¡A JUICIO POLÍTICO!

El mandatario califica el proceso como una cacería de brujas y reitera que no hizo “nada malo”.

Ángel Hernández
Política
Foto: Especial
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Con el voto mayoritario de los demócratas la Cámara de Representantes de Estados Unidos decidió someter al presidente Donald Trump a un proceso de destitución (impeachment) por dos delitos graves: abuso de poder y obstrucción en las investigaciones del Congreso en el caso de Ucrania.

Trump será el tercer presidente en la historia de Estados Unidos que enfrentará acusaciones que lo pueden llevar a dejar la Casa Blanca en caso de ser encontrado culpable.

De acuerdo con las acusaciones formuladas Trump abusó de su cargo para presionar al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, a quien solicitó investigar a una compañía vinculada con un hijo del ex vicepresidente demócrata Joe Biden, quien podría ser su rival en la elección presidencial de noviembre del año próximo. Asimismo el mandatario obstaculizó luego las investigaciones legislativas al respecto.

Con esa presión a Ucrania el jefe del Ejecutivo estadunidense habría intentado obtener un beneficio personal y político, lo que puso en peligro la seguridad de la Unión Americana al permitir la intromisión de un gobierno extranjero en el proceso electoral presidencial del próximo año, concluyeron las indagatorias realizadas por el Congreso.

En una sesión histórica en la que se dio un largo debate de más de siete horas, con movilizaciones en diferentes ciudades estadunidenses a favor de la destitución de Trump y una intensa actividad en las redes sociales que polarizó aún más el ambiente político en ese país, demócratas y republicanos se enfrascaron en una ríspida discusión acerca de la validez o no de las acusaciones contra el presidente número 45 de EU.

Concluidas las exposiciones a favor y en contra se procedió a la votación: para el cargo de abuso de poder, 230 congresistas votaron a favor y 197 en contra; en cuanto a la acusación de obstrucción a las investigaciones del Congreso, 229 legisladores votaron a favor y 198 en contra.

Mientras que el presidente Trump calificó el proceso de juicio político como una cacería de brujas y reiteró que no hizo “nada malo”, la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, afirmó en tribuna que era trágico que las “acciones imprudentes” del mandatario hicieran necesario el juicio político y no les diera otra opción.

“Hoy estamos aquí para defender la democracia para el pueblo”, aseveró Pelosi.

Al Senado

Confirmado el juicio político en la Cámara de Representantes el siguiente paso corresponde al Senado estadunidense, que habrá de discutir, agregar nuevas pruebas, llamar a testigos y ampliar la investigación si lo considera necesario.

Se estima que para fines de enero de 2020 pudiera haber una resolución en la cámara alta, donde los republicanos son mayoría (cuentan con 53 escaños frente a 47 de los demócratas) y mantienen un sólido respaldo a Trump, por lo que analistas ven poco probable que los demócratas logren sumar al menos los 67 votos que les darían la mayoría calificada (dos terceras partes) de los senadores para apoyar la destitución de Trump.

Sin embargo las diferencias entre demócratas y republicanos no terminaron con la oficialización del proceso de destitución del presidente: ante la urgencia del partido de Trump y del propio mandatario para que se entregaran de inmediato a la cámara alta los documentos del juicio una vez concluida la votación, Nancy Pelosi informó que su grupo parlamentario tomará la decisión sobre cuándo enviar los cargos al Senado.

Aseguró que enviará los documentos del juicio político una vez que la cámara alta acuerde las reglas correspondientes y rechazó que se trate de retrasar de manera intencional o de mala fe el juicio al mandatario.

No obstante para los observadores la postura de la líder demócrata sería para presionar a su contraparte republicana en el Senado, Mitch McConnell, a fin de que acepte los procedimientos que han solicitado los demócratas, como ampliar las indagatorias y solicitar la comparecencia de más testigos, algo que los republicanos dicen que no aceptarán.

Escenarios

El sometimiento a juicio político de Trump después del intento fallido en el caso Rusiagate (interferencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016 para afectar a la candidata demócrata, Hillary Clinton) representa un triunfo importante para la causa demócrata de cara a la elección presidencial de noviembre de 2020, cuando el actual mandatario intentará ganar un segundo periodo en la Casa Blanca.

Sin embargo expertos en la Unión Americana consideran que no alcanzarán su objetivo de lograr destituir a Trump, quien a pesar de sus múltiples escándalos, enfrentamientos y reyertas tanto a nivel local como internacional mantiene un buen nivel de aceptación entre sus bases, además de que la economía estadunidense sigue en crecimiento.

No obstante estiman que el procedimiento para removerlo tendrá un efecto en su contra en ciertos sectores que pueden ser determinantes en los resultados presidenciales.

