TRUMP: TRES AÑOS DE ESCÁNDALOS, CONFLICTOS E IMPACTO MUNDIAL

El mandatario estadunidense cumple otro aniversario en un cargo desde donde ha influenciado y cambiado las reglas globales.

Arturo Moncada
Política
Foto: Especial
AP

Este 20 de enero se cumplen tres años de la toma de protesta de Donald Trump como presidente de Estados Unidos: desde su llegada la Casa Blanca se transformó en escenario de una especie de reality show donde, con su cuenta de Twitter como principal herramienta, su inquilino maneja en gran parte la agenda mediática global.

Su para muchos controversial mandato se mantiene envuelto en enfrentamientos diplomáticos, conflictos políticos y escándalos personales que le han costado una baja en su popularidad e incluso un proceso de juicio político que abrió el Senado formalmente en su contra el pasado jueves 16.

Entre los escándalos de su Presidencia destacan el llamado Rusiagate, el pago por el silencio de una estrella porno con la que tuvo un amorío, la reunión del Grupo de los Siete (G-7) que Trump propuso realizar en un club de Miami, su negativa para dar a conocer sus declaraciones de impuestos contraviniendo una tradición política en la que los aspirantes a cargos públicos informan sobre su patrimonio e ingresos, el nepotismo al dar a su hija y yerno el título de asesores presidenciales, acusaciones de acoso sexual por más de una docena de mujeres, retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París tras sostener que el cambio climático es un invento...

Desde su toma de poder a Trump también se le critica por querer realizar la construcción de un muro fronterizo con México mediante un presupuesto de cinco mil 700 millones de dólares y su política de deportaciones; ello a pesar de que durante su mandato ha deportado a casi 800 mil personas, suma inferior a los tres primeros años de Obama, quien sumó un millón 800 mil migrantes.

Para muchos otros su Presidencia reavivó la ideología racista de una parte de la población, al tiempo que polarizó a la ciudadanía norteamericana.

En política exterior su enfrentamiento diplomático con Corea del Norte debido a su programa nuclear y recientemente su escalada bélica con Irán pusieron en duda su capacidad para el manejo de la diplomacia estadunidense.

Mandato

Arlene Ramírez Uresti, politóloga y profesora en Relaciones Internacionales, señala que “sin lugar a dudas el gobierno de Trump es uno de los más controvertidos en la historia. Ha sido una administración de muchos cambios, de muchas transiciones y de nuevos esquemas de gestión pública en Estados Unidos. Es un gobierno por demás especulador en muchos frentes y justamente los temas mencionados son parte de las grandes aristas que genera esa misma controversia y esa forma de gestionar y de gobernar”.

Donald Trump, dice, “ha impreso un sello propio a la forma de hacer política en Estados Unidos abriendo frentes de confrontación pero también frentes de oportunidades interesantes. Creo que EU si bien hoy por hoy no es la superpotencia del mundo que habíamos visto durante muchos años después de la Segunda Guerra Mundial, sí es un país coyuntural en muchos frentes, determinante para los temas de estabilidad de política internacional y actualmente destacan además las circunstancias políticas que vive el presidente, entre ellas la de afrontar un impeachment o juicio político en el Senado”.

Impeachment

En el juicio político que se le abre ahora en el Senado el presidente Trump enfrenta cargos de abuso de poder presidencial por impulsar a Ucrania a que investigara al ex vicepresidente Joe Biden y de obstruir la subsiguiente investigación del Congreso.

El mandatario califica el proceso como una “caza de brujas” y un “fraude” por parte de los demócratas, además de que sostiene que sus peticiones al propio presidente ucraniano, Volodymyr Zelenski, para que anunciase investigaciones que perjudicarían a los demócratas “no tenían nada de malo” sino puro interés anticorrupción, pero han salido a la luz nuevos documentos relacionados con el escándalo de Ucrania, entre ellos un duro informe oficial contra su actuación.

Trump y su defensa deberán enfrentar en el proceso que se le sigue a un equipo de siete fiscales que se encargarán de argumentar la acusación, los cuales son todos congresistas demócratas.

A su favor la cámara alta está compuesta por una mayoría republicana y su líder, Mitch McConnell, advirtió ya hace semanas que estaba coordinando los detalles del proceso con la propia Casa Blanca, por lo que ahí la absolución se da por segura.

