INSEGURIDAD Y CRECIMIENTO

La clave radica en revivir la construcción, que tuvo una caída incluso superior a la inversión general.

Sergio Sarmiento
Columnas
Foto: Especial
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Son dos los retos fundamentales que enfrenta el presidente Andrés Manuel López Obrador en este 2020. El primero tiene que ver con la inseguridad, después de un año en que se registró un número sin precedente de homicidios dolosos; el segundo es el crecimiento económico, tras un 2019 en que la economía se mantuvo estancada.

Entre enero y noviembre del año pasado se registraron 26 mil 959 homicidios dolosos en el país, el mayor número desde 1996, cuando por primera vez se empezaron a registrar estos delitos de manera sistemática a nivel nacional. La cifra es superior en 1.3% a los 26 mil 623 de 2018, el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto. Quizás el crecimiento no ha sido tan vertiginoso como el de años anteriores, pero no ha dejado de tener lugar. La cifra de homicidios dolosos es importante para entender la trayectoria de la inseguridad general debido a que este delito se persigue de oficio, sin mediar denuncia, por lo que la cifra no se ve afectada por la creciente resistencia de los mexicanos a presentar denuncias por los delitos que sufren.

El presidente afirma que se toman varias medidas para revertir esta situación. Una de ellas, dice, es fortalecer los programas sociales. Su idea es que si aumentan los programas sociales, si el gobierno da más dinero a los pobres, habrá una disminución de la inseguridad y de la violencia. Esta visión supone que los pobres cometen más delitos que las clases medias o los ricos, pero no hay ninguna razón para pensarlo. En este siglo XXI México ha tenido los programas sociales más generosos de la historia, antes incluso del actual régimen, pero la cifra de homicidios dolosos alcanza picos antes impensables.

Otra de las medidas que toma el gobierno es impulsar la Guardia Nacional, una policía federal militarizada. En este 2020 el gobierno espera tener 100 mil elementos en este cuerpo, muchos más que los 37 mil de la Policía Federal en 2018. Es una apuesta importante y costosa. A todos los mexicanos nos conviene que tenga éxito.

Finanzas

El otro reto fundamental para el gobierno es el crecimiento económico. El primer año del régimen ha sido negativo. La decepcionante expansión económica de los últimos dos años de Peña Nieto, de 2% al año, se convirtió en estancamiento en 2019. La Secretaría de Hacienda pronostica que el crecimiento regresará a 2% en 2020, pero para ello es importante reactivar la inversión productiva que se desplomó en 2019.

La clave radica en revivir la construcción, que tuvo una caída incluso superior a la inversión general. Las grandes empresas del país han hecho importantes compromisos de inversión para el nuevo año. La inversión extranjera debería empezar a fluir con mayor generosidad a partir de la aprobación definitiva del nuevo acuerdo comercial de Norteamérica, el TMEC. Pero es muy importante reactivar la inversión de las empresas pequeñas y medianas nacionales, que son siempre la parte más importante del total y que han dejado de invertir por la incertidumbre sobre el rumbo de la economía que se ha generado en el nuevo gobierno.

El presidente López Obrador sigue teniendo una popularidad muy sólida, la cual se refleja en todos los estudios de opinión pública. Pero esta popularidad no se puede sostener solamente con dádivas de dinero gubernamental. Si la gente no empieza a percibir una mejoría en la inseguridad y en su situación económica el optimismo que ha generado el nuevo régimen tenderá a deteriorarse.