Lo cierto es que Trump muestra tal grado de confianza en el apoyo que tendrá de sus correligionarios republicanos, que la misma noche en que se convirtió en el tercer mandatario que enfrenta un impeachment en EU afirmó que “en realidad no se siente que hayamos sido sometidos a juicio político”.

Antecedentes

Después de tres meses desde que la Cámara de Representantes inició las investigaciones contra Trump a partir de una denuncia anónima de un funcionario del gobierno federal, el miércoles 18 de diciembre se realizó la sesión histórica en la que se determinó que el presidente parece haber incurrido en violaciones graves a la Constitución en el caso de Ucrania.

El 12 de agosto del presente año un funcionario de la Casa Blanca denunció de manera anónima, por medio del sistema de inteligencia del gobierno, que el mandatario estadunidense “está usando el poder de su cargo para solicitar la interferencia de un país extranjero en las elecciones estadunidenses de 2020” y que la Casa Blanca trató de “bloquear” la información para ocultarlo.

Esta revelación fue una nueva oportunidad para los demócratas de intentar iniciar un juicio político contra Trump ya que el primero, relacionado con el Rusiagate, fracasó a pesar de que la Agencia Federal de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y la Oficina Federal de Investigación (FBI) llegaron a la conclusión de que Rusia había intervenido en las elecciones presidenciales de 2016 para afectar a la candidata Clinton.

En cuanto al caso Ucrania,primero a puerta cerrada y después en sesiones públicas, 17 funcionarios de la administración Trump comparecieron en la Cámara de Representantes donde rindieron testimonio acerca de la llamada telefónica que realizó Trump al presidente Volodymyr Zelensky para que realizara investigaciones a una empresa ligada a uno de los hijos del ex vicepresidente Biden.

A pesar de que la Casa Blanca prohibió que otros funcionarios presentaran testimonio las indagatorias continuaron, no obstante las descalificaciones del Ejecutivo federal.

El Comité de Inteligencia de la cámara baja determinó en sus investigaciones que Trump puso sus intereses personales y políticos por encima de los intereses de Estados Unidos, con lo cual amenazó la seguridad nacional.

El 10 de diciembre se presentó la resolución 755, que contiene las acusaciones para que “Donald John Trump, presidente de Estados Unidos, sea acusado por altos delitos y faltas”: abuso de poder y obstrucción a una investigación del Congreso.

Respecto del abuso de poder la resolución establece que en el desempeño de su cargo como presidente y en violación a su juramento constitucional de ejecutar fielmente el cargo, Trump ha abusado de los poderes de la Presidencia.

Expone que utilizando los poderes de su alto cargo solicitó la interferencia de un gobierno extranjero, Ucrania, en las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos. “Lo hizo mediante un esquema o curso de conducta que incluía solicitar al gobierno de Ucrania que anunciara públicamente investigaciones que beneficiarían su reelección, dañarían las perspectivas electorales de un oponente político e influirían en la elección presidencial de EU en 2020 para su ventaja”.

Agrega que “el presidente Trump participó en este esquema o curso de conducta con fines corruptos en busca de un beneficio político personal. Al hacerlo (…) usó los poderes de la Presidencia de una manera que comprometió la seguridad nacional de Estados Unidos y minó la integridad del proceso. Así ignoró e hirió los intereses de la nación”.

Socavó las investigaciones

Respecto del cargo de obstrucción al Congreso en las investigaciones del caso Ucrania se establece que en violación de su deber constitucional de cuidar que las leyes se ejecuten fielmente Trump dirigió el desafío sin precedente, categórico e indiscriminado de las citaciones emitidas por la Cámara de Representantes de conformidad con su “poder exclusivo de juicio político”.

Refiere que la Cámara de Representantes emprendió una investigación de juicio centrada en la solicitud corrupta del presidente al gobierno de Ucrania para interferir en las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos, por que los comités iniciaron la búsqueda de documentos y testimonios considerados vitales para la indagatoria de oficinas del Poder Ejecutivo y funcionarios actuales y anteriores.

Y añade que en respuesta, sin una causa o excusa legal, el presidente Trump ordenó a las agencias, oficinas y funcionarios de la rama ejecutiva que no cumplan con esas citaciones, por lo que abusó de los poderes de su alto cargo al pedir a la Casa Blanca que desafíe citaciones legales y con ello retener la entrega de documentos solicitados por los comités, así como dar instrucciones a funcionarios anteriores y actuales para no cooperar con los comités de investigación de la Cámara de Representantes.

“Estas acciones fueron consistentes con los esfuerzos previos del presidente para socavar las investigaciones del gobierno de Estados Unidos sobre la interferencia extranjera en las elecciones”, destaca el documento.

Juicio sin delito: Trump

En una extensa carta enviada a la líder demócrata Nancy Pelosi en vísperas de que los representantes votaran si procedía o no el juicio político en su contra, Trump le manifestó su rechazo a la “cruzada partidista” impulsada por los demócratas.

