críticas”.

Easy, que se registra en Simi Valley, a 56 kilómetros de Los Ángeles, amenaza a seis mil 500 viviendas. Las evacuaciones afectan a más de 26 mil residentes.

Los bomberos reportan además que se suma a otros dos grandes incendios, Getty, en la zona exclusiva de Los Ángeles, y Kincade, cerca de San Francisco, en la región vinícola de Sonoma; de acuerdo con las autoridades locales este último está contenido en 30%, ha consumido 31 mil hectáreas y destruidos 200 desde que comenzó el 23 de octubre pasado.

En México el municipio más afectado es Rosarito. Su presidenta municipal, Araceli Brown, declaró como zona de desastre a la entidad. “La gestión de recursos federales se ha iniciado. Trabajamos en la instalación de una jornada de asistencia permanente en las áreas más afectadas por los incendios. Esta iniciativa permitirá que los ciudadanos puedan recibir apoyo inmediatamente”, reportó la munícipe.

Añadió que este tipo de contingencias no se había registrado en años anteriores y la fuerza de la naturaleza sorprendió a los habitantes del estado.

De hecho el lunes 28 de octubre el gobernador Francisco Vega de Lamadrid declaró que los incendios dejaban una gran enseñanza: “Vemos que es posible tener cuatro siniestros al mismo tiempo, aunque nunca antes se habían prendido cuatro municipios a la vez. Por eso lo importante es la prevención y los tres niveles de gobierno hacemos campaña. Por eso hay que fortalecer a la Conafor”.

Fue tal el impacto del fuego que la NASA publicó imágenes de estos siniestros. “Alimentados por el clima cálido, la baja humedad y las ráfagas de fuertes vientos del este y el noreste varios incendios forestales grandes se encendieron a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos y México a fines de octubre”, explicó la agencia espacial estadunidense en un comunicado acompañado de fotografías aéreas.

Focos rojos

Desafortunadamente para México no es extraño este tipo de fenómenos. Durante la primavera de 2019 se dio una devastadora temporada de incendios forestales en el centro y el sur del país. Tan solo en mayo pasado simultáneamente brotaron 106 incendios forestales en 19 entidades.

En ese entonces Marcelo Korc, asesor regional de las Américas sobre Calidad del Aire de la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS), indicó que la situación en México requería de una revisión de los planes de acción.

“Resulta indispensable replantear los programas a corto, mediano y largo plazo; y que el componente de la salud esté más presente en los planes de acción debido a que las contingencias ambientales son recurrentes”, expresó Korc.

El especialista recomendó al gobierno de México replicar los programas que se llevan a cabo en California para prevenir los incendios forestales, “porque con los efectos del calentamiento global tienden a aumentar y a provocar a su vez más contingencias”.

En este tenor Beatriz Manrique Guevara, en ese entonces presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, también se pronunció ante el hecho.

“La disminución de recursos impactó considerablemente en dependencias que contribuyen al combate de incendios, como es el caso de la Conafor, que perdió mil 200 millones de pesos (casi 60%) de su presupuesto, lo que repercute de manera negativa en los programas de pagos por servicios ambientales y empleo temporal, que contribuyen a prevenir los siniestros”, dijo.

A su vez el subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente, Sergio Sánchez, reconoció el 15 de mayo que el programa de empleo temporal de brigadistas había sido suspendido por el recorte presupuestal en todo el gobierno.

Y el 16 de mayo la entonces titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Josefa González Blanco, comentó que los recortes presupuestales eran cuando menos uno de los factores en la extensión y devastación de los incendios. “Es multifactorial, no es nada más el recorte de Conafor: también la ubicación, el calor y las altas temperaturas inciden en cómo contenemos los incendios”.