—En un año electoral en Estados Unidos, ¿cómo afecta este juicio político las aspiraciones de Trump para su reelección?

—Durante los tres años de su gestión el presidente Trump ha estado de manera permanente en campaña. Y si algo le va a capitalizar para esta reelección tan anhelada es lo mucho que ha acariciado a la opinión pública. Ha sido un personaje mediático, es un producto hecho por la mercadotecnia que nunca ha dejado de ser candidato y nunca ha dejado de ser el personaje que llegó para ganar las elecciones en 2016. Eso es, digamos, su fuerte.

La especialista puntualiza que “Trump ha diseñado estrategias extraordinarias porque ha sabido tocar las fibras sensibles del electorado norteamericano y ha logrado en los momentos importantes elevar la tensión en alguna relación bilateral con un discurso más fuerte y finalmente ser él quien rescate la situación y ser el héroe, el pacificador.

“Por ejemplo, lo que vimos con Irán ya lo hemos visto antes en otros escenarios con Trump como el personaje central, el de la figura salvadora y por lo tanto la figura que a los norteamericanos les conviene tener. Durante estos tres años ha trabajado para su reelección y creo que tiene oportunidad de lograrlo a pesar del juicio político que enfrenta”.

Michele A. Flournoy, ex subsecretaria de Defensa del presidente Barack Obama, asevera que la naturaleza caótica de la política exterior actual proviene de un mandatario “impulsivo e inconsistente” sin un proceso funcional de seguridad nacional que garantice que se consideren por completo “consecuencias de segundo o tercer orden”.

—En este contexto, ¿cómo afecta la actual política exterior estadunidense tanto a la imagen de Trump como a la geopolítica internacional?

—Trump se ha salido de los parámetros. Con su intención de volver a hacer de nuevo a “América grande” se esperaba una política exterior mucho más aguerrida y más intensa, incluso hasta bélica en intervención de patrullajes de presencia militar, no de guerra, no de conflictos de alta intensidad, pero sí de presencia y de posicionamiento para estabilizar algunas regiones. Pero con Trump, sin duda, Estados Unidos ha tenido desafortunados encuentros y no solo con bloques de poder sino también con organismos internacionales.

Bajo esta administración, explica Ramírez Uresti, “Estados Unidos bajó un poco la intensidad ofensiva a la que nos tenía acostumbrados un presidente republicano al frente de ese país. Trump ha sido un presidente que se ha reducido al tema comercial, le ha dado mucho peso a la relación con bloques económicos y a reconstruir desde su punto de vista la relación y el posicionamiento de su nación con diferentes organismos, argumentando que el mismo EU es el que ha mantenido y soportado económica y operativamente muchas de las alianzas que operan”.

El caso de la OTAN es un ejemplo de la forma en que primero Trump critica y luego pide que los países empiecen a invertir, a meter más cuotas para funcionar con sus propios recursos. Y en el marco de la crisis con Irán llama a las fuerzas de la OTAN en su apoyo sin ningún descaro.

Hoy por hoy es en los temas regional y comercial donde EU mantiene abiertos graves frentes de confrontación.

Frutos

Estas confrontaciones comerciales afectan las reglas de la economía internacional. En el caso de México, por ejemplo, se puede observar su efecto “en la desaceleración económica: es un reflejo del impacto de la política comercial de Estados Unidos, que hacia fuera ha sido bastante compleja”, añade la politólogo.

De entrada, señala, “la creación de la modificación del TLCAN transformándolo en TMEC ha sido un motor importante de desaceleración en la parte comercial regional”.

Por otra parte con la Unión Europea (UE) y con China los ejes temáticos en los cuales se enfrascó Trump son bastantes complejos. Con China aparentemente los temas principales son el dumping y asuntos arancelarios, pero en el fondo está la parte petrolera, la parte energética: “Donald Trump trae una agenda oculta en cuestiones comerciales hacia el exterior muy interesante con el estaño, por ejemplo, el petróleo, los metales energéticos… En el caso particular del gas la alianza que Trump sostiene con el presidente ruso, Vladimir Putin, va más allá del Rusiagate. El hecho que hoy por hoy Rusia tenga un perfil bastante bajo en los conflictos políticos internacionales habla mucho del tema comercial energético que tiene acordado con Estados Unidos”.