“Este proceso representa un abuso del poder inconstitucional sin precedente por parte de los legisladores demócratas, sin igual en dos siglos y medio de historial legislativo estadunidense”, estableció el mandatario.

En su defensa expuso que las imputaciones para un juicio político presentadas por la comisión de procesos jurídicos no son reconocibles bajo ningún estándar de teorías ni interpretaciones constitucionales, ni jurisprudencia. “No incluyen delito, fechoría ni ofensa alguna. ¡Le han rebajado su importancia a la horrenda palabra de impeachment!”

Y le asegura que al proseguir con su inválido procedimiento “violan sus juramentos, rompen con su lealtad a la Constitución y declaran una guerra abierta contra la democracia estadunidense”.

En defensa del presidente los representantes republicanos insistieron en que Trump no cometió ningún delito y descalificaron el proceso, al que llamaron injusto, parcial y venganza política.

Aseguraron que todo el proceso que llevó a la aprobación del impeachment fue una maniobra para revertir la elección presidencial de 2016 (donde los republicanos recuperaron la Presidencia) y hubo quienes lo calificaron como un intento de golpe de Estado.

El representante republicano por Georgia, Barry Loudermilk, fue más allá al asegurar en tribuna que Poncio Pilato le otorgó más derechos a Jesús durante su juicio, que los demócratas a Trump.

Después de la votación en la que se oficializó el juicio político en su contra, Trump afirmó no estar preocupado. Es el “primer juicio político donde no hay delito”, afirmó, y añadió que confía en los senadores republicanos para desechar esa medida.

“Miren lo deshonesto que ha sido este proceso. Los demócratas ni siquiera deberían tener la oportunidad de realizar un impeachment con base en la ilegalidad y en un documento falso que utilizaron para espiar mi campaña”, expresó Trump durante un acto proselitista en Michigan.

Otros casos

Pasaron poco más de 20 años para que un presidente de EU volviera a ser sometido a un procedimiento de juicio político.

En 1868 el demócrata Andrew Johnson, quien llegó a la Presidencia después del asesinato de Abraham Lincoln, fue el primer mandatario de ese país en ser sometido a juicio político luego de su enfrentamiento con el Congreso para reemplazar al secretario de Guerra, lo que originó una disputa que concluyó en el procedimiento en su contra para destituirlo. Al final Johnson fue absuelto al no alcanzarse la mayoría calificada en el Senado.

El republicano Richard Nixon fue acusado de encubrir el espionaje a los demócratas en el llamado caso Watergate en 1972. Por testimonios de personal del entonces presidente se supo que Nixon poseía cintas de grabación de sus adversarios demócratas y la Suprema Corte determinó que debía entregarlas. Por la alta probabilidad de que fuera sometido a juicio político por sus implicaciones en el escándalo, Nixon renunció a la Presidencia en agosto de 1974, antes de que iniciara el procedimiento de destitución en su contra. Por tanto, no se realizó el impeachment.

Otro caso fue el del demócrata William Clinton —que no fue destituido— ya que enfrentó el proceso en octubre de 1998 bajo los cargos de mentir bajo juramento y obstrucción de la justicia. La becaria Monica Lewinsky afirmó haber tenido relaciones sexuales con Clinton, quien lo negó en una declaración jurada. La Cámara de Representantes, con mayoría republicana, aprobó los cargos; pero el Senado, con mayoría demócrata, votó en contra, por lo que Clinton terminó su segundo mandato como presidente.

Cronología del proceso

El 12 de agosto, mediante el canal interno del espionaje de Estados Unidos, un integrante de los servicios de inteligencia denuncia a Donald Trump por haber coaccionado al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski.

De acuerdo con esta denuncia, Trump presionó a un gobierno extranjero utilizando su poder para obtener un beneficio político particular para ser reelegido.

En septiembre inicia en la Cámara de Representantes el proceso de destitución (impeachment) con sesiones privadas para determinar si proceden o no las investigaciones para formular cargos.

El 14 de octubre inician las audiencias abiertas dentro del proceso para atestiguar la tercera vez que un mandatario estadunidense es sometido a investigación para determinar su posible destitución.

A lo largo de diez semanas, 17 funcionarios del gobierno federal ofrecen su testimonio ante los congresistas por el asunto de Ucrania.

El 5 de diciembre la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, pide a los legisladores de su partido preparar los cargos de juicio político contra Trump.

El 10 de diciembre se presentan en la cámara baja los cargos por los que se acusa a Trump de abuso de poder y obstrucción en las investigaciones del Congreso en el caso Ucrania.

El 18 de diciembre la Cámara de Representantes vota a favor de los dos cargos contra el presidente.

Se prevé que a finales del mes de enero el Senado determine si procede o no la destitución, para lo cual se requieren al menos 67 votos. Los demócratas tienen 47 escaños y los republicanos 53, por lo que la incertidumbre domina el proceso.