ZAFARRANCHO LEGISLATIVO POR EL RELEVO EN LA CNDH

No voy a fallar y responderé a todos los ciudadanos.

Ángel Hernández
Nacional
Foto: Especial
CO

Por A. Hernández y N. Vázquez

Rosario Piedra Ibarra tomó protesta como nueva presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en medio de jaloneos, empujones y acusaciones de fraude, con lo que culminó un procedimiento legislativo en el que no se logró consenso entre las diferentes fuerzas políticas, ensuciado por la sospecha de irregularidades en la votación y con presuntas violaciones a la ley ya que la ombudsperson incumplía el requisito de no haber ocupado un cargo partidista por lo menos un año antes de su designación.

El relevo tuvo como telón de fondo el escándalo: después de una dudosa votación en la que Piedra Ibarra logró una cuestionada mayoría calificada al emitirse 116 votos por los senadores, quienes contaron los sufragios (senadores de Morena) solo registraron 114, como argumentaba la oposición, por lo que no se alcanzaba ese requisito para asumir el cargo. La votación se pospuso entonces por una semana.

Debido a las presuntas irregularidades que se presentaron en las dos rondas, así como frente a las denuncias y críticas de los senadores panistas que argumentaban fraude a la hora de contar los votos emitidos, se anunció que se repetiría la votación de la terna para que no quedara en duda la honorabilidad de los legisladores de Morena.

En una sesión ríspida y entre acusaciones la propuesta para que se repitiera la votación fue rechazada en el pleno ante la sorpresa de los panistas, con lo que se mantuvo el resultado registrado una semana antes de 76 votos a favor de Rosario Piedra y así obtuvo mayoría calificada.

Entre empujones

Después de más de seis horas de discusión y con los ánimos caldeados en el salón de sesiones, alrededor de las nueve de la noche del martes 12 de noviembre Piedra Ibarra fue escoltada por senadores de Morena hasta el lugar donde sesionaba la Mesa Directiva en el pleno senatorial para que se le tomara protesta como nueva titular de la CNDH.

En desorden y entre empujones legisladores panistas trataban de obstruir la toma de posesión de la activista política, mientras que los senadores morenistas se interponían y formaban una valla para que Rosario Piedra asumiera el cargo.

El senador del PAN Gustavo Madero subió a la tribuna con el objetivo de impedir que la presidenta de la Mesa Directiva, Mónica Fernández, tomara protesta a Piedra como nueva presidenta de la CNDH. Sin embargo quienes rodeaban a la nueva ombudsperson se lo impidieron y entre forcejeos terminó en el suelo junto con un par de legisladores de Morena.

Así, en medio del respaldo de la mayoría de senadores morenistas y de sus aliados, pese al rechazo de los legisladores panistas, Rosario Piedra asumió como presidenta de la CNDH para el periodo 2019-2024.

Nuevo escándalo

Pero el escándalo no terminó ahí ya que uno de los requisitos para quien aspire a la presidencia de la CNDH es no haber desempeñado un cargo de dirección nacional o estatal en algún partido político en el año anterior a su designación, de acuerdo con la Ley Orgánica de la institución.

Según versiones periodísticas, el 9 de octubre Piedra Ibarra envió a las comisiones de Derechos Humanos y de Justicia del Senado, bajo protesta de decir verdad, un mensaje en el que afirmaba que cumplía con el requisito de no desempeñar o haber ocupado algún cargo de dirección nacional o estatal de algún partido político en el año anterior.

Sin embargo en el documento Integración de los órganos directivos a nivel nacional y estatal de la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE) se precisa que con corte hasta el 24 de octubre pasado Piedra Ibarra ocupaba el cargo de consejera nacional y estatal de Morena desde 2015.

Es decir, al momento de su designación lejos estaba de cumplir el requisito de haber dejado el cargo partidista por lo menos un año antes de postularse a la titularidad de la CNDH.

Por si fuera poco fue hasta el jueves 14 de noviembre —apenas un día después de asumir el encargo como presidenta de la CNDH—, que en una carta Rosario Piedra informó que “he presentado ya mi licencia como militante de Morena para dedicarme de tiempo completo a la gran tarea que nos aguarda”.