Otros temas, como el Brexit y su efecto en la Unión Europea, también tienen que ver a su juicio “con el gas natural en la región, porque los energéticos que fluyen de Asia hacia Europa generarán cambios en los patrones económicos y comerciales del mundo muy interesantes. Pero es importante observar cómo a partir de la llegada de Trump, con el pretexto de una modificación arancelaria se han abierto otras líneas de comercio que podrían estabilizar a Estados Unidos y cómo en el mediano plazo observaremos una mayor dependencia de los países periféricos hacia esa nación.

—Con respecto de América Latina ¿qué cambios observa durante el mandato de Trump?

—Su llegada afectó sin duda a los gobiernos de la región, donde muchos registran una nueva corriente populista, pero también él es parte de esa nueva corriente. Donald Trump y Jair Bolsonaro, entre otros, son parte de esta corriente política e ideológica que está no solamente llenando las esferas en América Latina sino en el mundo. Esa forma de gobernar, además de ser bastante rentable, es estratégica para lograr posicionarse más de agendas de intereses superiores económicos y que van más allá de lo que nosotros de alguna forma vemos en los encabezados o leemos en medios de comunicación. Es una tendencia global. Lo malo de esta tendencia es que está a favor del populismo y no a favor de la creación de políticas públicas o de modelos políticos económicos sociales sustentables: el tema es obtener el poder y el control de los grupos vulnerables. Creo que en el caso de América Latina Trump ha preferido bajar la intensidad del intervencionismo regional porque eso cuesta mucho dinero.

Donald Trump se ha visto envuelto en una contradicción del uso del poder duro y el shot power: por un lado discursivamente es muy duro, pero en la realidad ha bajado mucho la intensidad de la intervención y de la gestión en el uso de poder a nivel internacional para estabilizar sus intereses, concluye la especialista.

Escándalos

Rusiagate El primer año del mandato de Donald Trump estuvo marcado por denuncias de espionaje y la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016.

Acusaciones de violación Trump fue acusado de violación por la escritora E. Jean Carroll. A esto el mandatario respondió que era mentira porque la mujer “no es mi tipo”.

Amoríos Sus amoríos fuera del matrimonio y sus intentos por encubrirlos también salieron a la luz pública luego de que asumió la Presidencia. El mandatario fue acusado de pagarle la cifra de 130 mil dólares a la estrella porno Stephanie Clifford un mes antes de ganar las elecciones.

Retiro de acuerdos internacionales A solo dos días de estar sentado en la Casa Blanca firmó una orden ejecutiva para la retirada de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés).

Otro acuerdo económico del cual amenazó con salir fue el TLCAN, que luego de más de un año de renegociación cambió de nombre a TMEC.

Anunció también la salida de su país del Acuerdo de París, aprobado por 195 Estados.

De igual forma rompió el pacto nuclear con Irán y restableció de forma inmediata las sanciones contra la nación persa y las empresas internacionales que hicieran negocios en ese país.

Muro fronterizo Una de las promesas de su campaña fue la culminación del muro en la frontera con México y que, en un primer momento, afirmó pagarían los propios mexicanos.

Renuncias y despidos El primer despido fue de la fiscal general interina, Sally Yates, quien solo duró once días en la administración Trump.

El secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, estuvo en el puesto 183 días.

De igual forma Trump anunció su decisión de prescindir del secretario de Estado, Rex Tillerson, sustituido por el ex director de la CIA, Mike Pompeo.

Trump también reemplazó a su asesor de Seguridad Nacional, el general H. R. McMaster, por el diplomático de línea dura en política internacional John Bolton.

Otros funcionarios de alto perfil que salieron del entorno del presidente fueron la embajadora de EU ante la ONU, Nikki Haley, y la secretaria de Prensa y portavoz Sarah Sanders.

Solicitud a Ucrania En julio de 2019 Trump sostuvo una conversación con el presidente de Ucrania donde le pidió investigar a Joe Biden, uno de sus principales oponentes políticos rumbo a su reelección. Por ello el mandatario enfrenta un juicio político en el Senado norteamericano.