Por J.Alberto Castro
El rápido calentamiento de nuestro planeta es un hecho irrefutable. Con justa razón el ambientalista estadunidense Bill McKibben asegura que “este fenómeno ya no es una amenaza filosófica, ya no es una amenaza futura, ya no es una amenaza en absoluto: es nuestra realidad”.
Según los expertos “ya hemos emitido suficientes Gases de Efecto Invernadero (GEI) como para calentar el planeta por varias décadas venideras”. Es evidente que en la medida en que el CO2 siga aumentando lo mismo hará el termómetro.
Dos millones de personas visitan anualmente la Gran Barrera de Coral. Una encuesta realizada en 2018 descubrió que 69% de ellas quería ver este patrimonio mundial de la UNESCO “antes de que fuera demasiado tarde”. Y no debe sorprendernos. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático dice que si no se limita el calentamiento global 99% de los corales desaparecerá.
Las marcas que deja el calentamiento en nuestro planeta son impresionantes: niveles superlativos de dióxido de carbono, el hielo marino se adelgaza, los océanos se calientan, es imparable el deshielo de los glaciares, el nivel del mar se eleva, proliferan los incendios devastadores y las olas de calor, desaparecen lagos y ríos, sequías prolongadas, extinción de anfibios, aumento de precipitaciones, disminución de disponibilidad de agua potable y alimentos.
¿Qué sigue? Sentarnos a ver cómo se producen sus nefastas consecuencias. Por fortuna innovadores de todo el mundo hoy buscan soluciones para poner freno a las emisiones de carbono.
Entre los esfuerzos en curso más prometedores destaca la propuesta de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que desarrollaron un método para capturar GEI que genera la industria eléctrica en México y contribuyen al calentamiento global.
Inspirados por el Protocolo de Kioto y conscientes de que no será fácil limitar las emisiones en un mundo adicto a los combustibles fósiles, la propuesta del investigador Javier Aguillón Martínez, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, y Jordán Pérez Sánchez, egresado del doctorado en Ingeniería, considera que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) podrá planear la captura de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en turbinas de gas con las que cuenta este sector.
En entrevista con Vértigo Aguillón Martínez explica que acudieron a la CFE porque es la empresa con mayor volumen de producción de energía. Y si esta adoptara la tecnología tendría un enorme impacto social, ambiental y económico.
Además la captura de CO2 puede funcionar en otro sistema: la mayoría de las industrias pueden adoptarlo. Por lo pronto a la CFE le pareció interesante y ya lo analiza.
Electricidad limpia
Cabe recordar, señala el investigador, que la producción de energía eléctrica en el país genera 25% de las emisiones de los GEI, además de un alarmante incremento de CO2 en los años recientes. Por ello afirma que “una alternativa viable y urgente es capturarlo y almacenarlo para impedir que se libere a la atmósfera”.
La iniciativa de los universitarios muestra que la tecnología de recirculación de gases de las turbinas podría ser una solución para capturar el CO2 que generan las centrales eléctricas y no será necesario modificar las centrales, pues solo se incorporará nueva tecnología para mitigar los GEI y el costo se evaluará mediante simulaciones.
Doctor en Ingeniería de Procesos Industriales por la Universidad Tecnológica de Compiène, explica cómo “tras la producción de electricidad al final solo quedan gases de combustión y agua. Justo en este momento del proceso industrial intervenimos con la tecnología para lograr la captura de estos gases a través de aminas, elemento generador de una reacción química y conductor que atrapa y suelta al CO2”.
Sin duda, expone, “el costo de la energía eléctrica tendría una ligera alza ya que habría que invertir en infraestructura y personal especializado, pero el esfuerzo vale la pena porque beneficiará al medio ambiente, a la sociedad, a la población vulnerable y la viabilidad del planeta”.
El académico considera que en correspondencia al volumen de las inversiones en el desarrollo de esta tecnología se obtendrán soluciones rotundas, como reducir los GEI de 80 a 90%. Incluso se podría producir electricidad con cero emisiones.
Una vez capturado el CO2 —apunta el también ingeniero mecánico electricista—“podemos canalizarlo a sitios de disposición donde puede ser recolectado. Se puede almacenar en pozos petroleros con poca producción útil; ahí el gas puede aumentar la presión y ayudar a la salida de más petróleo. Hay otras propuestas de usarlo en minas que acabaron su vida útil, donde se deposita el CO2, se sella y monitorea. Otra propuesta es confinarlo en el mar”.
Esperanzado en que la CFE tome en serio esta propuesta innovadora subraya la importancia de introducir “una tecnología que no es nueva en el mundo pero sí en México para capturar el CO2 y disminuir el efecto invernadero de la atmósfera. En la UNAM hemos desarrollado infinidad de variables y soluciones para convertir a la industria eléctrica en una opción limpia de contaminantes”.
Posición 12 en emisión de CO2
Méxicoestá entre los 15 mayores emisores de dióxido de carbono (CO2) en los últimos 20 años.
Las naciones que se ubican en los primeros once lugares son China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón, Alemania, Irán, Corea del Sur, Arabia Saudita, Indonesia y Canadá.
La plataforma Global Carbon Atlas sostiene que México se encuentra en la posición número 12 con 477 megatoneladas (Mt) de CO2, mientras que Brasil se sitúa en el puesto 14 con 457 Mt de dióxido de carbono.
En el ranking se tomaron en cuenta datos de 1998 a 2018, cada país con un promedio de entre diez mil y 568 Mt de CO2.
Fuente: Future Earth y ONU