UNA VISIÓN CATASTROFISTA

Deberíamos intentar un poco de optimismo, o al menos una fantasía saludable.

Guillermo Fárber
Columnas
Foto: Especial
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“Cuando un cisne negro vuela sobre un castillo de naipes: el coronavirus y el colapso global, por Jerry Kroth, http://www.informationclearinghouse.info/52959.htm

“Parece que un pájaro muy raro aterrizó en nuestro planeta. Moody’s Analytics llamó al coronavirus ‘un cisne negro como ningún otro’. Lo mismo ocurre con Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, quien dice: ‘Este virus es muy, muy transmisible, y es casi seguro que va a ser una pandemia’. Un respetado analista de Wall Street expresó que la enfermedad afectará tanto la oferta como la demanda global y finalmente ‘paralizará a China’.

“Pero Wall Street hizo caso omiso de estos pronósticos y está en una manía tan severa que logró convencerse, casi sin evidencia alguna, de que el virus es curable. No solo ha descartado la pandemia sino que su estado de ánimo eufórico empujó a los mercados a máximos históricos como para mostrar su desprecio por cualquier intrusión que podría interrumpir el frenesí. Tesla duplicó su valor en menos de un mes. Nada parece moderar el delirio.

“Pero Frances Collins, director de NIH, comenta que esta enfermedad es grave, su transmisibilidad es increíble, se encuentra en sus etapas incipientes y, francamente, todavía no hemos visto nada.

Impactos en los mercados

“Profundicemos en algunas de las implicaciones. Eche un vistazo al castillo de naipes, que es la economía mundial, sobre el que está volando este cisne negro. Se asienta sobre una base de una deuda inimaginable de 253 anglotrillones de dólares, algo que el FMI ha advertido repetidamente que es excesivo y atroz. La deuda es tres veces mayor que el PIB mundial. Si el coronavirus precipita una recesión global, o peor, ¿qué pasará con estos 253 anglotrillones de dólares en obligaciones que no se pueden pagar? Estos niveles de deuda gigantescos, particularmente en los mercados emergentes, pueden ser simplemente demasiado grandes para ser ‘pagados’ mediante la impresión de más ‘dinero fíat’.

“Dice Kristaline Georgievea, del FMI, que la tambaleante casa de naipes tiene un problema más: las sombrías vicisitudes del mercado de derivados. El mercado de los derivados ha crecido a la monstruosa cifra de 1.4 anglocuatrillones de dólares: hoy la especulación sobre derivados es tres veces mayor que en vísperas de la crisis financiera de 2008. Se apuestan más de 6.5 anglotrillones de dólares por día.

“Pero no seamos demasiado negativos. Deberíamos intentar un poco de optimismo, o al menos una fantasía saludable: tal vez se ha encontrado una cura real para el virus, y el vértigo de Wall Street está totalmente justificado. Si es así podemos sentarnos y ver a este cisne negro volar inofensivamente a la distancia. El virus está curado. El cisne negro se fue volando. ¡Uf! ¡Qué alivio!

“¡Ah! Qué dulce relajarse en el mundo de repos, QE y toda esa suntuosa deuda y apalancamiento que continúa apuntalando el bonito castillo de naipes que todavía podemos llamar hogar. . . por ahora”.