De acuerdo con el Reporte Nacional de Incendios Forestales en lo que va del año (1 de enero al 24 de octubre de 2019) se registraron siete mil 322 incendios forestales en 32 entidades federativas, afectando una superficie de 601 mil 421 hectáreas. “De esta superficie 95% corresponde a vegetación en los estratos herbáceo y arbustivo, en tanto que 5% al arbóreo”.

Las entidades federativas con mayor número de incendios son Estado de México, Michoacán, Chihuahua, Jalisco, Ciudad de México, Chiapas, Puebla, Tlaxcala, Guerrero y Durango, que representan 77% del total nacional.

Asimismo las entidades federativas con mayor superficie afectada son Jalisco, Durango, Oaxaca, Nayarit, Guerrero, Chihuahua, Chiapas, San Luis Potosí, Sonora y Guanajuato, que representan 72% del total nacional, indica el reporte.

Política forestal

La nueva Ley General de Desarrollo Forestal, promulgada el 5 de junio de 2018, estableció criterios para avanzar hacia una política de manejo del fuego que evalúe y maneje los riesgos de incendios forestales.

No obstante, de acuerdo con José Iván Zúñiga, gerente de Bosques de WRI México, a pesar de los avances de la nueva ley en materia de manejo del fuego todavía no se cuenta con una política clara para implementar esta visión, lo que hace necesario que el Programa Sectorial 2019-2024 incorpore líneas estratégicas y metas concretas al respecto que deriven en un presupuesto adecuado para su implementación.

“Las quemas promovidas por la Conafor y en algunos casos por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en los últimos años han generado experiencia y capacidades para su uso en el control de combustibles, dando buenos resultados, principalmente en bosques templados. Sin embargo se requiere del desarrollo de políticas y lineamientos técnicos claros, así como la generación de capacidades a nivel local para que su uso no genere efectos negativos de largo plazo en los ecosistemas”, expresa Zúñiga.

De acuerdo con los especialistas también hace falta fortalecer los sistemas de monitoreo, seguimiento y modelación de riesgos, con el fin de generar información que permita desarrollar mejores herramientas para la toma de decisiones.

Apoyo

Frente a la intensidad de los siniestros en Baja California diversas instituciones brindan ayuda a las familias bajacalifornianas que perdieron sus hogares.

El caso más peculiar es el de David, dueño de la taquería Birriería Azteca, quien acudió el pasado 25 de octubre con 25 kilos de birria al lugar donde bomberos, militares y voluntarios trabajaban para controlar las llamas a ofrecerles alimento y brindarles un gesto de agradecimiento por su labor.

La Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y diversos municipios cercanos establecieron a su vez centros de acopio donde es posible donar artículos básicos: agua embotellada, sueros, productos enlatados, alimentos no perecederos, pañales —tanto para bebés como para adultos—, medicinas y artículos de higiene personal, que son los artículos que se reciben en los diferentes puntos de acopio.

Pero ahí no para la ayuda: residentes de San Diego, Estados Unidos, se sumaron y enviaron apoyo a distintas comunidades afectadas, demostrando que ni las fronteras ni los muros acaban con la fraternidad entre las personas.

Recomendaciones

Medidas preventivas

No arrojes cerillos o cigarros encendidos en la carretera y menos en medio del bosque.

No tires basura; las botellas o vidrios pueden iniciar el fuego creando el efecto lupa con los rayos del Sol.

No hagas fogatas; por más precauciones que se tengan, una flama puede provocar un gran incendio.

No estacionar automóviles en la orilla de la carretera donde haya hierba seca.

No dejar nada inflamable después de acampar.

No encender fuego en el monte si las condiciones son desfavorables.

Guardar líquidos flamables en zonas protegidas.

No prender fuego en los terrenos.

Si estás en peligro

Aléjate del fuego en dirección opuesta al humo y dirígete a un área amplia sin vegetación.

Cubre nariz y boca con un trapo húmedo.

No intentes cruzar las llamas.

Si se prende tu ropa, tírate al suelo y rueda cubriendo tu rostro.

Fuente: Conafor