México, 23 de enero.— Con la proyección de la cinta La pasión según Berenice (1976) en la Sala 9 de la Cineteca Nacional, este miércoles se rindió un homenaje póstumo al director Jaime Humberto Hermosillo, quien falleció el pasado 13 de enero.
Ante la directora general del Instituto Mexicano de Cinematografía, María Novaro, y el escritor y cineasta, Arturo Villaseñor, Alejandro Pelayo, director general del recinto, señaló que “es una bienvenida triste para todos los que estuvimos cerca de Jaime. Yo lo conocí en 1973, formamos parte de Danza Films, y con él inicié mi carrera cinematográfica como asistente de dirección en Las apariencias engañan, de 1978-1979”.
Destacó que además de haber sido un cineasta que alcanzó su cumbre en la década de los 70 con su obra autoral, abrió el camino del cine independiente; “él nos enseñó cómo seguir haciendo cine a pesar de todos los obstáculos”.
En su oportunidad, María Novaro leyó un mensaje a nombre de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, en la que dijo que “lo asombroso del cine de Hermosillo es que sus personajes, extravagantes en su momento, ahora son mujeres y hombres que ejercen con total libertad su rostro y sus identidades”.
Añadió que en cualquier lugar donde alguien haga cine mexicano, está la mirada de Jaime Humberto proponiendo “la libertad, la independencia y la diversidad” que supo contar en sus propias historias.
Por su parte, Arturo Villaseñor leyó una carta póstuma que casi lo llevó a las lágrimas en dos ocasiones, al afirmar que “siempre estarás a mi lado, no tengo la menor duda”. Recordó cuando en 1982 los presentó el cineasta Rainer Werner Fassbinder, y desde entonces “nuestras almas se unieron y seguirán unidas hasta la eternidad”.
Después de presentar una entrevista realizada al homenajeado, hecha por Alejandro Pelayo, perteneciente a la serie Los que hicieron nuestro cine, se aplaudió la presencia de la actriz Martha Navarro, protagonista de La pasión según Berenice, una película que a decir del propio Hermosillo en su momento, fue una de las pocas veces donde sintió que había logrado más de lo que se había propuesto.