En México anidan siete de las ocho especies de tortuga marina reconocidas a escala mundial: carey, lora, golfina, laúd, verde, prieta y caguama —excepto la tortuga kikila, endémica de Australia—, pero también es la nación donde más peligro enfrentan porque sus nidos están expuestos a depredadores humanos y animales.
De hecho solo una de cada mil tortugas que salen del huevo llega a la edad adulta, por lo que para protegerlas se necesita, además de mucho trabajo, la aplicación de nuevas tecnologías.
Será la playa Palmarito, en Oaxaca, la primera en monitorear a sus animales con la herramienta de Inteligencia Artificial: se trata del proyecto denominado Del open source al mar abierto, el cual llevará a cabo tareas de inspección y reconocimiento en esta pequeña playa oaxaqueña mediante el uso de un dron y un software de reconocimiento de licencia libre (open source), es decir, que cualquiera se puede basar en él para replicarlo.
¿Cómo funciona?
El dron recabará imágenes en los 21 kilómetros en que se extiende playa Palmarito, censo que normalmente realiza el personal del campamento tortuguero a bordo de cuatrimotos en cerca de dos horas.
Los videos se transmitirán a una central, donde se analizarán los datos y, gracias a la Inteligencia Artificial del programa, se detectarán de forma automática los rastros de tortuga y su anidación.
Allison Raymundo, bióloga que trabaja en el Campamento Tortuguero Palmarito, explica que para los recorridos de monitoreo de tortugas, que se hacen en cuatrimoto, el personal y voluntariado se tienen que desplazar 42 kilómetros por día (ida y vuelta en la playa), lo cual a veces hace difícil la tarea.
La bióloga apunta que los ahorros para el campamento se reflejarán en la disminución en el uso de gasolina para los recorridos, en la inversión en el mantenimiento del vehículo, que será menor, y además ahorrarán tiempo al personal del campamento.
Raymundo explica que debido a que Palmaritos no cuenta con vigilancia gubernamental son ellos (personal del campamento) los que voluntariamente se dedican a protegerla desde hace 14 años.
Al llevar los datos exactos a las autoridades sobre las anidaciones el campamento buscará que Profepa o la Secretaría de Marina brinden vigilancia a la playa “ya que son ellos quienes sí tienen la autoridad de evitar el robo de huevos de estos quelonios”. Agrega que cada año se llevan entre 25 a 30% de los huevos de tortuga de la especie golfina, una de las que ahí anidan.
La bióloga indica que en esta temporada de anidación se detectaron once nidos de la especie laúd, de los cuales se pudieron proteger diez y uno fue saqueado debido a que llegaron tarde al lugar.
Al respecto Ricardo Sánchez, líder de ingenieros de la fintech mexicana Cuenca, que apoya el proyecto, expresa que se busca, además de monitorear la tendencia de la población de las tortugas marinas a través de los años, un estatus de protección de la playa que limite actividades que se pueden realizar y proteja el hábitat de las tortugas.
Sánchez explica que una de las cosas que beneficia al proyecto es que hay una parte en la playa donde la laguna cierra con el mar “y eso hace imposible que puedas cruzar. El dron pasará y continuará con el monitoreo de las tortugas para así hacerlo mucho más completo”.
El líder de ingenieros en Cuenca añade que otro de los beneficios es que el Campamento Tortuguero Palmarito, que trabaja de forma independiente a favor de la especie, hará más eficientes sus recursos.
Peligros
“A pesar de que se ha avanzado mucho en la conservación de las tortugas marinas, persisten factores que las mantienen catalogadas como especie en peligro de extinción. Al contar con este software podremos optimizar el rastreo de las extensas áreas donde ocurre la anidación”, comenta Allison Raymundo.
Explica que la principal causa de la disminución de la población de las tortugas marinas ha sido desde hace mucho tiempo la explotación humana de sus huevos, carne y caparazón para subsistencia y comercio.
Otras amenazas adicionales a su sobrevivencia, dice, han sido la captura incidental en las pesquerías de palangre y camarón, la contaminación y la destrucción de su hábitat.
Además de ser utilizadas por comunidades costeras como fuente de alimento e ingresos por la venta de productos.
En México existen más de 32 campamentos tortugueros que realizan acciones de protección de los huevos de diversas especies de tortuga. Y durante los últimos años estos quelonios han adquirido un gran valor económico en varios países como atracción ecoturística.
Protegerlos
Al sumar la tecnología con el conocimiento de los responsables del Campamento Tortuguero Palmarito se pueden reducir las amenazas que enfrentan los nidos de tortugas y apoyar la protección de las distintas especies. “Incluso, de ser necesario, los voluntarios del campamento los pueden reubicar a fin de que puedan estar protegidos de los depredadores humanos y animales”, señala Bibiana Monterde, directora creativa en Cuenca.
“Estamos convencidos de que la tecnología no tiene por qué ser fría. Por eso siempre buscamos desarrollar iniciativas que conecten comunidades, además de aportar en el cuidado del ambiente. El mismo ingeniero que está pensando cómo mejorar la experiencia en servicios financieros digitales, también está ideando formas de usar ese mismo conocimiento para ayudar a que las tortugas recién nacidas puedan llegar al mar abierto”, finaliza.