Por lo anterior queda la duda acerca de si la hoy ombudsperson cumplió o no con los requisitos de ley para ocupar la titularidad de la CNDH durante cinco años.

Renuncias

Tal desaseo en el proceso de elección de la nueva titular de la CNDH provocó que cinco integrantes del Consejo Consultivo del organismo presentaran su renuncia a ese cargo honorífico, con carácter de irrevocable, como protesta por la falta de transparencia en la designación de Rosario Piedra Ibarra como presidenta del organismo autónomo.

Al Consejo Consultivo lo integran diez personas electas por el voto de las dos terceras partes de los integrantes presentes del Senado de la República y anualmente son sustituidos dos de los consejeros con mayor antigüedad, aunque pueden ser ratificados para un segundo periodo. Por el momento la mitad quedará acéfalo.

El primero en renunciar fue Alberto Athié Gallo, quien envió su dimisión a la presidenta de la Mesa Directiva de la cámara alta, Mónica Fernández Balboa, el miércoles 13 de noviembre.

Para el jueves 14, en otra carta dirigida también a la legisladora Fernández, se le unieron otros cuatro consejeros: Mariclaire Acosta Urquidi, María Ampudia González, Angélica Cuéllar y María Olga Noriega Sáenz, quienes criticaron el proceso de elección porque a su juicio estuvo “plagado de irregularidades y falta de apego a la legalidad”.

Expusieron en el texto que “es muy notoria la cuestionada elección de la nueva titular de la CNDH” y ello “le resta legitimidad a la institución” ya que “se llevó a cabo sin apego a los indicadores que fueron asumidos voluntariamente por las Comisiones Unidas responsables del proceso y además fue consumado en el pleno de manera arbitraria”.

Sostuvieron que un ombudsperson carente de legitimidad “será incapaz de establecer una interlocución válida con los distintos actores involucrados en la observación, protección y promoción de los derechos humanos, ni podrá generar confianza ni certeza jurídica necesarias para su misión”.

En su opinión el nombramiento de la titular de la CNDH presagia el “sometimiento abierto del organismo a quienes actualmente detentan el poder político”, por lo que, “en consecuencia, no será posible mantener el principio de autonomía de gestión de la institución”.

“Responderé a los ciudadanos”

En su toma de posesión Piedra Ibarra envió el mensaje de que no va a fallar y responderá a todos los ciudadanos.

Más tarde aseguró que no llega descalificada a la CNDH y que miles de mexicanos están felices con su nombramiento. Afirmó además estar tranquila con su conciencia: “Se ganaron todas las votaciones en el pleno; entonces yo no veo por qué el cuestionamiento”.

Adelantó que uno de los primeros cambios en ese organismo será garantizar una autonomía “que nunca ha tenido”, así como una mayor eficacia y estar siempre del lado de las víctimas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo a su vez estar “muy satisfecho” por la decisión del Senado de nombrar a Rosario Piedra Ibarra “porque ella vivió en carne propia la desaparición de su hermano; y su mamá toda la vida se ha dedicado a eso”.

Resaltó que “es un ejemplo de dignidad y justicia”, así como lo es Eureka, “la organización que crearon madres de hijos desaparecidos”.

De quienes se oponen al nombramiento el mandatario expresó que “es también entendible la actitud que tienen, son posturas distintas. Quisieran que la CNDH siguiera convertida en un florero, que estuviese nada más de adorno para simular con la hipocresía que les caracteriza”.

Ley Orgánica de la CNDH

Artículo 9 El Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos deberá reunir para su elección los siguientes requisitos:

I. Ser ciudadano mexicano por nacimiento y estar en pleno goce y ejercicio de sus derechos civiles y políticos.

II. Contar con experiencia en materia de derechos humanos, o actividades afines reconocidas por las leyes mexicanas y los instrumentos jurídicos internacionales (…);

IV. No desempeñar, ni haber desempeñado cargo de dirección nacional o estatal en algún partido político en el año anterior a su designación.