LIBRO EN BRAILLE PARA IDENTIFICAR COLORES

El color se siente, se escucha, tiene olor y sabor.

Redacción
Foto: Especial
Foto: Especial

Por J. Alberto Castro

A Montserrat Abigail Pérez, alumna de la FES Aragón, se le ocurrió la magnífica idea de escribir y planear un libro impreso en sistema Braille con el propósito central de inspirar, motivar e incentivar la imaginación de las personas con discapacidad visual, invidentes y/o débiles visuales para que estas pudieran distinguir la gama cromática.

En un mundo ávido de iniciativas e innovaciones incluyentes la joven universitaria ha convertido en una realidad su proyecto ya que tiene en sus manos el volumen Percepciones del color, integrado esencialmente con textos breves e imágenes digitalizadas de Alan Carreño, estudiante de la Facultad de Arte y Diseño.

Y es que el texto original de Montserrat Abigail lo imprimieron en Braille especialistas para contar con dos ejemplares de la obra, los cuales sirven de ejemplo a posibles editores interesados en publicarlo.

Entrevistada por Vértigo Pérez cuenta cómo el profesor de la materia Edición de libros les encargó de tarea poner en pie un libro con todos los elementos que lo hacen posible.

A punto de concluir la carrera de Ciencias de la Comunicación recuerda la experiencia de leer el Libro negro de los colores, de Rosana Faría, en cuyas páginas negras se cuenta la historia de cómo el niño ciego Tomás percibe los colores. La obra ilustrada le gustó mucho y, lo más importante, fue la motivación para acometer la factura de un libro que representará un beneficio social.

Con sus amigos de la UNAM y personas de la Fundación Paseo a Ciegas efectuó varias entrevistas con chicas y chicos ciegos a los cuales les preguntó cómo percibían los colores. Del total de los testimonios hizo una selección con las frases más acertadas, ingeniosas o ilustrativas sobre los colores primarios, secundarios y neutros, los únicos retomados por ella.

Para Montserrat Abigail las sentencias de los jóvenes fueron una agradable sorpresa ya que descubrió que “el color se siente, se escucha, tiene olor y sabor, y las personas con discapacidad visual lo perciben así”.

Con imágenes alusivas en relieve, hechas con base en láser para que puedan ser vistas y tocadas, Percepciones del color es una herramienta que fomenta la inclusión. “La percepción del color es subjetiva, pero en esa subjetividad se encuentran todas las sensaciones que los colores pueden provocar”, explica la alumna del séptimo semestre de Comunicación.

Para saber cómo las personas invidentes se relacionan con el color en su trabajo registró una serie de definiciones que ellas mismas brindaron. ¿Para ti qué es el color?, preguntó, y escuchó respuestas bellas y sorprendentes plasmadas en su libro: “Alguien me dijo: ‘Son las notas musicales, y después de una lluvia, es el arcoíris’”. El color azul, por ejemplo, “es la combinación entre el cielo y el mar, huele a lavanda; el rojo es el sabor a cereza y tiene aroma a rosas; el verde es el pasto mojado, con olor al bosque húmedo; el violeta sabe a vino; el blanco es como una nube, aunque no la puedo tocar me imagino que se siente como el algodón; el negro es el anochecer, la oscuridad, donde el silencio perdura y se queda”.

Precisamente su apuesta es considerar cómo durante siglos el cerebro humano ha reaccionado ante la lectura y cómo este ejercicio intelectual estimula todos los sentidos; por ello cree que será posible a través de su libro diferenciar los distintos colores con el sentido del tacto.

Además de las ideas expresadas en frases breves sobre los colores en el libro se incluyen imágenes alusivas en relieve, hechas con base en láser para que puedan ser vistas y tocadas. Montserrat Abigail comenta que “es una herramienta de inclusión”.

También revela, a partir del carácter subjetivo de la percepción del color, cómo en esa subjetividad se encuentran todas las sensaciones que los colores pueden provocar.

Percepciones del color está estructurado en tres apartados. En el primero, intitulado La tranquilidad, se definen y describen los colores primarios (azul, rojo, amarillo); en el segundo, La intensidad, se reportan los colores secundarios (verde, morado y anaranjado), y en el tercero, La dualidad, los colores neutros (blanco, negro y gris).

Del mar de recuerdos Montserrat Abigail no olvida su afición infantil por el dibujo. Desde una edad temprana ve en el color algo más que un concepto: algo químico y físico. Por eso estudió Artes Plásticas en la Escuela de Iniciación Artística del INBA, antes de cursar Comunicación.

La joven innovadora tiene dificultades de movilidad, su familia la traslada a la FES y después ella se ayuda con un carro eléctrico. El semestre pasado se fracturó la pierna y desde entonces no puede caminar; sus articulaciones presentan desgaste debido a una discapacidad conocida como persona de talla baja y, en particular, la suya es una displasia espondilometafisaria tipo iraquí.

Montserrat Abigail considera que su discapacidad “no ha sido una limitante en mi vida; además he realizado mis estudios en tiempo y forma; y en la UNAM me han dado el apoyo para desenvolverme como cualquier estudiante”.

Confiesa su sueño más acariciado: trabajar en una editorial y desarrollar más proyectos de libros en Braille y, por supuesto, continuar con la escritura.

“Muchas personas hablan de barreras impuestas e insuperables. Yo prefiero asumirlas de otra forma ya que vivimos en un mundo tan avanzado que sin importar el problema siempre hay una solución”.

Ceguera en México

La ceguera y enfermedades oculares que la provocan —como el glaucoma y la retinopatía diabética— afectan a dos millones 591 mil 509 mexicanos.

Además de la pérdida en calidad de vida y bienestar que generan está la carga económica que representan para la sociedad por costos derivados de la atención médica, pérdida de productividad y cuidados por parte de familiares y amigos.

Se calcula que en México existen 1.5 millones de pacientes con glaucoma; de ellos hasta 80% no sabe que padece la enfermedad.

Somos un país con una altísima prevalencia de ceguera y discapacidad visual por esa causa. Y ello ocurre porque no hay diagnóstico temprano y adecuado.

Fuente: Facultad de Medicina de la UNAM